Susi Caramelo entrevista a Esperanza Aguirre en su casa y hace un grafiti en la fachada

Susi Caramelo, colaboradora de 'Cuentos Chinos', va por las casas de los famosos en el nuevo programa de Jorge Javier Vázquez. La periodista se desplaza por las viviendas de los rostros más conocidos del panorama español, y, esta vez, se topa con la inmensa vivienda "demasiado roja" (que luego terminaría grafiteada) de Esperanza Aguirre en el céntrico barrio de Malasaña.

Aguirre ya se quejaba de los grafitis de las calles de su barrio, argumentando que "es una vergüenza". Sin embargo, entre tales quejas y el paseo que dieron ambas antes de entrar en la lujosa vivienda de la expresidenta de la Comunidad de Madrid, los precios para vivir en estas zonas no hacen más que elevar su coste.

La expresidenta, que quería denunciar el estado de su vivienda a consecuencia de los grafitis, no consiguió ganarse la lástima de Susi Caramelo, que al entrar en tal casa remarcó que "nunca había estado en la casa de una condesa". Las curiosidades de la reportera acerca de quién limpiaba aquel domicilio y las grandes dimensiones del mismo hicieron reir a la expolítica.

Susi Caramelo, traicionada por un micrófono abierto durante su participación en 'Cuentos chinos'

Pero fue el color "demasiado rojo" del salón lo que sorprendió a Susi Caramelo, que, al hacérselo saber a Aguirre, justificó que el rojo era, en todo caso, el color de la Comunidad de Madrid. La anfitriona enseñó los diveros vehículos que tenía aparcados en su parking, así como su espacioso patio.

La denuncia de Esperanza Aguirre que Susi Caramelo se tomó a broma

La reportera, cuando Aguirre le transmitió su verdadera preocupación acerca de las consecuentes pintadas de la vivienda, bromeó acerca de un artista callejero que se dedica precisamente a mostrar en forma de grafitis su arte: Banksy

Fue cuando la expolítica acompañó a la reportera a la entrada cuando esta última trazó torpemente dos gaviotas en la fachada del lujoso complejo. Lo que no se imaginaba Susi Caramelo era la consecuencia de su acto, Aguirre la obligó a limpiar con un par de trapos el destrozo que había ocasionado.