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El Gran Wyoming: "De sexo anda todo el mundo en precario, por eso recurren a situaciones estrambóticas"

Acaba de estrenar en ATRESPlayer Premium 'Usted está aquí', un programa de conversaciones con David Trueba. El presentador de El Intermedio, en La Sexta, no pretende hacer una homilía, dice, sino dar una opinión. En esta sociedad crispada, le sorprende cómo ha cambiado la gente por la calle. Antes se hacían fotos con él, aunque le dijeran: "No me gusta lo que haces". Ahora, le insultan y le dicen "¡Viva España!".

El Gran Wyoming, en su casa de Madrid.

El Gran Wyoming, en su casa de Madrid. / ALBA VIGARAY

No son homilías ni quiere darnos la chapa. ¿Qué pretende?

No, no, homilías, no. Yo ya he visto el mundo como es. Desde mi punto de vista no tiene remedio en absoluto. Hay cosas que lo tendrían, si se quisiera, pero no hay voluntad. Me preguntan, y yo cuento lo que pienso. Doy mi opinión.

¿Qué le hace pensar que a los españoles les interesa su opinión?

Bueno, es que si a los españoles les interesara mi opinión, España sería muchísimo mejor. Sería un país radicalmente diferente y donde la gente viviría mejor. De eso estoy plenamente convencido. Lo siento, pero te lo tengo que decir.

Patria, sexo, religión, política, bares y humor. De los seis temas, reconozca que lo suyo son los bares.

Es que ahí es donde yo me he criado. Vengo de un mundo donde uno en su casa no pintaba nada por un problema físico -había muchos hermanos y poco espacio- y porque tenía conflicto generacional. Yo a mis padres les quería muchísimo, pero no tenía nada que ver con ellos. Abría la puerta de un bar y veía a mi padre y me iba a la otra punta. Y ahora no. Ahora yo salgo con mis hijos a tomar copas. Ha cambiado el mundo.

¿De sexo anda tan precario como insinúa siempre en El Intermedio?

Bueno, eso es un personaje que me han creado. De sexo anda todo el mundo en precario. Por eso tienen que recurrir a situaciones estrambóticas en general.

Es un personaje. ¿Porque lo suyo en la realidad es todo fuegos artificiales y mascletá?

Sí, sí. Ya estoy más o menos bien. ¿Mascletá continua? Tampoco hay que exagerar. Ya no está uno para hacer alardes atléticos, ni muchísimo menos. Pero bueno, bien. Tranquilidad escénica.

De sus temas de conversación, ¿cuál le parece más cuestionable?

Como definición oficial, la patria. Como una madre que nos fagocita, a la que le debemos todo y por la que debemos dar todo.

Defíname patria, sin venirse muy arriba.

Para mí la patria es una construcción colectiva. Algo que no tiene nada que ver ni con las banderas ni con los himnos. Un empeño colectivo por vivir mejor y convivir desde la tolerancia, el respeto y la libertad.

¿Cómo ve al PSOE?

Pues en un declive cuesta abajo en caída libre. La política y la ideología son como los amigos: para tomar cañas y con cinco copas todos nos lo pasamos muy bien. Cuando vienen las situaciones críticas es cuando se ve el plumero. Por desgracia, el PSOE tiene un electorado crítico, no adocenado. Y cuando ve el plumero al que está al mando se mosquea, con razón.

¿A Pedro Sánchez se le ve el plumero?

Bueno, no creo que si hubiera estado Feijóo al frente de la reciente cumbre de la OTAN la información general, las decisiones y la alegría colectiva, esta especie de Sanfermín que se ha montado, hubieran sido distintas absolutamente en nada.

¿La OTAN le pone?

La piel de gallina. Celebramos que es algo que nos defiende a todos y que es falso que esté al servicio de los intereses americanos. Y me gustaría saber dónde estaba la OTAN cuando la invasión de Irak, porque más del 90 por ciento de sus miembros estaba en contra de aquello. Pero ¿tú oíste decir algo a la OTAN de que Estados Unidos no debía invadir Irak? Es gilipollas pensar que la OTAN no está al servicio de los intereses económicos norteamericanos. Pero no solo la OTAN, sino este sentimiento belicista colectivo completamente acrítico.

Defíname humor.

En general, es una herramienta de supervivencia que tienen los seres humanos para afrontar la realidad con un poco más de vaselina.

¿Hace falta mucha vaselina?

Depende a quién. Los dueños de las compañías petrolíferas y los que nos venden la gasolina o la electricidad no la necesitan. Más bien nos la dan.

¿Quién manda en España?

En una sociedad cono la nuestra, los dueños de las grandes corporaciones. Mandan en todo: en nuestras vidas, incluso en la información. A veces, cuando me hacen una entrevista, me dicen: "Pero hay libertad". De hecho, tú te estás expresando. Ya, pero lo mío es una opinión, y las opiniones son como los culos, cada uno puede tener una. Pero la información es otra cosa.

El Gran Wyoming, en su casa en Madrid.

El Gran Wyoming, en su casa en Madrid. / ALBS VIGARAY

¿Con la Iglesia hemos topado?

Sí. Y con una impregnación en el mundo político tremenda. No entiendo por qué la Iglesia recibe un 0,7 por ciento de los impuestos. Cuando hablamos de la Iglesia no estamos hablando de la religión, sino de la Iglesia católica, que tiene un patrimonio prácticamente superior al Estado, no paga impuestos y hace lo que le da la gana. A diferencia de otros países europeos, donde se paga el 0,7 por ciento, como dicen los catalanes, a mes a mes, voluntariamente, además de los impuestos generales, aquí la Iglesia es el único estamento que puede recibir directamente el dinero de los ciudadanos. Yo no puedo decir que pago impuestos pero que quiero que vayan directamente a educación y sanidad.

¿Qué le excita, además de lo anterior?

Es que tengo un tono vital bastante elevado ya de por sí. Soy muy sanguíneo. Yo me levanto corriendo y sin estímulos externos.

¿Piensa que es imprescindible que nos veamos sus seis capítulos de Usted está aquí?

Hombre, se puede vivir sin verlos. Pero se es mucho mejor persona después de haberlos visto. Eso es evidente.