Atropello en Valencia

El detenido por el atropello del niño en Valencia dice que venía de discutir con su novia

El acusado, que se entregó ayer con sus abogados en la central de la Policía Local de València tras sentirse acorralado, tenía pendiente una condena por amenazar de muerte a tres mujeres trans, un ingreso en prisión y una denuncia por violencia machista

El niño continúa hospitalizado en coma inducido y, por fin, ha experimentado una mejoría: su estado es estable dentro de la gravedad

El presunto autor del atropello al niño en Valencia.

El presunto autor del atropello al niño en Valencia. / LOYOLA PÉREZ DE VILLEGAS

Teresa Domínguez

El presunto autor del atropello en la Ronda Nord del niño de 7 años que permanece hospitalizado en coma inducido desde el pasado domingo, de cuya detención a manos de la Policía Local de València informó ayer en exclusiva Levante-EMV, alega en su defensa que ese día venía de discutir con su novia. El acusado, que se había convertido en el delincuente más buscado desde que protagonizó ese arrollamiento a más de 100 km/h, sorteando vehículos y cuando el niño cruzaba en verde el paso de peatones a la altura del Camino de Moncada, se presentó a las 13.30 horas de este jueves en la central de la Policía Local de València y se entregó, acompañado por sus letrados, los penalistas valencianos Andrés Zapata y Ana Cal, a los agentes del equipo de Policía Judicial de Tráfico que le pisaban los talones desde el martes.

El detenido es un delincuente de 22 años, con domicilio habitual en Orriols que en este momento tenía en vigor un ingreso en prisión, una denuncia por violencia machista, una orden de búsqueda y detención por el atropello y una condena pendiente por un delito de odio. Tal como también ha adelantado en exclusiva este diario en su edición digital, el acusado, Ángel C. S. fue juzgado y condenado en octubre de 2022 por amenazar de muerte a tres mujeres trans en situación de prostitución en la calle Joaquín Ballester de València.  

Hasta ahora, el detenido permanecía escondido tras haber sido identificado, tal como adelantó este miércoles Levante-EMV, gracias a la investigación desarrollada por el equipo de Policía Judicial de Tráfico, por una parte, y del grupo de Homicidios de la Policía Nacional, por otra. Los primeros habían difundido el miércoles por la tarde su fotografía, su identidad completa y la matrícula del BMW a todas las patrullas de las policías locales, de la Nacional y de la Guardia Civil tras obtener la prueba definitiva: la matrícula del coche, gracias al análisis y tratamiento de una imagen del coche captada por una cámara de Tráfico de la A7.

Oculto en un garaje de Cerdà

En paralelo, Homicidios de la Policía Nacional le seguía el rastro a partir de varias informaciones y de una denuncia: la que le puso su exnovia por violencia machista el lunes, un día después del atropello. El miércoles por la mañana, los agentes de Homicidios localizaban en Cerdà, en la Costera, el BMW gris de Ángel C. S., escondido dentro de un garaje particular, sin retrovisor izquierdo y con todo ese lateral dañado por el impacto contra el niño.

Ángel C. S. en la imagen difundida para solicitar su detención

Ángel C. S. en la imagen difundida para solicitar su detención / LEVANTE-EMV

El miércoles, sabiendo ya que su coche estaba identificado, que la Policía Local de València y la Nacional se habían presentado en su domicilio habitual, en Orriols, al que obviamente no había vuelto tras el arrollamiento, buscó asesoramiento jurídico para ver si entregándose podía obtener algún beneficio procesal. Lo hizo a través de su novia actual. Se le aconsejó que lo más conveniente era que se entregase. La negociación con el penalista Andrés Zapata fue dura y larga, hasta que, finalmente, a última hora de la mañana de ayer, Ángel C. S. accedió a presentarse voluntariamente ante la Policía Local.

En el momento del accidente, solo había una persona en el BMW: el conductor

Los agentes le leyeron los derechos por tres delitos graves –lesiones graves por imprudencia, conducción temeraria y abandono del lugar del accidente–, pero él, de momento, no reconoce nada. Ni siquiera que fuese a bordo del BMW, del que es propietario y único usuario, y en el que ese día, el domingo 19, solo viajaba una persona: el conductor.

"Me entrego porque me están buscando"

A la Policía solo le ha dicho que se ha entregado "porque me estaban buscando", algo que sabía porque ha visto "mi fotografía y mi nombre en los medios de comunicación".

Tras leerle los derechos, la Policía Local llevó al detenido al despacho de Homicidios, en la Jefatura Superior de Policía de València y, desde allí, los investigadores de Homicidios lo trasladaron a los calabozos del complejo policial de Zapadores. Allí, en una celda, permanecerá hasta que sea llevado ante el juez de guardia, algo que no sucederá hasta este sábado. De momento, aún no ha prestado declaración y la previsión es que no responda a ninguna cuestión de manera oficial hasta llegar al juzgado.

Mientras, el pequeño permanece hospitalizado en estado muy grave, en situación de coma inducido, con un fortísimo traumatismo craneoencefálico de pronóstico reservado, fractura del fémur en ambas piernas, traumatismo torácico y contusiones pélvicas. El martes por la tarde, su familia recibió la primera alegría desde el domingo: el estado del menor se estabilizó después de varios empeoramientos -los médicos temían seriamente por la vida del pequeño en las primeras 48 horas- y una intervención quirúrgica de urgencia.

Antecedentes de odio

En octubre de 2022, él y su compinche, también condenado, incluso amagaron con atropellar a sus víctimas cuando salieron corriendo, muertas de miedo, porque les acababan de decir que "les iban a rociar con gasolina para prenderles fuego" y que "a la gente como vosotros hay que matarla. ¿No os da vergüenza por vuestra familia?".

Para convencerlas de que iban en serio, incluso persiguieron a dos de las mujeres trans con el coche, "haciendo chirriar" las ruedas evidenciando la intención de atropellarlas. A una tercera víctima también le mostraron una cadena y le hicieron gestos amenazantes advirtiéndole de que la golpearían con ella. A todas les gritaron el consabido "maricones de mierda" y otras amenazas como "os vamos a cortar la polla".

Sin embargo, Ángel C. S., que en ese momento tenía 18 años recién cumplidos, no tuvo que ingresar en prisión. La Fiscalía llegó a un acuerdo con él y con el compinche que lo acompañaba aquella noche, la del 23 de noviembre de 2019, y les dejó en año y medio la condena, aunque inicialmente pedía tres años y nueve meses de cárcel, y el tribunal de la sección quinta de la Audiencia Provincial de València aceptó la suspensión de esa pena porque en ese momento no tenía antecedentes penales, esto es, ninguna condena firme relacionada con delitos de odio.

El otro condenado por delito de odio, Sergio V. B., sí fue a la cárcel porque sí tenía antecedentes computables para obligarle a cumplir esas tres condenas de seis meses de cárcel cada una.

Directo a prisión

La suspensión de la condena estaba condicionada a que no delinquiera en los siguientes tres años. No lo ha respetado. El plazo de gracia finaliza el 17 de octubre próximo (la sentencia fue emitida posteriormente, pero las condenas fueron aceptadas en el mismo juicio, celebrado el 17 de octubre de 2022), por lo que tras su detención por el atropello del pasado domingo, irá directo a prisión.

Al menos, por haber roto la promesa de no reincidir, aunque es probable que solo por el atropello, al concurrir al menos tres delitos, todos ellos graves, -lesiones graves por imprudenciaabandono del lugar del accidente y conducción temeraria-, el juez que lo reciba tras su detención dicte prisión provisional por esta causa judicial.