PRUEBA SORPRESA
Un cuchillo con ADN de tres personas irrumpe en el juicio contra Daniel Sancho
La acusación presenta una posible arma del crimen con la huella genética de Sancho y de la víctima, Edwin Arrieta
El cuchillo tiene también restos biológicos de otra persona, desconocida
La versión oficial sobre el asesinato de Kennedy, John F., el que fuera presidente de Estados Unidos, se conoce popularmente como la de la "bala mágica". Fue la explicación que permitió cerrar las investigaciones y dar por buena la teoría de que solo hubo un tirador aquella tarde en Dallas. En el tribunal que juzga a Daniel Sancho, la aparición sorpresiva de un cuchillo con restos biológicos del joven español y de su víctima puede dar un giro al proceso.
La acusación, según ha sabido CASO ABIERTO, canal de investigación y sucesos de Prensa Ibérica, ha aportado ese cuchillo con la intención de que sea un arma definitiva contra Sancho, pero la defensa ha peleado y peleará por desacreditar esa supuesta prueba.
Otros tres cuchillos
La aparición del cuchillo, si el tribunal lo admite como prueba, podría complicar el futuro del joven español. Los otros tres cuchillos incluidos en la investigación policial no tienen ADN de la víctima.
Uno tiene restos biológicos de Sancho -fue encontrado en su mochila y él afirma que lo usó para cortar las bolsas de basura donde metió partes del cuerpo de la víctima- , y otros dos los compró la policía tailandesa para preguntarle si eran similares al que utilizó para cortar el cuerpo de Arrieta.
El tercer hombre
La aparición de ese arma vendría a corregir una de las anomalías del caso. Los análisis forenses demostraron que Sancho no utilizó los cuchillos que compró un día antes en la isla tailandesa. Ese dato pondría en cuestión la tesis de un asesinato premeditado, dado que el español no usó las herramientas que había comprado antes para matar ni para trocear el cuerpo de Arrieta
Fuentes del caso explicaron a este medio que el cuchillo que tiene ADN de Sancho y de la víctima tiene también restos biológicos, concretamente un alelo (secuencia genética) de otra persona, un tercer hombre, que no es caucásico ni latino, en alusión a que podría tratarse de uno de los policías tailandeses.
Tal y como reveló CASO ABIERTO, tras su primera confesión del crimen, el español indicó que utilizó un cuchillo Santoku que había cogido del bungalow para trocear el cuerpo de Edwin Arrieta. Afirmó que después del "incidente", lo había dejado en el fregadero de la habitación.
Limpieza espiritual
Allí estaba todavía, según su declaración, cuando participó en la reconstrucción de los hechos con policías tailandeses pero, tras la celebración de una ceremonia budista de limpieza espiritual, el arma desapareció.
De hecho, la dueña del bungalow donde fue descuartizado Edwin Arrieta ya declaró ante el tribunal que los policías le pidieron ese cuchillo, que ya no estaba allí. Ocurrió, dijo, el 16 de agosto.
Ella, entonces se ofreció a darles otro cuchillo igual, pero que pertenecía a otra habitación, no a la que habían estado Arrieta y Sancho. Y en ese cuchillo ahora han aparecido, casi mágicamente como en la bala que atravesó a Kennedy, restos de ADN del acusado del asesinato y de su víctima.
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