“Desde 2008 la compañía está en pleno proceso de transformación y cada día estamos más cerca de alcanzar un futuro sin humo”

Reducir el impacto en la salud y trabajar para que, en un plazo de 10 a 15 años en muchos países, el cigarrillo tradicional pase a ser un objeto del pasado, es el objetivo que se marcó la tabaquera en el año 2008.

El centro de I+D de Philip Morris en Neuchatel (Suiza)

El centro de I+D de Philip Morris en Neuchatel (Suiza)

Juan Páramo, director de Comunicación de Philip Morris en España, nos habla de cómo está siendo este proceso de transformación y de los pasos que están dando para alcanzar un futuro sin humo lo antes posible.

La compañía hizo una apuesta sin precedentes y decidió comenzar un proceso de transformación basado en la innovación y la investigación científica, con el que dar respuesta a esta demanda que la sociedad venía haciendo desde hacía tiempo: ser capaces de reducir el daño provocado por los cigarrillos.

Desde entonces, Philip Morris no ha dejado de trabajar en el desarrollo de estas nuevas alternativas sin humo, con una inversión de más de 9.000 millones de dólares. Tal y como recuerda Páramo, el tabaco no es una excepción, todos los sectores económicos están en pleno proceso de transformación y comparten el objetivo de reducir el impacto de sus productos, “ya sea en el medio ambiente, en la salud, o bien en la sociedad en general”.

Pero para que esta meta llegue a ser una realidad y se consiga dejar atrás los cigarrillos lo antes posible, es necesario que los fumadores tengan información veraz y basada en ciencia sobre lo que representan estas nuevas alternativas. Páramo reconoce que “esto es ya una realidad que no tiene marcha atrás, pero para avanzar lo más rápido posible, necesitamos que exista un diálogo con las autoridades públicas basado en la evidencia científica hasta la fecha”.

El reto de la desinformación sobre las alternativas sin combustión

“El principal reto que tenemos es hacer frente a la desinformación y a la confusión que existe alrededor de estos productos entre los fumadores adultos a los que están destinados” comenta Páramo. Desde la compañía saben que es necesario hacer llegar información avalada por la ciencia y clara al fumador adulto para que sepa que estos dispositivos sin humo no son inocuos ni están exentos de riesgo pero que, en base a lo que han demostrado las investigaciones, suponen una alternativa mejor para los fumadores adultos que no van a dejar el hábito. De hecho, la propia empresa lanzó un estudio[1] donde el 80% de los encuestados, 8 de cada 10, indicaron que, si dispusieran de información apropiada sobre la ciencia que las avala, se plantearían la posibilidad de cambiar a estas alternativas sin combustión. “Entendemos que es necesario hacer llegar esa información al consumidor para que puedan tomar decisiones de manera informada”.

Innovación y desarrollo científico para la transformación

Según destaca Juan Páramo, la valoración que hace la compañía sobre la transformación que está liderando en el sector es muy positiva, aunque recuerda que “es verdad que estamos al principio del viaje. Hace solo cinco años que empezamos a comercializar estos productos. Y en apenas cinco años hemos pasado de cero a un 30% en ingresos de la compañía proveniente de estas nuevas alternativas sin humo.  Y tenemos el objetivo de conseguir, para el año 2025, alcanzar un 50%”.  

La compañía ha hecho una apuesta sin precedentes

La compañía ha hecho una apuesta sin precedentes /

Para alcanzar un futuro libre de humo, Philip Morris sigue invirtiendo en investigación científica en sus dos centros de Neuchâtel, en Suiza, y Singapur, donde aproximadamente 1.000 científicos trabajan en el desarrollo de estas alternativas sin combustión. Como dato, cabe señalar que actualmente la compañía se sitúa en la posición 45 en la lista de patentes presentadas en la Oficina de Patentes de la Unión Europea, algo tradicionalmente inusual en esta industria.

“Tenemos más de 6.300 patentes presentadas y más de 4.600 patentes aprobadas, es decir, nuestra apuesta por estos productos y por conseguir este futuro sin humo sigue avanzando”

Juan Páramo.

— Director de Comunicación de Philip Morris Spain

La apuesta por un futuro libre de humo

Tal y como destaca el responsable de comunicación de la compañía en España, “es verdad que queda mucho todavía por avanzar. Pero ya se empiezan a ver resultados en diferentes países”, y pone como ejemplo el caso de Japón que registraba unas tasas de reducción de tabaquismo entorno al 1% entre los años 2013 al 2015. Sin embargo, desde el lanzamiento de estas nuevas alternativas en el mercado nipón, la tasa de reducción de fumadores representa ya un 5% anual. “Esto quiere decir que casi 3 de cada 10 fumadores abandonaron los cigarrillos en Japón, la forma de consumo de tabaco y nicotina más nociva que existe”, afirma.

En este sentido, cada vez más países ven el potencial que tienen estas alternativas libres de humo en términos de salud pública. En Estados Unidos, la Agencia de Alimentos y Medicamentos, la FDA, autorizó hace dos años la comercialización del dispositivo de calentamiento del tabaco diseñado por Philip Morris como un producto de riesgo modificado. Esto quiere decir que es un producto diferente del cigarrillo, porque no existe combustión y, por tanto, se reduce significativamente la generación de sustancias nocivas o potencialmente nocivas presentes en el humo en comparación con un cigarrillo.

Por qué cambiar totalmente a estos productos es una mejor opción que seguir fumando

Según explica Juan Páramo, aunque la tabaquera dejara de vender cigarrillos mañana el problema del tabaquismo no terminaría, puesto que ese mismo hueco en el mercado lo ocuparía otra empresa. De ahí la importancia de desarrollar alternativas que supongan un cambio a mejor para los fumadores adultos.

¿Por qué son mejores? Porque evitan la combustión. El cigarrillo convencional quema el tabaco, y el humo que se genera contiene 6.000 sustancias químicas aproximadamente, de las cuales unas 100 han sido identificadas por las autoridades en salud pública como dañinas o potencialmente dañinas, y que son la principal causa de enfermedades relacionadas con el hábito de fumar.

De manera opuesta, Páramo explica que, “las alternativas libres de humo lo que hacen es eliminar el proceso de combustión, provocando una reducción significativa en los niveles de sustancias químicas nocivas o potencialmente nocivas si las comparamos con el humo del cigarrillo. En el caso de los dispositivos de calentamiento de tabaco, aunque no necesariamente es una cifra equiparable en términos de reducción de riesgo, hablamos en torno a una reducción de un 90-95%”.

Adicionalmente, enfatiza que con el uso de los dispositivos de calentamiento de tabaco se inhala nicotina[2], que es adictiva, por lo que estos dispositivos solo están dirigidos a los fumadores adultos que se planteen cambiar a una opción mejor y en ningún caso a menores o no fumadores, puesto que no están exentos de riesgo.

Para concluir, Páramo recuerda que “desde Philip Morris creemos, y es importante decirlo, que la mejor opción que puede escoger una persona es no empezar a fumar; y si ya fuma, lo mejor que puede hacer es dejar de consumir tabaco o nicotina en cualquiera de sus formas; pero si no lo va a dejar, entonces la mejor opción está en cambiar a una alternativa menos dañina en base a la ciencia”.

[1] Encuesta internacional realizada por la entidad independiente Povaddo en 2021 sobre la desinformación.

[2] La nicotina es una sustancia adictiva presente de manera natural en la hoja de tabaco. Aunque no es la principal causa de las enfermedades relacionadas con el hábito de fumar, no es inocua y está contraindicada para determinados perfiles (menores, embarazadas, lactantes, diabéticos, personas con hipertensión o insuficiencias cardiacas).