SALUD MENTAL

La mitad de las depresiones en los mayores pueden evolucionar a demencia o alzhéimer

Aumentan los ingresos de personas de la tercera edad en las unidades hospitalarias de Salud Mental por riesgo de suicidio y trastornos afectivos agudizados por la soledad. Los geriatras detectan un repunte del 25% de los casos de depresión

Salud mental.

Salud mental.

J. Hernández

La mitad de las depresiones existentes en la tercera edad pueden evolucionar hacia un síndrome demencial o un cuadro neurodegenerativo de alzhéimer. Así lo afirman los psiquiatras, que señalan que el caso de esta última enfermedad la depresión puede preceder a su aparición mientras que en el parkinson puede acompañarla desde un principio.

Lo alarmante es que los geriatras están tratando a un 25% más de personas mayores, a partir de 75 años, con cuadros de depresión, miedos incapacitantes y pensamientos suicidas. Una situación exacerbada por el encierro que supuso la pandemia y que está aflorando ahora, con pesadillas nocturnas que impiden dormir a muchas personas de edad avanzada y temor a salir a la calle.

A lo largo de 2022, los centros de salud de la Comunidad Valenciana atendieron a 161.779 pacientes con depresión y otras 27.783 personas fueron diagnosticadas en las unidades de Salud Mental, según datos de la Conselleria de Sanidad.

Del total, las mujeres representan el 72,8 % frente al 27,2% de los hombres. Por provincias, la red de Primaria de la provincia de Alicante asistió a 55.854 pacientes, lo que supone 155 al día; y 8.855 en las unidades de Salud Mental de Alicante. Por edades, la mitad de los pacientes con depresión tienen entre 60 y 85 años (49,7 %).

Profesionales como el jefe de Psiquiatría del Hospital Doctor Balmis de Alicante alertaron, coincidiendo con el Día de la Salud Mental, de que al serio riesgo de suicidios en la franja de edad entre 15 y 29 años les siguen a su vez los casos entre mayores de 70 años entre los picos detectados más significativos.

El doctor Vicente Elvira, jefe de Psiquiatría del Hospital Universitario Sant Joan d'Alacant, pone el acento en cómo la pandemia ha provocado una eclosión con un incremento generalizado de la demanda de Salud Mental y sobre todo entre los más vulnerables, niños, adolescentes y personas mayores, con cuadros de trastornos afectivos, psicóticos y trastornos alimenticios. En este sentido, hay ingresos en la unidad de Psiquiatría, la segunda más grande de la Comunidad Valenciana, de personas de hasta 91 años.

Alteraciones de conducta

Aunque se producen hospitalizaciones por deterioro cognitivo y alteraciones de conducta, el doctor apunta que la mayor demanda es por alteración de la realidad con síntomas psicóticos y por problemas afectivos con intentos de suicidio, agudizados por cuadros de soledad, y personas dependientes. "A veces hay una problemática social y se detecta una extrema vulnerabilidad en la unidad de agudos que se intenta solucionar" con la intervención de la trabajadora social, que contacta con el ayuntamiento y que los servicios sociales compensen la situación social de dependencia asociada al envejecimiento. En todo caso, en la unidad de Salud Mental del centro, que cuenta con 30 camas, suelen estar hospitalizados uno 5 o 6 pacientes por encima de 65 años.

El doctor recuerda que el envejecimiento en soledad es un factor de riesgo para la depresión y para otras enfermedades psiquiátricas así como para el deterioro cognitivo. "Estar acompañado y sentirse útil hasta el final protege a la persona y la protege de la demencia pero también de la depresión. Es importante y ahora los abuelos están francamente solos la mayor parte y envejecen solos porque no caben en las familias o en el tiempo de las familias y además no tienen una función con lo cual ya tenemos el caldo de cultivo", señala el psiquiatra.

Acontecimiento traumático

Asimismo, incide en que la pandemia ha actuado como factor estresante al ser un acontecimiento traumático"Los grupos de población más vulnerables son los que más lo notan y los que más van a acabar con depresión e intentos de suicidio. Este grupo ha sido muy vulnerable porque el poco contacto que tenían lo han perdido durante un tiempo, y muchas veces no se ha recuperado. Han perdido esa autonomía de salir y mantenerse y eso lo estamos viendo". Así, recuerda como "ancianos que vivían solos que se juntaban en los parques o quedaban para tomar un café perdieron ese hábito y poco a poco han entrado en depresión, que tiene más de 20 veces el riesgo de un intento de suicidio que la persona que no lo está".

Cruz Roja Te Escucha, servicio de la ong para atender la soledad de la población y prestar ayuda, recibe cada vez llamadas de personas mayores con depresión. Este fue el caso de Victoriano, un vecino de La Vila Joiosa de 74 años. "Esta persona había contactado porque a sus asuntos personales se sumaba que había perdido a su mascota y se había agudizado más la depresión. Contactamos con él y se le asignó una persona voluntaria para actividades de acompañamiento. Semanalmente empezaron a hacer paseos y a compartir actividades de ocio", explicaron desde la entidad.

Los grupos de población más vulnerables son los que más lo notan y los que más van a acabar con depresión e intentos de suicidio

Desesperación

"Llega un momento que la soledad es tan dura, tan dura, tan triste, que no poder hablar con personas cara a cara es llegar a la desesperación", afirma Victoriano, que llegó hace 7 años a la provincia de Alicante desde Madrid tras divorciarse y con una relación conflictiva con sus hijos. A la falta de una red de apoyo se sumó, hace algo más de un año, el fallecimiento de su perrita con casi 12 años, y no pudo más. "Su compañía era esencial. Cuando murió me encontré solo, solo, solo".

Además de asistir a terapia con psiquiatras y psicólogos, contactó con Cruz Roja pidiendo en reiteradas ocasiones la posibilidad de tener algún tipo de acompañamiento. La ONG le brindó el apoyo de dos personas con las que ha creado una amistad, además "muy cultas, muy versadas en muchos temas, como pintura, arquitectura, teatro, cine, cosas que me gustan y domino un poco. Congeniamos y teníamos muchos temas para hablar".

Aunque no quería más mascotas porque cuando se van "el duelo es muy grande", la depresión era tal que decidió coger el coche y conducir de madrugada hasta Illescas (Toledo) a buscar a su nueva compañera de vida, Kira, una caniche leonada, "y desde entonces me ha cambiado la vida". Le encanta jugar con ella, le entretiene mucho, afirma Victoriano, que ofrece su testimonio "para otras personas a las que les puede venir muy bien el acompañamiento. Se me juntaron tantos elementos negativos que me hicieron coger una depresión de caballo y no sabía por donde salir".

La última encuesta europea de salud también recoge que los cuadros depresivos se disparan a partir de los 65 años. Según la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, este colectivo presenta una prevalencia elevada de algún cuadro depresivo, es decir, prolongado en el tiempo, en un 20% a nivel de población y hasta en un 45% en los mayores hospitalizados. De hecho, uno de cada tres mayores sufre desnutrición severa: son cada vez más longevos, lo que está detrás de que cada vez se estén detectando mayores problemáticas por factores físicos, anímicos y sociales. Además, muchos de ellos viven solos, cerca de 90.000 personas en la provincia que tienen 65 años o más.

El confinamiento y en general la pandemia han puesto en el centro del debate los trastornos de salud mental obligando a las administraciones a dotar de más recursos y a repensar los tratamientos para todas las franjas de edad. El comisionado de la Generalitat para la Salud Mental, Rafael Tabares, destaca el aumento de la demanda de asistencia por problemas de salud mental en los centros de salud de Atención Primaria en hasta un 20%. "Todo lo que tiene que ver con la pandemia y la situación de crisis económica está aumentando la demanda aquí y en todo el mundo", señala.

¿Sabes por qué tienes vértigos, el tercer motivo de consulta en Atención Primaria?

¿Sabes por qué tienes vértigos, el tercer motivo de consulta en Atención Primaria? / EPE

"La pandemia les ha dejado una base psicológica muy tocada a todos ellos. Antes en invierno se entristecían un poco pero ahora las depresiones son mucho más severas, tardamos mucho más en tratarlas, encontramos pacientes más deprimidos y complicados, con miedos que hay que tratar porque de lo contrario se quedan encerrados en casa", explica el geriatra José María-Gómez Reino"Los miedos nocturnos y las pesadillas es una combinación nada agradable para las personas mayores. Tardan más en recuperarse y después sufren insomnio", afirma.

A esto se suma que no es fácil que cuenten lo que les está sucediendo y que está aflorando ahora pues durante la fase más aguda de la pandemia, pese a ser el grupo en el que el virus provocó mayor morbilidad y mortalidad, presentaron menores niveles de depresión, ansiedad y estrés según una encuesta online realizada a más de 1.600 personas entre el 29 de marzo y 5 de abril por el Instituto de Investigación del Hospital 12 de Octubre de Madrid i+12, la Universidad Miguel Hernández y el Hospital Universitario de Sant Joan. El estudio atribuyó esa templanza a la vivencia de la posguerra que les habría proporcionado mecanismos de defensa ante las adversidades.

"Es difícil que te lo digan, hay que sacárselo. Ya el año pasado ocurría pero este año está más acentuado aunque debería ser lo contrario porque hay menos covid, y muchos de los que lo tienen lo pasan leve, con poco ingreso hospitalario pero mentalmente están mal y la asistencia está flojita a nivel de todo, tanto en la sanidad pública como en la privada. Hay pocos psiquiatras, pocos psicólogos y pocos geriatras, y hacemos lo que podemos. En Atención Primaria sucede lo mismo".

Advierte el profesional que es una problemática seria que puede durar años. "Les da miedo incluso cruzar la calle. Tengo pacientes que se quedan bloqueados y les ha tenido que ayudar a cruzar la calle otra persona, llega hasta ese nivel. Con estos miedos se veían muy pocos y ahora bastante más. Antes de la pandemia no se deprimían fácilmente y ahora sí, hay mucha depresión en el anciano, en el mayor, y más seria y grave. El encierro ha sido criminal para ellos y para los jóvenes".

Soledad

Cientos de personas mayores han contactado con el servicio Cruz Roja Te Escucha para atender la soledad de la población y prestar ayuda desde su puesta en marcha en abril de 2020, coincidiendo con la pandemia, fundamentalmente en situación de aislamiento y soledad no deseada. Una demanda que se ha manteniendo en el tiempo. Las llamadas de personas mayores de 65 años suponen más del 15% del total de las recibidas.

María Rosario Díaz, vecina de Alicante de 87 años de edad, contactó con Cruz Roja para paliar la soledad. Sin hijos ni hermanos, todos han fallecido dado que fue la pequeña de ocho y eran mayores cuando ella nació. Necesita atención y acompañamiento porque sus problemas de columna y la artritis le dificultan hacer vida normal. "Realizan una labor estupenda, me dan la vida porque estoy sola, completamente sola para todo", afirma sobre los voluntarios y trabajadores sociales de la entidad.

Antes de la pandemia no se deprimían fácilmente y ahora sí, hay mucha depresión en el anciano, en el mayor, y más seria y grave. El encierro ha sido criminal para ellos y para los jóvenes

Ellos le acompañan a pasear dado que el médico le ha dicho que intente andar, la llevan a hacer gestiones si lo necesita y la recogen en coche dos veces a la semana para que pueda realizar actividades con otras personas. Tiene ayuda municipal aunque afirma que se la han recortado. "Soy muy creyente y pienso muchas veces que hay otros que están peor. Con lo independiente que he sido...", afirma resignada una mujer que tiene una cabeza privilegiada, aunque a veces piensa que le lleva a sufrir demasiado.

Escasa asistencia psicológica

"Percibimos un déficit en la atención a la salud mental de las personas mayores y, en general, a la de toda la sociedad. Pero son muy pocas las personas mayores que reciben asistencia psicológica. La mayoría toman medicación (antidepresivos, tranquilizantes, pastillas para dormir, etc.) pero jamás han estado en la consulta de un profesional de la Psicología", señala Mar Echenique, responsable de Proyectos de Salud Mental en Cruz Roja.

La principal problemática que encuentran en las personas mayores es la soledad, agravada, en muchos casos, por el duelo tras el fallecimiento de la pareja, de familiares cercanos y amistades; y por la sensación de aislamiento en una sociedad que avanza excesivamente deprisa y que cada vez les tiene menos en cuenta, en lo que influyen las nuevas tecnologías, las dificultades para llevar a cabo trámites y gestiones a través de Internet y la escasez de recursos presenciales en la sociedad actual.

"Por otra parte, la precariedad económica, más acuciante actualmente como consecuencia de la inflación, conlleva también tristeza y desesperanza ante la falta de recursos y la imposibilidad de ayudar a sus hijos, hijas, nietos y nietas, que en muchas ocasiones han perdido el empleo y están viviendo apuros económicos", apunta Echenique, que recalca que a menudo se deposita sobre las personas mayores la responsabilidad de cuidar de sus nietos en una etapa de la vida en la que muchas de ellas suelen padecer alguna enfermedad crónica, falta de energía y agotamiento.

Cruz Roja desarrolla el proyecto "Enrédate", para trabajar con la soledad, subvencionado por la Conselleria de Vicepresidencia y Políticas Inclusivas, con más de 1.600 usuarios en la provincia. Una iniciativa que contempla acciones de acompañamiento para impulsar y apoyar la participación del mayor en actividades que fomenten la interacción con su medio, con el fin de que pueda crear nuevas redes sociales, reforzar las existentes y restablecer aquellas que se han visto deterioradas; y otras de capacitación dirigidas a talleres formativos encaminados a la captación de competencias básicas y técnicas que les dote de habilidades y herramientas para una participación activa.

La ansiedad es el problema de salud mental más frecuente en España.

La ansiedad es el problema de salud mental más frecuente en España. / EPE

Teléfono de la Esperanza

Otro indicador de la situación del colectivo es su interacción con el Teléfono de la Esperanza de Alicante. Si el promedio de llamadas de personas mayores de 65 años era de 500/600 anuales antes de la pandemia, con el estallido de la crisis sanitaria se dispararon. En la actualidad se mantienen en altos niveles, con unas 1.600 anuales, es decir, se han triplicado.

De ellas, un 30% son por ansiedad y depresión; y el 50% son personas que se sienten solas y llaman para charlar sobre el tiempo, la compra, de política o el covid, "porque no tienen con quien hablar. Existe una importante problemática de soledad, porque muchos tienen hijos pero mantienen una relación distante o no tan frecuente como les gustaría", explica el doctor en Psicología Germán Ricardo.

En 2020, el Teléfono de la Esperanza decidió crear un programa específico vinculado a las personas mayores, que recibe al año 1.800 llamadas, para evitar que bloqueen la línea de atención en crisis. Este programa está atendido por un grupo de voluntarios que además les llama al menos una vez a la semana o más en función de la problemática para paliar la soledad, el sufrimiento y prevenir que determinadas situaciones se agraven.

"Podríamos pensar que después del confinamiento disminuirían estas llamadas pero no ha sido así. Todas las investigaciones que se hacen hablan no solo del envejecimiento de la población sino de lo que implica y de la tendencia de las personas muy mayores a querer vivir solas por autonomía pero a veces esto genera soledad, abandono e incluso exclusión. La soledad mata porque ya se han detectado problemáticas que ponen en peligro la vida de las personas mayores solas como caídas, desnutrición o agravamiento de las enfermedades crónicas", concluye Ricardo.