SEGOVIA

Las ruinas de esta iglesia medieval se caen a cachos sobre el cementerio mientras su ábside se exhibe en Nueva York

La bóveda del templo de San Martín de Fuentidueña, del siglo XII, fue el último caso de patrimonio que salió de España durante la dictadura de Franco

El alcalde de este pueblo de Segovia reclama financiación para consolidar los muros que quedan, que se desprenden y han llegado a dañar tumbas

Fotomontaje de las ruinas de la iglesia de San Martín de Funetidueña y el ábside del templo expuesto en el Met Cloisters de Nueva York

Fotomontaje de las ruinas de la iglesia de San Martín de Funetidueña y el ábside del templo expuesto en el Met Cloisters de Nueva York / EPE

Roberto Bécares

Roberto Bécares

El río Duratón baja embravecido cruzando los ojos del bello puente medieval de Fuentidueña (Segovia), que daba acceso a la antigua ciudad forticada alzada sobre una loma y rodeada de una muralla de la que ya sólo quedan algunas partes en pie. Tachonando la colina, presidiendo el valle, como un diente mellado, se erigen las ruinas de la Iglesia románica de San Martín. Comenzada a levantar en el siglo X, era un ejemplo del románico de estos lares, no tan conocidos como el de otros lugares de Castilla y León, pero muy valioso. De hecho, el románico característico de la zona era conocido como el Taller de Fuentidueña.

Perspectiva de Fuentidueña, levantada sobre una colina y con parte de los restos de la muralla medieval.

Perspectiva de Fuentidueña, levantada sobre una colina y con parte de los restos de la muralla medieval. / EPE

  De aquel templo, que se acabó de construir en el siglo XII, ya apenas quedan unos muros, cuyas piedras, cada cierto tiempo, dan un susto y se desprenden sobre el interior, donde está el cementerio municipal. “Se han llegado a caer encima de una lápida y el Ayuntamiento ha tenido que rehabilitarla”, explica el alcalde, Antonio Martín. El estado de deterioro de las ruinas contrasta con como está expuesto el ábside de esa misma iglesia en el Museo Met Cloisters de Nueva York.   

Se trata de una pieza, según los expertos, de gran “valor artístico”. “Es un románico de alta calidad que tiene además una importancia institucional, ya que es el último bien inmueble que salió de España durante la dictadura de Franco, tras un acuerdo con EEUU para que nos devolvieran las pinturas de San Baudelio de Berlanga (Soria), que están actualmente en el Museo del Prado”, explica Alejandro Barceló Hernando, profesor universitario especializado en patrimonio cultural y vecino de Fuentidueña.

Expolio

Fue un caso más del vasto expolio que se hizo al patrimonio español en la primera mitad del siglo pasado, vendiéndose a coleccionistas extranjeros, sobre todo de EEUU. Así ocurrió, por ejemplo, con el claustro del primer monasterio cisterciense en la península, construido a pocos kilómetros de Fuentidueña, en Sacramenia. Comprado por el magnate William Hearst, actualmente se exhibe en un centro religioso de Miami.  

Cuando se produjo en 1958 el desmontaje de la iglesia de Fuentidueña, que había sido protegida en el año 31, esta ya estaba en estado de semiabandono, pero su marcha dejó de alguna manera una herida abierta en el pueblo, sobre todo ahora que se está potenciando el turismo de esta preciosa villa, que mantiene inmaculada su iglesia de San Miguel, también románica, y declarada Bien de Interés Cultural.  

Las ruinas de la iglesia de San Martín de Funetidueña, vistas atráves de la muralla medieval.

Las ruinas de la iglesia de San Martín de Fuentidueña, vistas através de la muralla medieval. / EPE

“Las leyes de patrimonio artístico del 31 determinaron que ningún bien arquitectónico podía salir del país, pero en la Guerra Civil pasa lo que pasa y el patrimonio se usa desde entonces de una forma distinta. El Estado llega a un acuerdo para que este ábside, que ya estaba en ruinas, se intercambiara. Fue una acción alegal, está en el limbo”, aprecia Barceló, que asegura que el desmontaje se realizó por expertos “de primer nivel, como Gómez Moreno, su hija, y un arquitecto de la Universidad de Valencia llamado Alejandro Ferranz”.  

Financiación

El estado actual de las ruinas trae un problema añadido, y es que se necesita financiación para ejectuar las obras necesarias para mantenerlas como están y que no continué el deterioro. “Lo que queremos es consolidar la parte superior de iglesia”, asegura el alcalde, que explica que el Obispado cedió hace años el inmueble al Consistorio, pero hay que pedirle permiso para rehabilitarlo y proteger así mismo las lápidas del cementerio que se encuentran en su interior, ya que con la lluvia, el viento y las tormentas afectan a la argamasa de las piedras y ceden.   

Las lápidas y tumbas del cementerio de Fuentidueña, en el interior de la iglesia de San Martín.

Las lápidas y tumbas del cementerio de Fuentidueña, en el interior de la iglesia de San Martín. / EPE

“Es cierto que lo significativo se lo llevaron, pero hay que ejecutar un proceso de consolidación de la parte interior, de los muros. Es importante para el pueblo porque ahí está el cementerio”, señala el experto, que explica que habría que realizar un estudio arqueológico previo y un pequeño proyecto histórico y “ya dar números”. Para todo ello sería fundamental la ayuda económica de la Junta de Castilla y León, que si se consigue protegería también la antigua necrópolis del siglo XII que está en el perímetro de la iglesia, con alrededor de 200 tumbas antropomorfas talladas en roca.  

“Realmente el turismo de Fuentidueña”, aprecia Barceló, “es un turismo que podría ser equiparable al de Ayllón o otros pueblos de la zona, pero la historia ha sido más cruel con Fuentidueña. Tenemos mucha identidad patrimonial, patrimonio escultórico y eso hay que fomentarlo”. “¿Cuántos pueblos de Segovia pueden presumir de que tienen patrimonio en un museo de EEUU? Hay que sacarle partido porque eso no va a volver”, precisa el profesor universitario, que considera la política de devolver y recuperar piezas con otros países “populismo barato” ya que las “circunstancias” políticas e históricas hicieron que “lo esté hecho esté hecho, esté bien o mal”.  

Imágenes del desmontaje piedra a piedra (todas ellas estaban numeradas) del ábside de la iglesia de San Martín de Fuentidueña.

Imágenes del desmontaje piedra a piedra (todas ellas estaban numeradas) del ábside de la iglesia de San Martín de Fuentidueña. / MET

Entretanto, el Consistorio de esta villa medieval, rica en agua con numerosos manantiales de los que se surten 30 pueblos de la zona -Fuentidueña significa “señora de las fuentes”-, se está impulsando mucho el turismo. “Vienen mucho grupos de familias desde Madrid o Segovia, se alojan en el entorno. Pese a ser temporada baja, estos meses hemos tenido 700 personas”, explica la técnico turística del pueblo, que realiza una muy interesante ruta guiada de dos horas por el conjunto histórico, mostrando la arquitectura popular, la ruina y la necrópolis de San Martín, y la iglesia de San Miguel, entre otros lugares. “La gente se lleva una sorpresa muy grande con lo que encuentra. Es para ellos un descubrimiento”.

Tumbas antropomórficas excavadas en la piedra desde el siglo X frente a la iglesia de San Martín de Fuentidueña.

Tumbas antropomórficas excavadas en la piedra desde el siglo X frente a la iglesia de San Martín de Fuentidueña. / EPE