GIROS IMPOSIBLES

El Ayuntamiento de Madrid rehace la obra de su primer bus rápido porque los vehículos no podían girar

Los autobuses disponen de un carril segregado y no cabían al incorporarse en las rotondas

Las máquinas picaron las isletas ya construidas y se redujo su tamaño

Así es el bus rápido que trae de cabeza a los vecinos de Sanchinarro

PI Studio

Analía Plaza

Analía Plaza

Los vecinos de Sanchinarro, un barrio al norte de Madrid, disfrutan desde ayer de una nueva línea de autobús. No es una línea cualquiera: se trata de un bus de tránsito rápido (BRT, por sus siglas en inglés) que circula por un carril reservado y dispone de prioridad semafórica, esto es, que el semáforo se pone en verde cuando llega para que el trayecto sea más fluido y veloz.

Los BRT funcionan desde hace décadas en ciudades de todo el mundo. Son especialmente populares en Latinoamérica, aunque en España ya pueden verse en Vitoria, municipio que inauguró sus primeras líneas en marzo de 2022. Su principal ventaja, tal y como destaca el Ayuntamiento de Madrid en la nota de inauguración, es que son como un tranvía. Pero el coste y tiempo de implantación es mucho menor.

Este es el Bus Rapid de Madrid

Este es el Bus Rapid de Madrid / EMT

El primer Bus Rapid —nombre comercial que le ha puesto el consistorio— madrileño ha supuesto una inversión total de 18 millones de euros: 5,3 millones para autobuses (eléctricos y redondeados, como si efectivamente fueran un tranvía) y 12,8 millones para la construcción de la plataforma segregada, de los cuales cuatro son para la semaforización. Sanchinarro es una zona de grandes avenidas de hasta seis carriles de circulación. Lo que ha hecho el Ayuntamiento en dos de las principales arterias, la avenida Francisco Pi y Margall y la avenida de Austria, es quitarle un carril a los coches para dejárselo al autobús y construir medianas que lo separen. Las paradas quedan en el medio, de modo que las incorporaciones han pasado de tener tres carriles para coches (coche-coche-coche) a uno (coche-isleta con parada-carril bus).

En las siguientes fotos se observa el antes y el después:

La gran avenida, antes del BRT

La gran avenida, antes del BRT / Google

Así ha quedado la plataforma segregada del BRT

Así ha quedado la plataforma segregada del BRT / A.P

El autobús entra y sale de su carril segregado a una rotonda. El problema con el que se encontraron los conductores de la EMT la semana pasada, a pocos días de la inauguración, fue que los autobuses no podían girar para incorporarse a dicha rotonda. "Los accesos se habían quedado demasiado pegados a la rotonda y los autobuses tenían que invadir los tres carriles porque no cabían. No pudieron completar ningún viaje", relata un conductor de la EMT conocedor del asunto. "Se dieron cuenta y ese mismo día lo levantaron todo. El bus rápido puede estar bien, pero se han gastado una barbaridad de dinero y está mal diseñado".

Vecinos del barrio han compartido pruebas gráficas del momento en el que regresó la piqueta y empezó a deshacer lo construido. "La obra ya había terminado y se había retirado todo, dejándolo listo para la inauguración", explica Carolina Seoane, residente en Sanchinarro. El martes pasado, sin embargo, "volvieron a aparecer las máquinas. La obra me ha tocado muy de cerca. Pero es que, además, habían asfaltado la calle entera en octubre".

Otra isleta modificada

Otra isleta modificada / A.P

En la cuenta de Instagram de la asociación de vecinos del barrio, muy beligerante con el nuevo autobús, compartieron las imágenes y varios vecinos comentaron que habían visto autobuses en problemas, atascados u obligados a subir a la mediana para poder hacer el giro. No solo a los rápidos y eléctricos, también a los de las líneas convencionales que aprovechan la infraestructura.

Este periódico ha podido comprobar in situ cómo al menos dos de las isletas situadas frente a rotondas han sido modificadas. Fuentes de la EMT reconocen que "en determinadas zonas se amplía alguna entrada a calle para mejorar la facilidad de circulación, pero siempre han cabido los autobuses y los coches". Añaden que van a introducir zonas verdes "como han pedido los vecinos" y "en algunos casos, rebajar el bordillo".

Isleta modificada en Sanchinarro

Isleta modificada en Sanchinarro / A.P

Las rectificaciones en la obra empezaron el martes pasado, a solo siete días de la puesta en marcha. Aun así, uno de los conductores de la nueva línea reconocía este martes —el día de la inauguración— que los giros para incorporarse a las rotondas no eran nada fáciles. Fuentes expertas en movilidad creen que lo que ha habido es descoordinación y que no se han calculado correctamente los radios de giro de los autobuses. "Cuando te pagan por una obra esa es una de las cosas que tienes que hacer. Es como si se organiza un convite y se acaba la cerveza. ¿Es una chapuza? Depende de si lo haces tú para tus amigos o lo hace un profesional", ejemplifican.

El proyecto de construcción del bus rápido le fue adjudicado a Grusamar Ingeniería y Consulting el pasado mes de agosto por 17.906 euros. EL PERIÓDICO DE ESPAÑA ha intentado recabar su versión sin éxito.

Rechazo de los vecinos

La asociación de vecinos de Sanchinarro convocó el día de la inauguración una concentración para mostrar su rechazo al nuevo autobús. Acudieron una veintena de personas que, bajo una intensa lluvia, repartieron chapas con los lemas "#BusCaos LaVida", "Bus al hospital, no la obra del Escorial", "Bus rapid llegó, los árboles taló" y "Cuello de botella, Sanchinarro se estrella". Protestaban por las obras y por los atascos que provoca la reducción de carriles.

Cuentan que llevaban años reclamando una línea de autobús que les llevara al hospital Ramón y Cajal. "Siempre nos habían dicho que no era posible. Y de repente vemos las obras y todo levantado", dice Socorro Sáez, presidenta de la asociación. "No se ha dado el proyecto a conocer, no se nos ha dado opción a opinar... Para poder hacer un carril en exclusiva han quitado un carril en las avenidas grandes. Y en el centro de salud que tenía dos carriles solo han dejado uno para los coches, con el consiguiente problema de atascos".

"Sanchinarro es muy cochista, así que la gente está muy enfadada porque le quitan el carril", comparte Seoane. "Yo creo que la infraestructura es buena, pero que la obra se ha ejecutado sin comunicar y con errores en la ejecución. Y voy más allá: ¿es esto lo que necesitaba el barrio? ¿O nos están usando como prueba piloto para ver si este modelo funciona y así hacerlo en otros lados? Lo que más puede necesitar la gente es un centro de especialidades o un polideportivo. Pero hacer un bus así es más fácil aquí que en la Castellana".

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