TURISMO

Este es el tramo del acueducto de Segovia al que más se suben los turistas: desde ahora 3.000 euros de multa

Los segovianos se muestran divididos sobre las nuevas sanciones establecidas por el Ayuntamiento para proteger el patrimonio

La medida, aprobada por unanimidad de todos los grupos, se toma ante el frecuente 'asalto' de turistas a los sillares más bajos del monumento

“Me parece perfecto, vi en la tele que la gente metía en las grietas de las piedras colillas y basura, es una guarrada”, comenta una turista

Varios segovianos charlan en un banco frente al punto del acueducto donde se suban más turistas.

Varios segovianos charlan en un banco frente al punto del acueducto donde se suban más turistas. / EPE

Roberto Bécares

Roberto Bécares

“Mira, yo confieso ya 83 años y y lo primero que vi en mi vida fue el acueducto; la casa en la que nací estaba a apenas cuatro metros, así que imagínate... Si el objetivo de las multas es frenar el asalto al monumento bienvenido sea”. Andrés, jubilado, pasa la mañana al sol con una amiga en un banco de la Plaza de Día Sanz de Segovia, donde el acueducto y sus 2.000 años de historia hacen una ligera curva hacia la izquierda según se sube la calle Fernán García. Dos carteles enfrentados en español, inglés y francés alertan de que está “prohibido subir al acueducto”, tal y como recoge la Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León.

Es precisamente en este punto, donde una fila de sillares de granito del acueducto está a poca distancia del suelo, donde turistas suelen encaramarse para hacerse fotos o selfies de recuerdo. “Es ahí, sí, yo he visto muchos subirse, sobre todo turistas españoles”, apunta Andrés. Es mediodía, y algún que otro turista se afana en hacer el recorrido entero del acueducto, que atraviesa la localidad durante cerca de tres kilómetros. Una patrulla de la Policía Municipal pasa por la plaza, el agente observa el punto en cuestión, y sigue su camino. A los 10 minutos se deja ver otro coche policial.

“Parece que están pasando más”, comenta una vecina de la zona a cuenta de la modificación de la Ordenanza de Convivencia puesta en marcha hace apenas dos semanas para reforzar la protección del patrimonio histórico de la ciudad. Una medida que se ha convertido en el tema preferido para opinar en Segovia ya que contempla multas de entre 1.500 y 3.000 euros por acceder a la parte superior del acueducto y al canal así como por “escalar, subir, trepar, descolgarse o cualquier otra acción similar” llevada a cabo sin permiso, según explican desde el Ayuntamiento.

Acueducto de Segovia.

Acueducto de Segovia. / Andrea San Martín

Colillas y papeles

A partir de ahora, cualquiera de estas incívicas conductas serán consideradas infracciones muy graves, algo que provoca división de opiniones entre los propios segovianos. “A mí me parece estupendo, hay que preservar el patrimonio, la historia”, cuenta Mariano, peruano residente en EEUU de visita con su mujer unos días por España y que parece atrapado por el síndrome de Stendhal al ver esta impresionante obra de ingeniería hidráulica de la época romana. “¡Buah! Es que la arquitectura es impresionante”.

En la parte principal del acueducto, en la Plaza Oriental, casi pegado al mítico restaurante Mesón de Cándido, hay una grúa municipal realizando labores de limpieza. Un operario quita las hierbas que nacen en las bases de los sillares más altos, sentados “a hueso” unos encima de otros, sin argamasa ni mortero para unirlos, lo que convierte la construcción en única. Las hierbas no es lo único que, según el Consistorio, se tiene que retirar de las piedras, sino todo tipo de deshechos como colillas o papeles que turistas incrustan en los huecos de los sillares, algo para lo que también contempla sanciones la ordenanza.

“Queda prohibido tirar o depositar cualquier tipo de objeto o residuo, así como el vertido de cualquier sustancia líquida en el canal del Acueducto de Segovia”, estipula el artículo 16 de ordenanza, cuya modificación fue aprobada en el pleno del 30 de diciembre por unanimidad de todos los grupos políticos. En este caso, la infracción será considerada "grave" y acarreará una multa entre 750 y 1.500 euros.

“Me parece perfecto, vi en la tele que la gente metía en las grietas colillas y basura, es una guarrada”, aprecia Natalia, que ha venido a pasar un par de días de turismo en Segovia. “Tampoco dejan comer debajo ni apoyarse, y la verdad me parece bien”, explica sobre un aspecto que se ha publicado como tal en los medios y que no es así, sin embargo, puntualizan desde el propio Ayuntamiento a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. “Las multas no son por apoyarse”.

Una sanción

Hasta la fecha la Policía Municipal ha puesto al menos una sanción -por subirse a un sillar para hacerse una foto-, que podría ser conmutada por trabajos sociales, según explican desde el Consistorio, donde añaden que desde que se modificó la ordenanza, que protege en verdad todo el patrimonio histórico de la ciudad, no se ha establecido más vigilancia policial, aunque según va acercándose el mediodía la presencia de patrullas es bastante frecuente.

Dos carteles en la calle Almira de Segovia alertan de que está prohibido subirse al acueducto. 

Dos carteles en la calle Almira de Segovia alertan de que está prohibido subirse al acueducto.  / EPE

El acueducto, construido en el siglo II d.c. y que tenía como objetivo traer el agua a la ciudad desde el río Frío, situado a 17 kilómetros de distancia, en la región de La Acebeda, es sin duda junto al Alcázar el gran reclamo de la ciudad, que es Patrimonio Mundial de la Humanidad y recibe al año más de dos millones de visitantes. Por eso también hay quien piensa que la medida puede perjudicar a la gallina de los huevos de oro del turismo. “Yo creo que no es para tanto. En la fontana de Trevi, por ejemplo, no te vas a meter al agua, pero si te subes al muro de la foto para sacarte una foto”, comentan Fermín, que vende cupones de la ONCE frente al monumento, y su amigo Ángel. “En cualquier caso, deberían informar más de eso, ¿no? Yo no veo ningún cartel”.

“A mí me parece que deberían en el Ayuntamiento estar preocupados de otras cosas, como de quitar los andamios que ponen en el acueducto, o los escenarios, eso sí que ataca la estética del monumento. Incluso ponen castillos de aire para los niños. Que gente de fuera se quiera hacer la foto subido a un pilar no creo que haga nada, sobre todo en la zona de arriba”, apunta un comerciante de recuerdos turísticos que prefiere no dar su nombre.

Ramón y Petra son dos jubilados que viven también en el centro y pasean a diario por la zona del acueducto y apuntan otro aspecto en el que el Ayuntamiento debería reparar. “Mira, en toda esta hilera de pilares, los perros se van meando. Y otros que no son perros. Y eso, aparte de insalubre, también desgasta la piedra”, razona la pareja, que aun así ve bien el alto importe de las sanciones: “Es que la gente abusa. Sube a los niños a los pilares”. “Lo de las meadas es una queja de todos los vecinos de esta zona”, comenta Gonzalo, un vigilante de los parquímetros en la calle Almira, “y no les falta razón porque el pis tiene nitrato y amoniaco y desgasta el granito”.

Aunque haya división de opiniones entre los locales, parece haber unanimidad entre los turistas. “Todo lo que sea respetar la cultura me parece bien. La gente es muy salvaje”, aprecia Isabel, turista procedente de Vitoria. “Es que es una falta de respeto para todos subirse a los sillares”, apunta Irene, estudiante de paso por la zona. Frente al Mesón Cándido asaltamos a Consuelo y Amparo, dos paisanas que viven en las afueras de la ciudad, pero vienen por aquí de vez en cuando. De hecho, les pillamos hablando precisamente de las nuevas sanciones.

- A mí me parece perfecto, como si no tuvieran [los turistas] otras cosas que hacer, y además tiran ahí colillas y basura.

- Esto de las multas lo debían haber hecho antes.