GOBIERNO DE COALICIÓN

Malestar en Sumar por los movimientos del PSOE para arrinconarles en el Gobierno

Los socialistas siguen sin dar respuesta a la petición formal de Yolanda Díaz para abrir una comisión para revisar el funcionamiento de la coalición

Yolanda Díaz, durante su visita a México la semana pasada.

Yolanda Díaz, durante su visita a México la semana pasada. / EFE

Los roces entre los socios de Gobierno empiezan a pasar factura en Sumar, donde ven los movimientos del PSOE como un intento de reducir su peso y visibilidad dentro de la coalición. El último de estos episodios se produjo este mismo viernes, cuando el Boletín Oficial del Estado publicó la creación de un Departamento de Asuntos Culturales adscrito a Presidencia; un área con rango de Dirección General que lleva además una subdirección general adscrita y que choca directamente con las competencias del ministro de Cultura y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, que no tenía conocimiento de la creación del nuevo órgano hasta que vio publicada la decisión.

La noticia, conocida a través del BOE, generó sorpresa y malestar en las filas de Sumar, donde ven claramente un intento por parte de los socialistas de estrechar sus espacios dentro del Gobierno, en este último caso a costa de ampliar el organigrama de Presidencia. También ha generado suspicacias el hecho de que este nuevo área se haya creado un día antes de la la gala de los Goya, la gran cita del cine español que se celebra este sábado y a la que este año acudirá Pedro Sánchez, que coincidirá en la cita tanto con el propio Urtasun como con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que también estará en la ceremonia. Esta misma semana, Sánchez también recibió en Moncloa a diversos representantes del sector del cine.

El afán del presidente por aproximarse a sectores culturales y por crear áreas específicas de esta materia que correspondan al ala socialista se observa en Sumar como una manera de intentar arrinconarles y de crear un contrapeso a Urtasun. Una suerte de competencia interna que coincide con una circunstancia particular, ya que es la primera vez que el PSOE gobierna pero no tiene el control de esta cartera, que en el primer gobierno de coalición con Podemos quedó en manos del PSOE.

El nuevo departamento de Sánchez choca además en competencias con el Ministerio de Cultura, y entre sus funciones está la de "conocer las políticas y programas públicos adoptados y desarrollados por los gobiernos de las comunidades autónomas, a fin de facilitar la cooperación y la cogobernanza en todas aquellas materias que demanden acción concurrente y concertada”. Una tarea de coordinación cultural que correspondería al departamento de Cultura.

LA RESPUESTA DE SUMAR

El debate que se abre ahora en las filas de Sumar es sobre cómo reaccionar ante estos movimientos del Partido Socialista. Mientras algunos observan los hechos como un ataque al que "hay que responder", otros abogan por la discreción de la que Yolanda Díaz siempre ha hecho gala. Entre estos últimos está precisamente Urtasun, que en declaraciones este mismo viernes en Al Rojo Vivo, de La Sexta, evitó aclarar si había sido informado previamente y se limitó a destacó la importancia que Sumar le ha dado a la Cultura frente a la pasada legislatura, donde la cartera que ocupaba Miquel Iceta "estaba diluida con Deporte y sin Secretaría de Estado, que ahora hemos recuperado".

Urtasun desveló también que en las negociaciones de Gobierno exigieron tener precisamente esa Secretaría: "Nosotros cuando negociamos el acuerdo de coalición y se nos propuso llevar Cultura, dijimos que queríamos una representación orgánica digna y a la altura", destacó. "No era correcto que si íbamos a asumir Cultura no tuviéramos un ministerio sin fuerza institucional".

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun.

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun. / EUROPA PRESS

El ministro de Cultura evitó el conflicto con Sánchez y se limitó a recordar que hay precedentes sobre este tipo de departamentos -aunque no con rango de Dirección General-. "Si la Presidencia del Gobierno quiere recuperar la unidad de asuntos culturales que hubo con Rodríguez Zapatero y que fue eliminada, o si hay otro ministerio que quiere ayudarnos a reforzar esa presencia, yo estaré encantado", se limitó a destacar.

No es la primera vez que se abre el debate de cómo responder a los envites del ala mayoritaria del Gobierno. En una reunión parlamentaria la pasada semana, algunas voces pidieron endurecer posiciones respecto a los socialistas y remarcar las diferencias para evitar quedar diluidos en el Gobierno y no perder visibilidad. Sin embargo, en Sumar existe la percepción de que la vicepresidenta segunda del Gobierno guarda cierta dependencia del presidente del Gobierno, con quien procura mantener las buenas relaciones. Unas relaciones que sin embargo se han enfriado en estos últimos días, después del 'plantón' de la dirigente en la votación donde fracasó la ley de amnistía. Yolanda Díaz llegó a admitir el miércoles que no había hablado esta semana con el presidente y que éste no le tenía al tanto de las negociaciones con Junts.

LOS CHOQUES

En Sumar admiten que este episodio con Cultura es el último de muchos en los que el PSOE ha tratado de desdeñar su papel en el Gobierno. No es casual que esta misma semana, Sumar haya pedido formalmente a los socialistas crear la comisión para revisar el funcionamiento de la coalición y "unificar criterios" entre ambos. Esta petición viene motivada por el "malestar" existente, según admiten desde Sumar, por los anuncios unilaterales que ha lanzado el PSOE en asuntos de calado, como la ampliación del Puerto de Valencia, la inversión para ampliar el aeropuerto de Barajas o las vías para aprobar la amnistía. La petición de Sumar, hecha pública el lunes, no ha tenido a día de hoy respuesta alguna.

Y es que los choques se han multiplicado en las últimas semanas. Ya en enero, se produjo a cuenta de la Ley de protección de menores en internet que el propio Pedro Sánchez abanderó, anunciándola él mismo a través de una entrevista. Esta propuesta entraba de lleno en las competencias del Ministerio de Juventud e Infancia dirigido por Sira Rego (IU), y desde su departamento defendían que serían ellos quienes iban a "liderar" todas las acciones en esta materia. Poco después, era la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, quien anunciaba desde la sala de prensa de La Moncloa que se aprobaría un proyecto de ley y se crearía una "estrategia interministerial" con este objetivo. El Ministerio de Infancia quedaba así diluido en la elaboración de la propuesta, dirigida a menores.

Pero el principal choque que se ha dado en el Gobierno corresponde precisamente al departamento que comanda Yolanda Díaz, que también ve limitada su acción dentro de su propio ministerio, al estar obligada a negociar sus propuestas con los departamentos de Economía y Seguridad Social para recibir el 'ok' del ala socialista. Prueba de ello son las resistencias que la propia Díaz denunció que existían dentro de la coalición para llevar a cabo la reducción de jornada laboral sin reducción salarial, un punto incluido en el acuerdo de Gobierno firmado entre Sumar y PSOE.

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz.

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. / José Luis Roca

Pero el episodio más duro vivido entre ambos, y el que ha marcado un punto de inflexión en lpo que va legislatura, fue el primer examen parlamentario del Ejecutivo, que el pasado enero llevó al Congreso tres reales decretos de especial relevancia que lograron un desenlace dispar. Mientras Félix Bolaños lograba aprobar sus dos propuestas a través de negociaciones paralelas e independientes a los propios decretos, la vicepresidenta segunda veía su decreto derrotado por culpa de Podemos. "Bolaños blindó dos decretos y dejó caer uno", critican desde Sumar, donde todavía escuece este episodio. El ala socialista aprovechó este fracaso para cuestionar el perfil negociador de Yolanda Díaz, precisamente por uno de los flancos que más ha tratado de exhibir, y aquello dejó a plena luz la disputa abierta que el ministro de Presidencia y la de Trabajo mantienen en el seno de la coalición. Una disputa que ahora parece extenderse al resto de áreas.