FOCO EN LA AGENDA SOCIAL

El PSOE aparcará la negociación de amnistía con Junts durante la campaña de las gallegas

La consigna hasta el 18-F pasa por voltear el revés de la votación para mostrar firmeza frente a las presiones de Junts

Los socialistas seguirán fijando sus mensajes en la agenda social, los datos de empleo y crecimiento económico, y evitarán una mayor interferencia del debate sobre la amnistía en campaña

El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, junto al candidato del PSdeG, José Ramón Besteiro, durante un mitin el Lugo el pasado fin de semana.

El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, junto al candidato del PSdeG, José Ramón Besteiro, durante un mitin el Lugo el pasado fin de semana. / Europa Press

Iván Gil

Iván Gil

La campaña de las elecciones gallegas arrancará esta medianoche con el debate de la amnistía en el centro de la agenda. El rechazo de Junts al texto, devolviendo la norma un paso atrás en su tramitación, nuevamente a la comisión de Justicia, sitúa el foco a un asunto que los socialistas pretendían sortear para centrarse en su agenda social. Aunque fuentes de Ferraz minimizar su efecto porque "está descontado" este acuerdo de investidura con los independentistas, el PSOE tratará de aparcar la negociación con Junts hasta después de la campaña electoral. Al menos sacarla de la agenda parlamentaria, situando la siguiente votación en el Congreso tras las elecciones del próximo 18 de febrero.

El plazo de la comisión para emitir un nuevo dictamen es de 15 días, pero no se formalizará hasta la reunión de la Mesa del Congreso el próximo martes. El límite, si se atiende a los días hábiles, sería el 26 de febrero. Es por ello que fuentes parlamentarias dan por hecho que no se abordará este debate hasta después del 18-F. El PSOE ahora no tiene prisa e intentará dilatar los tiempos. Tampoco está previsto escenificar contactos con Junts. “Tienen este tiempo para reconsiderar todos los beneficios que tiene esta ley”, afirman fuentes de Ferraz respecto a los posconvergentes.

La consigna, en plena campaña de las gallegas, pasa por voltear el revés de la votación para mostrar firmeza frente a las presiones de Junts y dejar en cuarentena la nueva negociación. En el Gobierno trasladan que ven margen para el entendimiento, pero la campaña de las gallegas no será el mejor momento para buscarlo. El PP está tratando de nacionalizar la campaña y su presidente, Alberto Núñez Feijóo, protagonizará una caravana paralela a la del candidato para revalidar la Xunta, Alfonso Rueda.

Una estrategia, la de nacionalizar la campaña, con la que buscan mantener la tensión de su electorado potencial y capitalizar el malestar social por los pactos con los independentistas. Principalmente, la ley de amnistía. "La humillación es constante, cada día, cada socio, cada votación es un calvario”, atacaba Feijóo desde la tribuna durante el debate de este martes. En Génova se frotaban las manos ante las elecciones gallegas.

Los socialistas seguirán fijando sus mensajes en la agenda social, los datos de empleo y crecimiento económico, y evitarán una mayor interferencia del debate sobre la amnistía en campaña, limitando reuniones o sorteando sesiones en el Congreso. De hecho, sobre los tiempos en la comisión de Justicia, fuentes parlamentarias indican que existe la posibilidad incluso de que este mismo órgano se pueda reunir, pero solo para decidir una prórroga en sus deliberaciones de otros quince días. Y es que la última semana de campaña es inhábil para los Plenos del Congreso, pero las comisiones sí pueden reunirse.

De las prisas para aprobar la norma en el Congreso, los socialistas ahora quieren ganar tiempo hasta que transcurran los comicios en Galicia. Algo sobre lo que se ven legitimados al considerar que ha sido Junts quien con su voto en contra cayó en la contradicción por exigir primero una tramitación de urgencia y ahora dilatar el proceso. Se asume además que con el retraso de la ley de amnistía se retrasarán también los Presupuestos. Los cálculos del Ejecutivo pasaban por llevar el proyecto al Congreso dentro un mes y aprobarlos definitivamente en abril, después de que entrase en vigor de la medida de gracia. Un calendario que ahora se verá modificado.

Movilización electoral

La prioridad son las elecciones gallegas y empujar un vuelco electoral. Las encuestas no le sonríen al PSdeG, con José Ramón Gómez Besteiro situado como tercera fuerza a varios puntos de la candidata BNG, Ana Pontón, pero en Ferraz se da bueno que los populares no revaliden la Xunta pese a que sean los nacionalistas gallegos quienes lideren el hipotético cambio. En la dirección del PSOE se abona la tesis de que una derrota de los populares complicaría la continuidad de Feijóo al frente del partido. “Lo que se dirime es rescatar al soldado Feijóo de otro tropezón electoral”, aseguraba el pasado lunes la portavoz de los socialistas, Esther Peña, para añadir que “para el PP la campaña consiste en esto y nada más”.

En el PSOE fían el cambio en Galicia a un impulso de la movilización del electorado progresista de entre cuatro o cinco puntos. “A urnas llenas, cambio seguro” es el lema de los socialistas para combatir la falta de pulsión de cambio. El diferencial de voto entre las últimas autonómicas y las pasadas municipales es de 256.000, por lo que su objetivo es limitar este voto dual con sus consecuencias en la abstención.

Para acabar con la hegemonía del PP en este territorio, los socialistas insisten en que “la mayoría está muy justa” y en que tienen margen para movilizar a los suyos durante la campaña porque la cifra de indecisos sigue cerca del 30%. Las cesiones a los independentistas no facilitan esta movilización y de ello da cuenta de que se intente poner tierra de por medio y desactivar el debate de la amnistía, al menos, hasta pasar el 18-F.