AMNISTÍA

El PSOE espera gestos de Junts para desencallar la negociación de la investidura

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, “reconoció la complejidad” para llegar a un acuerdo durante el encuentro en Ferraz con los encargados de las negociaciones

Los socialistas defienden el beneficio de que "aquellas personas que se han situado fuera del sistema retornen a él y a los cauces institucionales”

Reunión de la comisión negociadora del PSOE este martes en Ferraz.

Reunión de la comisión negociadora del PSOE este martes en Ferraz. / PSOE

Iván Gil

Iván Gil

Las negociaciones para la investidura no avanzan. La pieza más difícil de encajar es Junts. En Ferraz se reitera la “complejidad” de llegar a un acuerdo por su sensación de que los posconvergentes siguen instalados en posiciones de máximos. Sin rebajar sus exigencias de partida ni mostrarse dispuestos por el momento a “cuestiones que les pedimos y que tienen que decidir ellos”, explican fuentes del equipo negociador del PSOE, que se reunió este martes.

Los tiempos de la negociación, por tanto, se acortarán si hay gestos y se estirarán hasta la fecha límite si no los hay. La exposición de motivos de una hipotética ley de amnistía, en la que se asuma la legalidad vigente y el “error” del 1-O, es un asunto central. El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, “reconoció la complejidad” durante el encuentro en la sede socialista con los encargados de las negociaciones, pero al mismo tiempo mostró su “convencimiento” de que formará Gobierno.

Sobre la unilateralidad fue explícito el expresident Carles Puigdemont al recordar el pasado sábado a través de las redes sociales la parte de su conferencia sobre las condiciones para la investidura en la que Junts “no ha renunciado ni renunciará a la unilateralidad como recurso legítimo para hacer valer sus derechos”. La portavoz de Junts, Míriam Nogueras, se limitó a entregarle a Sánchez en su reunión del pasado viernes la transcripción de la mencionada conferencia.

El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, que este lunes asfaltaba el camino de la amnistía en su primera entrevista tras el 23-J, aseguraba la ley debe conllevar "un cambio de actitud". Con todo, hacía equilibrios para complementar que "el camino se hace al andar" en referencia a que Junts abrace la legalidad vigente. Al mismo tiempo, Zapatero, en plena sintonía con Ferraz, reconocía la necesidad de que una ley de amnistía debe estar correctamente motivada porque "forma parte de intentar un reencuentro de la sociedad catalana y del Gobierno de Cataluña con el Estado". La legitimidad de los hechos sobre los que se intenta pasar página, como sigue reclamando Junts, sería incompatible.

La figura de un mediador, que los socialistas ya rechazaron en 2018 cuando los independentistas exigieron un perfil internacional, es otra de las exigencias que Junts no ha sacado de la mesa. Concretamente, el expresidente reclamó en su comparecencia para fijar los marcos de un acuerdo que se crease un "mecanismo de mediación y verificación".

“La total falta de confianza entre las partes hace que este mecanismo sea imprescindible, y que deba operar desde el inicio de las negociaciones. Nuestra experiencia nos impide tener confianza alguna en la palabra que nos den; sería una irresponsabilidad emprender una negociación de futuro que no cuente con ese mecanismo”, argumentó Puigdemont en su comparecencia desde Bruselas el pasado 5 de septiembre. El encargado de Sumar de interlocutar con Junts, Jaume Asens, ya reconoció que la figura del relator era un asunto "problemático".

Tras el encuentro celebrado este martes en Ferraz para concretar su propuesta antes de iniciar el intercambio de papeles, el diputado Óscar Puente dejaba entrever una llamada a la renuncia de la vía unilateral. “Es bueno en nuestro país que aquellas personas que se han situado fuera del sistema retornen a él y a los cauces institucionales”, explicaba. Eso sí, como línea roja para los socialistas remarcaba el marco constitucional, lo que deja fuera un referéndum de autodeterminación.

“Confianza”, pero sin hablar de fechas

En la reunión del equipo negociador, a la que se sumaron los portavoces en el Congreso y el Senado, Patxi López y Eva Granados, respectivamente, no se habló de fechas para la investidura. El calendario sigue en el aire y depende de cómo evolucionen las conversaciones de cara a un pacto.

Hasta que no se alcance un principio de acuerdo, no se fijará fecha. Hasta ese momento, de producirse, los socialistas tampoco tienen pensado los socialistas desvelar sus cartas para resguardarlas ante la posibilidad de una repetición electoral. Todo ello, pese a que Sánchez anunció que desvelaría su posición, primero, tras recibir el encargo del jefe del Estado para su investidura y, después, tras la ronda de contactos con los grupos parlamentarios. Ahora se supedita a que se cierre antes un acuerdo, sin el que no se abandonarán las sombras de la “discreción absoluta”.

Sin fecha ni gestos por parte de Junts hasta el momento, en el PSOE se muestran igualmente confiados en sacar adelante la investidura. Consideran que mientras se negocia y se mantiene la discreción “va bien” y que “hay recorrido para hablar y llegar a acuerdos”.