CUMBRE DE RABAT

España endurece las fronteras de Ceuta y Melilla en pleno acercamiento a Marruecos

Se ha pasado de unas 30.000 entradas de marroquíes diarias por el paso fronterizo antes del cierre de las fronteras en 2020 a unas 3.000 en Ceuta y 5.500 en Melilla ahora, según informan sendas Delegaciones de Gobierno a este diario 

Entre los objetivos de la hoja de ruta conjunta del 7 de abril estaba el de normalizar y formalizar estos pasos, que antes eran “caóticos” 

“Ahora es como cualquier otra frontera con un tercer país”, explica el presidente de Melilla, Eduardo de Castro

Imagen de la frontera de Ceuta con Marruecos

Imagen de la frontera de Ceuta con Marruecos / Delegación de Gobierno

Mario Saavedra

Mario Saavedra

Mientras Marruecos y España se preparan para llevar sus relaciones bilaterales en la cumbre de Rabat “a una etapa sin precedentes”, en palabras del rey Mohamed VI, sobre el terreno las fronteras de Ceuta y Melilla se han vuelto más duras, menos permeables para los ciudadanos marroquíes, tal y como explican a este diario los Gobiernos de estas ciudades autónomas y ambas Delegaciones del Gobierno. Antes del cierre por covid de febrero de 2020, se producían unos 30.000 pasos diarios de personas y 10.000 de vehículos desde Marruecos a Ceuta. Ahora, y tras una orden del Gobierno que endurece las condiciones para entrar, la cifra es diez veces menor, en torno a 3.000 pasos diarios, todo según las estimaciones aportadas a este periódico por el Gobierno de la ciudad y corroboradas por fuentes de la Delegación del Gobierno. Se trataba normalmente de marroquíes de la vecina provincia de Tetuán que iban a trabajar a la Ciudad Autónoma en el servicio doméstico, la construcción o la hostelería. En Melilla, la reducción ha sido similar. Si antes de 2020 entraban “entre 30.000 y 35.000 personas y 4.000 vehículos diarios de media”, ahora la cifra ha caído a 5.500 entradas de personas diarias y 1.500 vehículos de media, informa Delegación de Gobierno en Melilla. Los españoles pueden entrar en Marruecos con la presentación y sellado del pasaporte.

Cuando España entró en el Espacio Schengen de libertad de circulación de la Unión Europea, pidió una excepción para favorecer la economía de Ceuta y Melilla. Los residentes de las provincias vecinas de Tetuán en Ceuta y de Nador en Melilla podían pasar los controles sólo con el pasaporte para trabajar, pero sin pernoctar. Había otro control, ya en el puerto, para evitar que entraran sin visado Schengen en la Península y, de ahí, al resto de Europa. Desde que Marruecos abrió en mayo de nuevo las fronteras (parte del acercamiento tras el reconocimiento de Pedro Sánchez del plan autonomista del reino alauí para el Sáhara Occidental ocupado) todo ha cambiado. Es mucho más restrictivo. El Gobierno ha ido dando órdenes temporales que endurecían los requisitos de entrada y, de facto, eliminaban la excepción Schengen para los vecinos de Tetuán y Nador. Ahora se les exige un visado que les permita entrar en el espacio común europeo, o un permiso especial de trabajo en Ceuta y Melilla, que les obliga a regresar a su hogar para dormir. Esa decisión se ha prorrogado sine die con una resolución de la Secretaría de Estado de Seguridad (del BOE del 13 de diciembre). En ella se ha acordado “mantener el cierre parcial temporal de los puestos terrestres habilitados para la entrada y la salida de España a través de las ciudades de Ceuta y Melilla”. Y ese cierre parcial se mantendrá “hasta que entre en vigor un nuevo régimen de tráfico transfronterizo y se adapten las instalaciones de los puestos fronterizos a la nueva regulación”. Es decir: hasta que España y Marruecos acuerden cómo van a ser las reglas de tránsito de personas y mercancías en la frontera común. Algo que que se espera que se anuncie en la Reunión de Alto Nivel entre los Gobiernos de Marruecos y España de este miércoles y jueves en Rabat, a la que acudirá Pedro Sánchez y el primer ministro marroquí, Aziz Akhannouch, y una decena de ministros. Entre ellos, los implicados en las cuestiones fronterizas: los de Interior, Exteriores y Hacienda.

“Por el momento no tenemos información oficial ni oficiosa sobre cómo será el paso fronterizo, y ni ministerio de Interior ni la Delegación de Gobierno nos han comunicado nada”, dice a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Eduardo de Castro, presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla. “Ahora, el paso de personas ya no es como antes: se está controlando quién entra, cómo entra, con qué documentación, y todo de una forma mucho más restringida. En mi opinión se trata de que la frontera con Marruecos sea como la de cualquier otro país externo a la Unión Europea, que sea ágil y esté más controlada”. Antes, se producían problemas de masificación en la frontera, con largas colas, y dentro de las Ciudades Autónomas una presión sobre los servicios públicos, especialmente los sanitarios.

Las nuevas restricciones suponen un problema para miles de marroquíes que viven en la frontera, especialmente para las “porteadoras”, mujeres (también hombres) que se dedicaban al llamado eufemísticamente “comercio atípico”, el paso de mercancías de pequeños valor de un lado a otro de la frontera que permitía en parte la subsistencia de la provincia marroquí de Tetuán. Ha habido protestas en varias localidades del norte de Marruecos por la “crisis asfixiante” que atenaza a la población después de que se les cerrara la frontera, informa El Faro de Ceuta. Pero tanto Marruecos como España han expresado su intención de acabar con este comercio ilegal y con el paso desordenado de personas en ambas fronteras.

Fuentes de la Delegación de Gobierno admiten que es un problema para una buena parte de los trabajadores irregulares marroquíes, pero que a cambio se ha regularizado la situación de los miles que sí pueden entrar, y que ahora han sido de alta en la Seguridad Social y reciben el Salario Mínimo Interprofesional, porque sus empleados españoles han tenido que regularizar sus situación para poder solicitar los permisos de entrada en el consulado. Hay que tener en cuenta que una asistenta doméstica marroquí cobra en Ceuta del orden de 400 euros al mes por una jornada completa, un sueldo equivalente a lo que obtiene un profesor en Marruecos. 

“La frontera va a ser más fluida desde el punto de vista legal, antes lo que había eran colas enormes de personas que se metían en un pasillo, entraban a trabajar, iban y venían, y no había control de pernocta”, explica por David Muñoz, senador del PP por Ceuta. “Ahora será una frontera como la que hay con cualquier otro país”.

Fronteras de Ceuta y Melilla, asunto delicado


El tema de las fronteras con Ceuta y Melilla es de alto voltaje político para el Gobierno marroquí. Tanto, que en ocasiones niegan su mera existencia. Ocurrió el pasado 13 de octubre. En medio del acercamiento diplomático entre Madrid y Rabat, el Gobierno de Marruecos dirigió al Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU un escrito en el que aseguraba “no se puede hablar de frontera en Melilla, sino de simples puntos de paso”, porque “Melilla sigue siendo un presidio ocupado”. 

Por eso se llevan en el más estricto secreto las negociaciones para definir lo que en la terminología oficial se define con el eufemismo de “régimen de pequeño tráfico fronterizo entre Ceuta y Melilla y las provincias de Tetuán y Nador”. Los Gobiernos de España y de Marruecos suscribieron el 7 de abril de 2022 una Declaración Conjunta que, en su apartado tercero, incluye el compromiso de ambas parte de llegar a “la plena normalización de la circulación de personas y de mercancías se reestablecerá de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo”. Ya se está preparando, por ejemplo, el cableado informático para los dispositivos de reconocimiento facial en la frontera de Ceuta, informan fuentes de la Delegación de Gobierno. Con este sistema, con presentar el pasaporte, se reconoce a la persona que está cruzando la frontera hacia Ceuta y de regreso al terminar la jornada o al terminar el viaje, en caso de ser un turista o viajar por negocios. 

El tema del paso de mercancías es más complicado. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, prometió que los pasos estarían reabiertos para el paso de mercancías antes de que se produjera la Reunión de Alto Nivel. Este viernes se ha realizado una primera "prueba piloto", con el paso de España a Marruecos de una primera furgoneta tras pasar el control aduanero comercial en la frontera de Ceuta. Hasta el momento, no ha trascendido información sobre si se permitirá la entrada de alimentos, ni cuál es la documentación que se necesita. Por el momento, en Ceuta la Agencia Tributaria ha montado una especie de contenedores grandes habilitados como oficinas para el registro fiscal de mercancías que tiene que llevar a cabo la Guardia Civil y el documental de la Policía Nacional, informan desde Delegación de Gobierno. También se ha levantado una zona para controlar la entrada de pescado marroquí.

El asunto del pescado no es menor. “Ceuta no tiene una flota pesquera lo suficientemente grande como para abastecer a la ciudad”, añade el senador David Muñoz. “Gran parte viene de la Península a un precio más elevado. Cuando se formalice la llegada de pescado marroquí a la lonja de Ceuta, habrá más cantidad de pescado y a menor precio”. El senador apunta a que, con el acercamiento a Marruecos, es previsible que florezca también el negocio del turismo, porque muchas empresas turísticas pueden vender paquetes de viaje conjuntos con llegada a Ceuta y destinos en Marruecos. 

Marruecos reabrió los pasos fronterizos con España el pasado mes de mayo. Llevaban cerrados desde el inicio de la pandemia en 2020. Los mantuvo clausurados a cal y canto los dos años, que fueron los años del desencuentro diplomático y la ruptura de relaciones diplomáticas tras la recepción en España para su tratamiento del líder del Frente Polisario Brahim Ghali. Como parte del reencuentro iniciado en marzo por Pedro Sánchez al apoyar el plan marroquí para el Sáhara, Rabat se comprometió a reabrir gradualmente los pasos. Esta semana deberían conocerse los detalles del acuerdo para el paso de personas y mercancías en la Reunión de Alto Nivel de ambos Gobiernos en Rabat, que encabezará el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y a la que asistirán previsiblemente una decena de ministerios, entre ellos los implicados en la cuestión migratoria y aduanera: Hacienda, Interior y Exteriores.