TRIBUNALES

Asesoramiento a imputados, el arma para luchar contra las 'penas de telediario'

Las causas judiciales traen consigo importantes consecuencias que pueden destruir vidas o negocios mucho antes de que siquiera se pronuncie la justicia

Roberto Ballesteros y Luis Serrano

Roberto Ballesteros y Luis Serrano

Asesorías para luchar contra la pena de telediario y dar voz a los imputados. Los procesos judiciales y las dinámicas que traen consigo pueden llevar a personas o empresas más o menos conocidas a verse repentinamente en el ojo del huracán público. Sin forma de contrarrestar esta deriva, muchos de los implicados en una causa terminan sufriendo una condena sin que esté probada su culpa. Hogueras mediáticas que ponen en jaque a presunción de inocencia y el derecho a la imagen.

Las herramientas necesarias para enfrentarse a esta situación se han traducido en un modelo de negocio como el emprendido por Roberto Ballesteros, periodista con amplia experiencia en información de tribunales e investigación y ahora reconvertido en consultor. La tarea no es sencilla y requiere de una serie de códigos no por todos conocidos. ¿El objetivo? Neutralizar el impacto de los juicios paralelos que sufren sus clientes antes incluso de que la Justicia se haya pronunciado.

Después de años trabajando en medios de comunicación como El Confidencial, Expansión o ABC, el ahora fundador de Ballesteros Comunicación de Litigios ha sido testigo de las consecuencias que pueden tener estas causas en el ámbito familiar, laboral o empresarial del imputado. Un daño incuantificable que llega mucho antes de que la justicia se pronuncie siquiera sobre la inocencia o la culpabilidad y en el que encontró un reto personal: “Mi objetivo es luchar contra los juicios paralelos”, advierte periodista y consultor, que asesora a personas y empresas. 

“Cuando trabajaba en información de tribunales me daba cuenta de que se hacía daño a gente, se lincha a personas en la plaza pública, y no es tanto el periodista como los creadores de opinión, tertulianos y en redes sociales. Muchas veces se genera una imagen muy dañina". Ballesteros también apunta a las consecuencias a nivel empresarial: "Hay compañías que han tenido que despedir a miles de empleados o han visto reducida su cuenta de resultados notablemente solo por aparecer en sumarios judiciales; es muy importante saber gestionar un momento que puede ser clave para el futuro del negocio". 

Y es ejerciendo la profesión periodística como encontró un vacío que ha reconvertido en modelo de negocio. “Encontré una motivación personal en ayudar a gente que sufre unas penas desproporcionadas antes de ser juzgados. Esto tiene otras reglas de juego que no están escritas y hay que conocerlas”, resume. 

“En los tribunales existe un Código Penal que establece unas penas con una graduación. En la opinión pública no hay graduación. Hay una desproporcionalidad que no es justa"

En su etapa como consultor ha tratado con clientes que han sufrido divorcios, despidos o conflictos en el ámbito familiar a causa de las informaciones que se iban publicando, sin que existiera un dictamen judicial. “Mi trabajo consiste en llevar al extremo el concepto de presunción de inocencia, no solo porque es un derecho que protege la Constitución, sino porque el ser humano es más que una acusación. Detrás de las informaciones hay personas”, apunta. “En los tribunales hay un Código Penal que establece unas penas con una graduación. En la opinión pública no hay graduación. Hay una desproporcionalidad que no es justa”.

Ballesteros ayuda los afectados a gestionar la situación, pivotando sobre un eje principal: la transparencia. “Hay que dar su visión, porque los Tribunales Superiores de Justicia o la Fiscalía tienen equipos de prensa, tienen estatutos fiscales que les permiten hablar, pero los imputados ¿qué tienen?”, se pregunta el periodista. 

Uno de los pilares de la consultora es la transparencia; en el momento en que un caso salta a los medios de comunicación, el afectado -en distintos momentos procesales- puede verse desbordado por la situación. Sin capacidad de reacción, es habitual la fase de negación y de silencio: "A veces se puede lograr que haya silencio informativo, pero en otras ocasiones es imposible", advierte. El problema radica en que "muchas veces ven a la prensa como enemigo, no quieren que salga nada y les suelen recomendar al imputado que no salgan en los medios”. Y mientras, el relato en la opinión pública se va creando sin que el afectado dé a conocer su postura. 

“Es como el tráfico, puede haber víctimas de accidentes de tráfico pero no por eso vas a quitar las carreteras”,

 “Hay un punto crucial en el Estado de Derecho que es la reinserción, y en este caso la restauración de la imagen. Una especie de reinserción reputacional, que no siempre es fácil”. El consultor señala el conflicto que puede existir entre la libertad de expresión y los llamados juicios paralelos. “Es como el tráfico, puede haber víctimas de accidentes de tráfico pero no por eso vas a quitar las carreteras”, resume. Sin embargo, Ballesteros ayuda a sus clientes a intentar que el viento juegue a favor; en algunos casos llegando a hacer “explosiones controladas”, adelantándose a los acontecimientos y sacando a la luz información que saldrían tarde o temprano, en ocasiones incluyendo la versión del interesado. “Cuando controlas la información, controlas el relato”. 

La segunda línea de trabajo es la pedagogía con los afectados. “Parte de mi papel es introducir sentido común, educarles en cómo funciona la opinión pública. Se les tranquiliza y se les ayuda a tomar mejores decisiones”.

El consultor relata cómo algunos investigados por la Justicia tienden a demonizar a los periodistas que informan sobre su caso, en lugar de trasladar su argumentación sobre los hechos. En algún caso concreto, el trabajo del consultor ha consistido también en “acercar los dos mundos” a través de un encuentro entre un periodista y un cliente en el que el afectado pueda dar su versión de los hechos, muchas veces desconocida: “Ayudas a quitarles el miedo. En ocasiones, los encuentros con periodistas ayudan en ese proceso de reconciliación”.

 “Entramos a jugar en las reglas de juego que están funcionando y no están reguladas ni legisladas”, señala. Una serie de códigos que se manejan en el mundo judicial y periodístico, con “unas reglas de juego que los imputados desconocen”. Aunque algunos de sus clientes son políticos y están familiarizados con los medios de comunicación, Ballesteros advierte de las diferencias entre situaciones. “Hay una lucha mucho más igualitaria en el juego de la opinión pública política, porque todas las partes pueden hablar”. 

Señor Lobo: "Es primordial no esconder la cabeza"

Luis Serrano es director general de Señor Lobo & Friends, una consultora más enfocada al ámbito empresarial que toma el nombre del personaje que interpreta Harvey Keitel en Pulp Fiction (Quentin Tarantino, 1994) y que, como el eficiente 'hombre para todo' de la película, trata de que sus clientes, en su mayoría compañías, puedan tener las herramientas para mitigar el daño que les causa el proceso judicial en el que han podido verse envueltos. "En muchas ocasiones este proceso es exageradamente largo", señala a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, "y ello tiene consecuencias en la reputación de la compañía y la de sus directivos".

Para Serrano, el daño reputacional que supone la “pena de telediario”, cuando aún nadie ha sido declarado culpable, puede acabar con la confianza de los accionistas y arruinar carreras profesionales y negocios. Para evitarlo, también cree que lo primordial "no esconder la cabeza bajo tierra ante la realidad del tsunami informativo que se viene encima". 

"Lo primero es explicarle que las reglas del juego son otras y que ha de aceptarlas o su situación solo puede empeorar"

"No hay nada peor que tratar de escondernos ante los medios. De hecho, es imprescindible, una vez que conocemos en profundidad, la “realidad” que traslada el cliente, preparar un plan de contingencia que permita ofrecer nuestra narrativa a los profesionales de los medios de comunicación", explica. De lo contrario, ·el espacio informativo se llenará de rumores y desinformación" Por eso en Señor Lobo & Friends recomiendan "ser proactivos".

Estos profesionales tienen claro que, de entrada, sus clientes desearían que se borrase de forma automática toda la información publicada sobre él o su empresa en medios de comunicación o redes sociales. "Lo primero es explicarle que las reglas del juego son otras y que ha de aceptarlas o su situación solo puede empeorar -admite Serrano- Una vez que se le traslada de forma profesional y empática la realidad a la que se enfrenta, ya es posible trabajar con él y los diferentes grupos de interés para tratar de neutralizar o, al menos, mitigar cuanto antes el daño reputacional y en el negocio".

 Las informaciones, en opinión de este profesional, son "como un incendio forestal, cuanto más tardes en acudir a controlar el fuego mayor será la superficie reputacional afectada". Añade que, en el escenario 'hiperconectado' que vivimos, también es esencial "un conocimiento profundo del cambio de paradigma comunicativo en el que estamos inmersos y cómo éste condiciona todo el proceso legal y reputacional".