CICLO ELECTORAL EN ESPAÑA

La izquierda española busca nuevo destino y Errejón tiene un plan: "Yo voy a estar"

El diputado de Más País-Verdes Equo elude concretar posibles alianzas con Yolanda Díaz porque "ella aún tiene que explicar por dónde quiere ir", pero sí precisa su propio plan: en pleno tramo final de la legislatura, tiene clara la receta para que la izquierda se active y mantenga la mayoría

Errejon 5

Errejon 5 / Alba Vigaray

Íñigo Errejón escribió un libro en 2021 para terminar de pagarle una deuda al pasado. “Con todo. De los años veloces al futuro” se titula. Necesitaba adentrarse en el futuro con la cuenta mental saneada. Ahora que llega el tramo final de una legislatura enigmática, ha diseñado un plan. Son pocas las certezas en juego, excesiva la incertidumbre. Como es más que probable que el lector o lectora se esté preguntando si va a estar en “Sumar”, la plataforma de Yolanda Díaz que no se sabe aún dónde acabará, un chasco: no lo aclara. Tiene explicación: como él mismo reconoce en conversación con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, es “pronto” para tomar una decisión así. Las piezas del puzzle de la izquierda están diseminadas todavía.

Pero Errejón ha trazado un plan, sí. Queda un año y medio de legislatura, menos aún si se mide el tiempo parlamentario, al que restan diez meses, y urge una hoja de ruta. Primera cuestión: la ciudadanía progresista que cuente con él cuando comience oficialmente el ciclo electoral. “Yo voy a estar: tengo ganas y voluntad. Nos hemos ganado un crédito como fuerza política (Más País-Verdes Equo) que se preocupa de la vida cotidiana de la gente, de las cosas que se hablan con los amigos tomando una cerveza y en las cenas con la familia”.

Íñigo Errejón, junto al Congreso de los Diputados

Íñigo Errejón, junto al Congreso de los Diputados / Alba Vigaray

El contorno

Lo primero que ha analizado Errejón para perfilar su plan es el contexto. ¿Dónde está la izquierda? ¿Dónde la derecha? Partidos como PSOE y Podemos, “Sumar” u organizaciones como la suya han pisado ya una nueva época. Es probable que estén aún desubicados. Formaciones como el PP o Vox han entrado mejor, al fin y al cabo vivir en la oposición libra de gestiones complejas en tiempos adversos. La demoscopia enseña un panorama inclinado hacia la derecha.

Para Errejón, “no es sólo el momento de que la izquierda se recoloque”. “Es el momento -explica- de construir un nuevo ciclo. No basta con juntar las piezas del ciclo pasado y esperar a que funcionen. La melancolía no vale para nada. Hay que producir cosas nuevas porque el ciclo ha cambiado, y hay que tomárselo en serio”.

El reto es intelectual y cultural, no político únicamente, pues la sociedad española de hoy “no se parece en nada” a la de 2016, que es el año en el que Errejón sitúa el comienzo del ciclo anterior, ese que ya ha expirado. Resulta imprescindible crear “un marco mental”, y dentro de él, “construir herramientas útiles”, es decir, vehículos de representación política. Pueden llamarse igual que ahora, PSOE, Podemos o Más País, pero no pueden funcionar igual. “Tenemos que ser otros”, concluye.

Los problemas

Esto sería algo así como despertar en un mundo diferente. Las primeras reacciones son la conmoción y el asombro. La izquierda ha llegado descolocada al nuevo ciclo y con un montón de problemas en la mochila. A las piedras pesadas de la pandemia se han unido las de una guerra no muy lejos de aquí. La invasión de Rusia a Ucrania ha encarecido la vida. Malestar hay porque el Gobierno no ha dejado de recibir castigos y advertencias, tanto en las encuestas como en las urnas. Las calles permanecen tranquilas todavía.

Errejón considera que el Ejecutivo de Pedro Sánchez “ha ido tarde a hacerse cargo del estado de ánimo de la sociedad”. “Ninguna cumbre internacional, ninguna fanfarria como la de traerse a jefes de Estado a la Cumbre de la OTAN, cambia el ánimo de la gente. La gente está desmoralizada porque la ola reaccionaria, que no ha empezado ahora, sino que empezó en 2019, se mueve en un clima afectivo marcado por el descreimiento. No es que haya una extrema movilización de las derechas, pero sí hay descreimiento (en las instituciones, en la política) y eso perjudica al Gobierno”, reflexiona el diputado.

La realidad cotidiana no respira en los debates sobre el estado de la nación o en duelos dialécticos en el Senado. Como recuerda uno de los fundadores de Más Madrid, la realidad de la gente son “las facturas, no saber si puedes pagar la avería del coche o no saber si puedes cuidar de un familiar mayor que se ha caído”. En estos lugares los ciudadanos buscan política; en estos lugares buscan respuestas a una pregunta muy precisa: “¿Estamos mejor o peor que hace unos años?”. 

“Creo que la gente vive ahora peor, ¿pero es culpa del Gobierno? Yo creo que no”, añade Errejón al tiempo que lanza otra disertación: “Abordar esto no se hace con anuncios; hay que transformar la realidad cotidiana de la gente. En los pequeños debates sobre el estado de la nación que hacen las familias cuando se preguntan si llegan a fin de mes, en su vida cotidiana, es donde al Gobierno le tienen que salir las cuentas”.

Íñigo Errejón, pensativo durante la charla con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA

Íñigo Errejón, pensativo durante la charla con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA / Alba Vigaray

El camino que seguir

Íñigo Errejón ha desplegado su propio mapa. Tiene una noción concreta sobre por dónde debe ir. Pedro Sánchez, también, según sus palabras. ¿En serio? El diputado piensa y dice: “En esa realidad de la vida cotidiana de la gente, el Gobierno debe dar la certeza de que tiene un plan y que consiste en aclarar que si tiene que elegir entre Iberdrola y tú, elige ‘tú’”.

A su juicio, el Ejecutivo “ha cambiado el rumbo”; lo hizo en el debate sobre el estado de la nación que se celebró en el Congreso el pasado mes de julio. El presidente viró a la izquierda con nitidez y resolución tras un tiempo en el que “intentó contentar a todos”, en particular a ciertos sectores del PP. En época de dificultad, “hay que elegir a quién enfadas”. Errejón cree que Sánchez se dio cuenta de que no podía parecer un líder asemejado con cohortes empresariales y oligárquicas. Y dio un volantazo.

“El Gobierno se ha colocado del lado de quiénes lo pasan peor. Cuando tiene que elegir, elige proteger de forma decidida a la gente que lo está pasando peor. Debe perseverar. Es pronto para que este cambio de rumbo dé resultados, pero cuidar a los de abajo apretando el cinturón de los de arriba es posible. Hay recursos europeos (los fondos), hay mayoría en el Parlamento, hay comprensión social, y algo muy importante, estamos empezando a ganar la batalla de las ideas en el Parlamento europeo”, relata el antiguo dirigente de Podemos.

A su entender, si hasta el PP se ha visto obligado a reconducir su posición sobre el impuesto a las eléctricas tras las manifestaciones de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, a favor de una tasa similar, es que “estás ganando la batalla cultural”.

Por tanto, y a pesar de que la izquierda haya entrado desorientada en el nuevo ciclo, la situación es reversible. “Existen condiciones políticas, intelectuales, sociales y culturales para que el Gobierno apriete el acelerador”. El camino de Errejón acaba en “un círculo virtuoso”: si se ha demostrado que “lo excepcional se puede hacer”, si es posible intervenir los mercados para que bajen los precios y la gente no se sienta tan amenazada, si eso es viable y factible, se producirá “el rearme moral del pueblo progresista que apuesta por una salida igualitaria de la crisis”.

Errejón, en su despacho del Congreso de los Diputados

Errejón, en su despacho del Congreso de los Diputados / Alba Vigaray

El final (deseado)

Y entonces esa “desmovilización” de la izquierda, la de las encuestas y la de elecciones como las andaluzas de junio, se transformará en “iniciativa”. “Es necesaria la activación social, pero para eso el Gobierno debe pisar el acelerador”, insiste Errejón. Aquí está el círculo virtuoso: las políticas progresistas del Gobierno animarán a la ciudadanía de izquierdas, que pedirá ir más lejos. Y esas políticas progresistas más ambiciosas animarán aún más a los ciudadanos/as. El bucle.

¿Llega tarde el Gobierno? ¿Está dispuesto el Gobierno a llegar hasta el final? El invierno dictará sentencia. Vienen meses duros por culpa de la crisis energética y la inflación desatada. 

Errejón, sin embargo, ha decidido qué camino seguir. Su plan. “Hemos contribuido de manera decisiva al giro de este Gobierno. Me alegro. Seremos leales”. Durante el invierno, Más País será contumaz: más izquierda, más izquierda. Es la manera, indica, de que revalide la mayoría. La única, incluso. “Las fórmulas sobre cómo hacerlo no son prioridad ahora. El Gobierno tiene que pisar el acelerador. Si no lo hace, los españoles decidirán que no merece la pena que revalide y entonces dará igual las candidaturas que haya y cómo sean”, zanja.

Yolanda Díaz y “Sumar” residen por ahora en otro sitio. “Ella debe explicar por dónde quiere ir”, apunta, no sin valorar el “rumbo interesante que ha tomado como vicepresidenta” ni sin remarcar que Más País la respaldará. “Ella sabe que puede contar con nosotros”. Habla de apoyo político, no de otra cosa. 

Cuando llegue el día de votar, de elegir, Errejón estará y se expondrá, afirma sin titubear. La tarea, por mucho que la conozca, no deja de inquietarle. “Hay gente que te espera, que te escucha; hay que estar a la altura”, dice. 

La legislatura enigmática se asoma al final. Durante estos tres años, desde un humilde escaño tras apenas lograr dos en las elecciones generales de noviembre de 2019, Errejón ha aprendido a ir más despacio y a saber esperar. Pero el momento de exponerse de nuevo se acerca a toda velocidad. Cree que está preparado. Ha saldado la deuda con su pasado.