MITIN DEL PP

Feijóo solo quiere jugar en casa (y sin preguntas)

El líder del PP hace el balance del curso político potenciando su perfil presidencialista: frente al Senado, entre banderas y eliminando el riesgo de cometer errores ante las cámaras

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, hace balance del curso político a las puertas del Senado, el 28 de julio.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, hace balance del curso político a las puertas del Senado, el 28 de julio. / MARTA FERNÁNDEZ JARA / EUROPA PRESS

La última semana de julio es el momento de hacer balance del curso político. Ya es tradición que el Gobierno y la mayoría de los partidos organicen actos públicos para analizar la situación económica y social y se expongan a los medios de comunicación para responder sus preguntas. El PP, al contrario que otros años, ha optado esta vez por salir antes que Pedro Sánchez, que hablará el viernes, y ha convocado a media mañana en la plaza de la Marina española, frente al Senado. Alberto Núñez Feijóo ha hecho otra variación también respecto a su antecesor, Pablo Casado: ha optado por celebrar un mitin y ha sustituido las preguntas de los periodistas por aplausos de sus compañeros de partido.

El dirigente conservador pronunció un discurso ya el martes ante el comité ejecutivo nacional del partido en el que dijo cosas muy parecidas a las de este jueves: en resumen, España se hunde y él está preparado para salir al rescate. Y con ausencias en su discurso relevantes, entre otras, no mencionar la grave situación internacional y la guerra económica que ha lanzado Rusia.

Solo ha introducido un breve comentario novedoso sobre la mesa de diálogo entre la Generalitat y el Ejecutivo central que se reunió la víspera: "Como es habitual no se informa ni a los catalanes ni al conjunto de los españoles qué es lo que están intercambiando, pero a cambio de que Sánchez pueda seguir resistiendo en el poder veremos varias cesiones a los independentistas".

Su capital político

El acto de este jueves ha servido, sobre todo, para conocer un poco más al nuevo jefe de la oposición, que llegó hace apenas cinco meses a Madrid para reanimar a un partido destrozado tras la lucha encarnizada entre Casado e Isabel Díaz Ayuso. Con cuatro mayorías absolutas a sus espaldas y una buena imagen interna y externa, Feijóo ha logrado remontar el ánimo de los suyos y que cale en la ciudadanía que es una buena alternativa a Sánchez. Eso es lo que dicen, al menos por ahora, las encuestas, que le han colocado en el primer puesto. Y en esa coyuntura, Feijóo no quiere arriesgar y quiere avanzar en la construcción de su figura como próximo presidente del Gobierno de España.

Ha salido a hacer el balance el jueves, un día antes que el jefe del Ejecutivo, porque no quiere dar la sensación de que va a rebufo del dirigente socialista. Él desea hacer creer que el camino hacia la Moncloa es una cosa hecha. La imagen que ha querido dar es institucional: fuera de la sede del PP, al aire libre, frente al Senado (donde tiene escaño) y entre banderas (la española y la europea). ¿Qué podía salir mal? Pues que algún periodista le apretara con algún asunto o él se liara en alguna respuesta. Por esa razón, y de forma inédita, ha decidido no correr el riesgo de patinar y ha vetado las preguntas a los medios de comunicación.

A Feijóo le gusta jugar en casa, cómodamente. Viene de Galicia, donde se lo ganó desde la oposición y lo disfrutó varias legislaturas. Su determinación en llegar a la Moncloa está clara, pero la volatilidad de la política española desde 2015 (y la del PP en particular) ha centrifugado tantos planes que parece osado hacer predicciones a más de una semana vista.