FALTAN CANDIDATOS

Extremadura, La Rioja, Cataluña y País Vasco: el PP tiene más líos aparte de Madrid

La batalla por Madrid opaca otros congresos llenos de interrogantes que pueden dar quebraderos de cabeza al PP. En Extremadura y La Rioja el liderazgo no está nada claro y Génova planea retrasar las citas en Cataluña y el País Vasco

Pablo Casado y Cuca Gamarra en el Congreso.

Pablo Casado y Cuca Gamarra en el Congreso.

Paloma Esteban

Paloma Esteban

Mientras todas las miradas se centran en el congreso del PP de Madrid y la batalla interna con Isabel Díaz Ayuso, otros territorios van escapando al foco mediático a pesar de que también acumulan incógnitas y quebraderos de cabeza para el partido de Pablo Casado. Antes de que acabe el año se celebrará el cónclave de Aragón en el que el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, resultará encumbrado. En enero será el turno de Castilla y León con Alfonso Fernández Mañueco al frente ya mirando al próximo ciclo electoral, y justo a continuación le tocará a Canarias

A partir de ahí, empiezan las dudas y los interrogantes. El PP sigue buscando un nuevo líder para Extremadura con la previsible salida de José Antonio Monago, aparcará las citas de Cataluña y el País Vasco y debe decidir qué hacer en La Rioja teniendo en cuenta que su principal activo es la portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra.

El calendario diseñado por la dirección nacional establece una renovación territorial en dos fases. Primero, en aquellas comunidades pluriprovinciales (la idea era hacerlos a lo largo de 2021, pero no da tiempo) y, después, en el primer semestre de 2022, en las autonomías que sólo tienen una provincia. Estaba previsto que Madrid fuera el último en celebrarse, pero con toda seguridad no será así. De hecho, según ha podido saber EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, la dirección nacional “no tiene prisa” por incluir Cataluña y el País Vasco en los primeros seis meses del año y lo más probable es que sean más tarde.

Alejandro Fernández y Pablo Casado.

Alejandro Fernández y Pablo Casado. / QUIQUE GARCÍA.

El PP catalán da por hecho que el suyo se celebrará en la segunda parte del año. En realidad, Alejandro Fernández fue elegido en un congreso extraordinario en noviembre de 2018 para sustituir a Xavier García Albiol, por lo que los cuatro años que marcan los estatutos de un cónclave a otro se cumplirían en ese mismo mes del año que viene. Cataluña es un melón difícil de abrir

La tarea que tuvo por delante Fernández fue complicada después de que en 2017 Ciudadanos ganara las elecciones con Inés Arrimadas (dejó al PP tiritando). El partido había quedado hecho añicos tiempo atrás, especialmente en esa comunidad, donde las políticas del Gobierno de Rajoy, la celebración del referéndum ilegal y el pulso separatista invisibilizó la labor de los populares. El febrero pasado Vox dio el sorpaso a PP y al partido naranja y quedó como primera fuerza de ese bloque en el Parlament.

El ex primer teniente de alcalde de Tarragona tomó las riendas del partido encabezando un grupo de sólo cuatro diputados, él incluido, y decidido a ejercer una política distinta, dar la batalla cultural y hacer autocrítica sobre los errores cometidos en el pasado. Los resultados aún no le han dado la razón, pero tampoco ha encontrado un contexto favorecedor. En distintas ocasiones ha dado la impresión de que estaba en la cuerda floja, sobre todo si la decisión dependía de Teodoro García Egea, pero Casado siempre ha sacado la cabeza por él. Y cuando ha dependido de los afiliados, las bases han dado su respaldo.

Recientemente su nombre ha vuelto a cobrar protagonismo por la publicación del libro de Cayetana Álvarez de Toledo, en el que describe al diputado catalán como “el parlamentario más brillante” de España. La amistad entre ambos es de sobra conocida, pero también la buena relación que mantiene con el presidente nacional.

Además del liderazgo regional, las cuatro provincias llevan meses en manos de gestoras y hay otro dirigente, el presidente del PP de Barcelona, Manuel Reyes, que ha ganado peso. Se da la circunstancia de que cuenta con la confianza de García Egea. Lo más seguro es que el congreso de Cataluña se aplace aún unos meses.

El caso del País Vasco también es muy particular. La traumática salida de Alfonso Alonso (otra operación de Génova para cerrar una coalición electoral con Ciudadanos en las autonómicas del año pasado) y la paulatina desaparición de su núcleo duro dejó en manos de Carlos Iturgaiz, presidente del PP vasco entre 1996 y 2004, la candidatura conjunta. Ya en octubre de 2020 la junta directiva regional del PP en esa comunidad se reunió de forma extraordinaria para designar a Iturgaiz nuevo presidente de los populares vascos, acabando así con ocho meses de interinidad en la que Amaya Fernández estuvo a cargo. 

El último congreso regional en esta comunidad se celebró en marzo de 2017 y Alonso fue reelegido (no hubo ningún otro candidato). Según los plazos marcados, el congreso tendría que haberse hecho la pasada primavera, pero la pandemia y las posteriores elecciones lo hizo imposible. En Génova también apuntan a un retraso en esta cita, precisamente por el reciente nombramiento de Iturgaiz. “No corre prisa”, zanjan.

Faltan candidatos

Otro lío importante mira a los congresos que sí o sí se celebrarán y que todavía no tienen un liderazgo claro. Extremadura es el primer ejemplo. Monago y José Ignacio Ceniceros (La Rioja) están de salida. El segundo ya lo dejó claro hace meses y el primero, aunque no lo ha dicho públicamente, también será sustituido por un nuevo líder. Pero en la dirección nacional guardan silencio sobre los posibles candidatos y en el partido no niegan que “no está nada claro” lo que ocurrirá en esa comunidad.

La Rioja es otro de los territorios uniprovinciales en los que urge encontrar a un líder. Las miradas se dirigen a Cuca Gamarra, exalcaldesa de Logroño, porque es la principal referencia de esa comunidad en el partido. Desde hace meses ha consolidado por completo su posición como portavoz en el Congreso y no ha dado señales de querer priorizar la presidencia del partido en su autonomía. Más bien, al contrario. Lo que está por ver es si el plan de Génova para disputar la presidencia a la socialista Concha Andreu en las próximas elecciones casa con encontrar otra candidatura.