EXCESIVO PROTAGONISMO

Génova, ante el tono conciliador de Ayuso: "Sabe que se ha pasado de frenada"

La dirección afirma que el congreso de Andalucía fue un punto de inflexión. El fenómeno de Ayuso es innegable, pero la molestia entre algunos barones y dirigentes territoriales por su excesivo protagonismo también. La presidenta madrileña cambia el tono en los últimos días y asume que su congreso será cuando diga Génova

Juanma Moreno Bonilla e Isabel Díaz Ayuso.

Juanma Moreno Bonilla e Isabel Díaz Ayuso. / ÁLEX CÁMARA

Paloma Esteban

Paloma Esteban

El enfrentamiento entre la dirección nacional del PP y la Puerta del Sol es tan profundo que nadie se atreve a hablar de tregua. La firma de la paz tardará. Pero desde hace dos días Isabel Díaz Ayuso asume públicamente que el congreso de Madrid en el que aspira a hacerse con los mandos del partido se celebrará según el calendario marcado por Génova. “Que se haga cuando toque y ya”, zanjó ayer la presidenta de la Comunidad. El gesto, aunque sigue levantando algunas suspicacias, es leído en Génova como un cierto cambio. Y en la cúpula popular perciben que el congreso de Andalucía del fin de semana pasado fue un punto de inflexión. “Se ha pasado de frenada y se ha dado cuenta”, afirman.

Todos los territorios, y también la dirección, reconocen que Ayuso ha desatado un fenómeno de masas con pocas comparaciones posibles. Donde va arrasa y el apoyo de la militancia hace mucho tiempo que pasó de las fronteras madrileñas. Pero también es cierto que la preocupación y el malestar entre otros barones territoriales va en aumento. Primero, porque la guerra interna entre Génova y Sol no beneficia a nadie. Es más, algunos presidentes autonómicos no esconden el temor de que lastre sus expectativas electorales al provocar una desafección entre los votantes, que no entienden el conflicto desatado.

Pero, además, más allá de su popularidad, también hay dirigentes que no se encuentran cómodos con su excesivo protagonismo. En los congresos regionales se ve con claridad. El de Castilla-La Mancha estuvo copado por la guerra interna en sí y se hizo todavía más evidente la ruptura. Ayuso exigió que “la democracia interna” llegara por fin a Madrid ante la estupefacción del resto de dirigentes. Hace unos días en Granada Juanma Moreno se vio eclipsado por la presidenta madrileña y sus consejos sobre libertad. “No le hizo ninguna gracia”, afirman en Génova.

La propia Ayuso es consciente de la espiral causada. “Va a ocurrir en cada congreso”, reconoció en distintas entrevistas esta semana, hasta el punto de defender que por eso “le gustaría que el suyo fuera cuanto antes”. Teodoro García Egea aprovechó el nuevo perfil conciliador de la madrileña para “agradecerle” que “haya zanjado” el asunto, dando por hecho que el cónclave de Madrid se celebrará sí o sí en el primer semestre de 2022. Zanjado no, pero las posiciones en los últimos días sí han cambiado. Y, de hecho, la presidenta de la Comunidad no oculta un cierto cansancio.

“Diga lo que diga estoy atrapada”, reconoció Ayuso, tras lamentar que su petición de celebrar el congreso lo antes posible se tome siempre “como una presión” a la dirección nacional. Es exactamente como lo lleva percibiendo la cúpula popular en los últimos tres meses después de pedir que no se abriera ese melón interno y ver que la dirigente madrileña optaba por desvelar sus intenciones. Desde ese momento, finales de agosto, las cosas no han hecho más que empeorar.

No es la única queja reciente de la presidenta madrileña. Y esta tiene todavía más relevancia porque coincide con lo que piensa Génova. Su molestia, según reconoció este martes en un acto, pasa por que el asunto interno “eclipsa todo” y “oculta la realidad” de que el PP “está construyendo una alternativa real de Gobierno”. Son exactamente las palabras que García Egea y el propio Casado llevan pronunciando días. En el caso del secretario general, también ayer en una entrevista televisiva, afirmaba que “quien perdiera el tiempo” en cualquier cosa que no fuera “estar unidos y hacer oposición” en realidad “le regala oxígeno a Sánchez”.

No existe ninguna coordinación de mensaje entre Génova y Sol. El hecho de que Ayuso haga suyas declaraciones de los dirigentes nacionales e incluso afirme que “tiene toda la razón Casado” al señalar que “lo único importante” es “estar centrados para llegar a la Moncloa y dar a los españoles la alternativa a Sánchez” prueba, de alguna manera, un cambio en el discurso público

También Ayuso ha cambiado su posición con respecto a Cayetana Álvarez de Toledo tras el incendio que su libro ha provocado en el partido y dentro del grupo parlamentario, como ha ido desvelando EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. De hecho, si la semana pasada la presidenta madrileña llegó a afirmar que la exportavoz “siempre había representado muy bien los valores del PP” (mientras toda la formación guardaba silencio en repulsa a los ataques recibidos en la publicación), esta semana Ayuso hablaba del “problema” generado a insistía en que el libro recoge “opiniones” que nada tienen que ver con ella.

La desconfianza en Génova sigue produciéndose por el “entorno” que rodean a la presidenta. De ahí, que afirmen que de nada sirve un cambio en el tono públicamente si “por detrás” continúan la guerra. En todo caso, los dirigentes nacionales reconocen que estos días, tras el congreso andaluz y la polémica generada para Moreno Bonilla, las posturas “parecen más conciliadoras”. “A ver lo que dura”, afirman con ironía en la cúpula, con la certeza, eso sí, de que el cónclave madrileño no llegará antes de lo establecido.