AYUSO, CAYETANA, ANDALUCÍA...

Todos los frentes que lastran las posibilidades de Pablo Casado

El pulso con Ayuso es el principal quebradero de cabeza para Casado, aunque no el único. El grupo parlamentario, el único oasis fuera de polémica que tenía el partido, se ve ensombrecido por el libro de Cayetana Álvarez de Toledo, que levanta en armas a diputados. A eso se suma el nuevo lío andaluz y la incapacidad de que todos los barones tengan una posición común en el debate de la financiación

Pablo Casado y Juanma Moreno en Granada.

Pablo Casado y Juanma Moreno en Granada. / DIEGO PUERTA.

Paloma Esteban

Paloma Esteban

Pablo Casado lidera las encuestas en intención de voto desde hace seis meses consecutivos (con la excepción del CIS, que sigue situando al PSOE en primer lugar). La victoria de Isabel Díaz Ayuso el pasado mayo y las distintas crisis abiertas en España que penalizan más al Gobierno (sobre todo, la energética y la preocupante subida de precios, también por la rotura de los suministros) han ido aupando al primer partido de la oposición con muchas opciones de llegar a la Moncloa si ahora hubiera elecciones. Eso sí, dependiendo siempre de Vox. “El cambio de ciclo” del que empezaron a hablar el presidente del partido y la dirigente madrileña desde el balcón de Génova cuando todavía se dejaban ver juntos

Y, sin embargo, son muchos los frentes que en este momento lastran las expectativas de Casado y que han puesto en alerta al partido entero. Se vio con claridad este fin de semana en Andalucía. Un congreso que era un paseo militar para su protagonista, el presidente andaluz Juanma Moreno Bonilla, y que se vio atrapado en la crisis del PP de Madrid. 

La ovación que la semana pasada se produjo en el congreso de Castilla-La Mancha para recibir a la presidenta madrileña tuvo su réplica en Granada. Y sus declaraciones, animando a Moreno a “ser libre” para convocar elecciones terminó marcando los mensajes políticos durante todo el fin de semana. El presidente andaluz respondió el primero: “Siempre he sido libre”. Teodoro García Egea daba la réplica al día siguiente: “No hay que venir de fuera para decirle a Juanma lo que tiene que hacer”. E incluso Casado insistía este domingo al clausurar el cónclave: “Nunca he preguntado por la fecha de las elecciones. Manos libres”.

Como publicó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA el malestar y la preocupación entre los barones por el pulso que mantienen Génova y la Puerta del Sol ha ido en aumento las últimas semanas. Sobre todo, por la creencia de que podría afectar a futuras citas electorales y embarrar los debates importantes, como la propia labor de oposición del PP. Algunos dirigentes reconocen que la cita andaluza sirvió para que muchos confirmaran esa inquietud. Y, de ahí, que los principales dirigentes reclamen “unir fuerzas”, “centrarse en lo importante” y acabar con las guerras abiertas.

La de Madrid, sin embargo, no parece tener una solución fácil. Y, probablemente, depende de si Casado y Ayuso consiguen llegar a un acuerdo directamente, puesto que las relaciones de sus equipos son irreconducibles. Por ahora, nada hace pensar que pueda haber algún gesto en esa dirección.

Y en mitad del pulso madrileño, también el PP andaluz dio algún quebradero de cabeza a la dirección nacional. Todo por la filtración de un audio en el que el vicepresidente de la Junta, Juan Marín (Ciudadanos) decía con claridad que el Gobierno regional no tenía ninguna intención de sacar adelante los Presupuestos, acusando a Génova de haber sacado a la luz ese material.

El PP andaluz tardó dos días en desechar esa idea con una desautorización leve que no convenció a la dirección. El viernes el propio Marín participó activamente en el congreso de Granada con el número dos de Moreno, Elías Bendodo, con una charla amigable sobre los éxitos del gobierno de coalición. Y todo ello en mitad del peor momento entre PP y Ciudadanos a nivel nacional.

No son los únicos problemas que Casado afronta con sus presidentes autonómicos. En mitad de toda esta crisis aparece el siempre problemático debate sobre la financiación en las autonomías, con intereses cruzados que hace imposible consensuar una posición común dentro del PP. Tampoco el PSOE lo tiene fácil, pero Casado ni siquiera ha convocado a una reunión a los líderes autonómicos, consciente de que será imposible un acuerdo.

Precisamente, hace unas semanas Moreno Bonilla tomó la iniciativa con una cumbre bilateral con la Comunidad Valenciana (gobernada por el PSOE) que tampoco entusiasmó a algunos dirigentes de la cúpula. Entendían que ese protagonismo podía perjudicar al PP en su conjunto. También Murcia aspiraba a entrar en ese ‘pack’, por ser la otra comunidad más perjudicada con el sistema actual.

Y en otro frente distinto se encuentran Galicia y Castilla y León, más partidarios de que el criterio de dispersión poblacional prevalezca en la reforma del modelo de financiación. Este martes, de hecho, se reunirán en Santiago de Compostela con otras cinco comunidades socialistas además de Cantabria, para concretar ese punto de vista compartido. La Comunidad de Madrid, como ya ocurrió con el debate fiscal, se mantiene como verso libre, pero difiere de muchas posiciones de sus compañeros de partido.

Y por si fuera poco, el libro de Cayetana Álvarez de Toledo ha hecho saltar por los aires el grupo parlamentario popular. Como publicó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, la situación de los diputados empieza a ser insostenible, con broncas incluso dentro del chat interno en el que los parlamentarios del PP tildan de “provocación” el contenido de la publicación, que discute abiertamente el liderazgo de Casado. A pesar de los ataques a los diputados y a otros dirigentes, muy especialmente a García Egea, en el partido reconocen que el contenido más grave se refiere a la insistencia de retratar al líder del PP como un político “inseguro” y “debilitado”

La insistencia de Álvarez de Toledo en que mantendrá el escaño, además de estallar por dentro el grupo, es un problema importante para el líder popular. Sobre todo, porque pone de manifiesto que la tensión en el Congreso será constante. Precisamente, en el único oasis que queda dentro del PP, con un grupo cohesionado que desde hace más de un año lidera Cuca Gamarra. Ahora, el malestar es constante y las broncas están aseguradas, a pesar de que la mayoría de diputados afirman que “no leerán un libro escrito desde el insulto y el rencor”. 

Los fuegos dentro del PP son demasiados y Casado se ve obligado a lidiar con ellos día y noche. Con todos estos frentes, el líder popular volvió a lanzar un mensaje tranquilizador en Granada el domingo: “Ha llegado ya nuestro momento. Vamos bien. Tenemos un rumbo fijado. A veces soplará más el viento o habrá más marejada. Pero un mar en calma no ha hecho nunca un buen marinero. Sé lo que tengo que hacer y es llegar cuanto antes a la Moncloa”, zanjó el presidente nacional después de otro fin de semana en el que los principales dirigentes autonómicos no pudieron coincidir con él ni con su número dos en un mismo foro.