Opinión | ELECCIONES CATALANAS

El españolazo Alejandro Fernández

Ese cierto halo de bonhomía lo convierten en un tipo simpático, aunque no acabe de encajar con lo que Feijóo le gustaría para Catalunya

Alejandro Fernández, en el Parlament catalán.

Alejandro Fernández, en el Parlament catalán. / FERRAN NADEU

Las dudas que podía tener Alberto Núñez Feijóo sobre su candidato en Catalunya son infundadas. Y no tanto por las características del candidato Alejandro Fernández, cuyo perfil es personal y genuino, sino porque la brevedad en el tiempo obligaba a que el proyecto de los populares en las elecciones catalanas estuviera liderado lo antes posible con alguien que, además, es un buen orador, conocido entre sus votantes y los próximos, claro y simple en sus mensajes y, sobre todo, con la experiencia suficiente para enfrentarse con oficio contra el independentismo.

Fernández ha tenido intervenciones memorables en el Parlament, no por su enjundia intelectual -en muchos casos tampoco es necesaria- sino por la contundencia y franqueza en sus frases. Como aquella en la que calificó a Quim Torra de “españolazo” a su imagen y semejanza. “Lo digo sin anestesia”, reafirmó el diputado con sorna, pero sin faltar.

El PP catalán tendrá en estas elecciones el viento a favor. Es el escenario que parece construirse para el 12 de mayo. Algo parecido a lo que ocurrió en la contienda electoral en las que se presentó Alicia Sánchez Camacho con el mejor resultado en diputados de la historia del PP en 2012. Claro que el arco parlamentario catalán ha cambiado mucho desde entonces y hay otros actores políticos. Sin embargo, los caladeros donde el PP puede pescar votos son los mismos.

Ese territorio de votos dudoso y desconfiado, tal y como han ido las cosas desde el 23 de julio pasado, será en el que se moverá el candidato. Voto de Vox, de Ciutadans y del PSC. Aquello que denominamos voto útil vacunado de independentismo. Sin riesgos. Será uno de los inconvenientes que tendrá Salvador Illa durante toda su campaña: aceptar una ley de amnistía que el simpatizante socialista, ni ve clara, ni cree que pueda solucionar las siempre poco realistas propuestas de los ‘indepes’. Lo dicen las encuestas.

El PP catalán tiene un eterno problema con sus liderazgos. Hasta con el que fuera su mejor presidente, Josep Piqué. La complicada estructura territorial de la formación le causó continuas tensiones con la organización, aunque Piqué tampoco lo pusiera fácil. 

El perfil de Alejandro Fernández solo es rechazado por los partidos independentistas. Ese cierto halo de bonhomía lo convierten en un tipo simpático, aunque no acabe de encajar con lo que Feijóo le gustaría para Catalunya. El líder de los populares tiene claro que la solución pasa por parecerse al PP gallego. Sin embargo, olvida que en Catalunya existe una fuerte presencia del independentismo que en Galicia es inexistente.

No les resultará nada fácil encontrar el punto intermedio donde el PP deba moverse en estas elecciones. Pero con la ley de amnistía, el PSOE les ha hecho un favor. El argumento o la idea fuerza ya lo tienenAhora es cuestión de encontrar el tono. Y ese deje socarrón le funciona al candidato.