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Dos batallas catalanas

Habrá dos batallas distintas pero muy conectadas. Una, la de Salvador Illa por asegurar la victoria que indican todas las encuestas

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont interviene tras el acto de firma del acuerdo de Junts per Catalunya con Joventut Republicana, Els Verds-Alternativa verda, Reagrupament, Acció per la república, Estat Català, MESCat y Demòcrates de Catalunya, este martes en Perpinyà (Francia).

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont interviene tras el acto de firma del acuerdo de Junts per Catalunya con Joventut Republicana, Els Verds-Alternativa verda, Reagrupament, Acció per la república, Estat Català, MESCat y Demòcrates de Catalunya, este martes en Perpinyà (Francia). / DAVID BORRAT / EFE

El anuncio de Carles Puigdemont de que será candidato, renuncia a Europa y volverá a Cataluña si tiene mayoría para ser investido, así como la última encuesta del CEO (el CIS catalán), han convertido las recién convocadas elecciones del 12M en el centro del interés informativo.

Habrá dos batallas distintas pero muy conectadas. Una, la de Salvador Illa por asegurar la victoria que indican todas las encuestas. La otra, la del liderazgo del independentismo entre el president Pere Aragonès, candidato de ERC, y Puigdemont, el president cesado en el 2017 por el 155 que quiere ser «restituido».

El independentismo no va bien. El CEO ha confirmado que desde hace casi cuatro años los catalanes contrarios a la independencia (ahora el 51%) superan a sus partidarios (42%). También que hoy la principal preocupación -la sequía y el cambio climático- están lejos de la pulsión soberanista. Y el CEO, como las encuestas anteriores, confirma la ventaja del socialista Illa. El PSC ganaría el 12M tanto en porcentaje de voto (entre el 25 y el 29%) como en escaños (entre 35 y 42), superando los 33 de 2021. Y la ventaja sería, en las horquillas máximas, de 10 escaños sobre ERC y de 13 sobre Junts.

La batalla de Illa será conservar y aumentar esta ventaja, pues con 42 escaños aún quedaría lejos de los 68 requeridos para la investidura, lo que le obligaría a pactos complicados. Más factibles si la suma independentista (ERC, Junts y la CUP) se quedara en los 57 escaños de su horquilla mínima (lejos de los 68 de la investidura). Y más difíciles si dicha suma llegara a los 71 de su horquilla máxima. Aunque un pacto de investidura de ERC, Junts, y encima la CUP, tampoco parece fácil pues el de 2021 se rompió con estrépito, después de que Junts decidiera abandonar el gobierno de coalición con ERC.

La segunda batalla será entre ERC y Junts. Ahora las encuestas dan una ligera ventaja a ERC sobre Junts, que tiene una tendencia al alza. Y como el voto independentista se mueve por vasos comunicantes, tanto ERC como Junts necesitan engordar a costa del contrario (y de la CUP) para poder adelantar al PSC, llegar en primera posición y hacer presión sobre el otro para que vote su investidura. Suponiendo claro que, entre ambos (más la CUP), alcancen los 68 escaños.

ERC, que acusa el desgaste de haber gobernado pero cuyo candidato Aragonès es más valorado que Puigdemont e incluso Illa, hace una apuesta fuerte pero no imposible: el pacto fiscal a la vasca. ERC tiende al posibilismo y la consellera de Economía, Natália Mas, lo explicitaba en una entrevista en El Periódico: «Queremos la independencia, pero mientras tanto hay que financiar los hospitales». Tomen nota, «mientras tanto».

Por el contrario, Puigdemont, pese a haber pactado con Sánchez, rechaza sin complejos el diálogo de ERC con Madrid. Y apuesta a dos cartas. Una, no renunciar a la vía unilateral de 2017 si Madrid no acepta un referéndum de independencia. Dos, al ‘glamour’ de un president en el exilio que ha hecho rectificar al PSOE con la amnistía. Y que, aunque es menos valorado que Aragonès y Junqueras -que con un 5,2 tiene la nota máxima- sería «el presidente preferido» según la encuesta de Prensa Ibérica: 21% contra el 18,1% de Illa y el 16,3% de Aragonés.

Pero Puigdemont no tiene programa claro. Solo su imagen, la radicalidad independentista y algún guiño conservador sobre las herencias e inmigración. El «mientras tanto» de ERC (y el PNV) le importa poco. Y necesita un ‘número dos’ con personalidad para los debates de televisión. En el de 2021 fue Laura Borrás, que tenía desparpajo, pero que ahora parece descartada. ¿Quién pues? Turull, su fiel ‘aparatchik’ está inhabilitado. ¿El exconseller Rull? ¿Albert Batet, potente portavoz en el Parlament, pero poco conocido? ¿La portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, con un discurso muy simplista?

Y hay quien habla de un golpe de efecto: un desafío al Estado (Gobierno y Tribunal Supremo) volviendo a Cataluña poco antes de las elecciones, a riesgo de ser encarcelado hasta que entre en vigor la amnistía.

Una única certeza. Los dos candidatos independentistas lucharán a fondo por poner distancia con el contrario. Sólo así podrían ganar a Illa y obligar al otro a votarle la investidura. ¿ERC inclinándose ante Puigdemont? ¿Puigdemont votando a Aragonès?