Opinión | DESPERFECTOS

Putin está casi en todo

El presidente ruso hace desaparecer a disidentes, se apodera de todo lo que puede y practica una corrupción freática

Vladimir Putin, presidente de Rusia.

Vladimir Putin, presidente de Rusia. / -/Kremilin Pool/dpa

La muerte del opositor Navalni en la Colonia Penal IK-3 pone aún más a Putin bajo sospecha, pero sigue siendo impreciso identificar el régimen post-soviético con el pueblo de Rusia. Putin hace desaparecer a los disidentes, se apodera de todo lo que puede y practica una corrupción freática. Está en casi todo y, por supuesto, interfiere con ciberataques en las elecciones de países cuya política le incomoda. Favoreció a Trump y ahora se prepara para alterar hasta donde pueda y en su interés las elecciones al Parlamento Europeo el mes de junio.

En su celda de castigo, allá en la proximidad del Ártico, Navalni releyó 'Un día en la vida de Ivan Denisovich', como contaba en sus cartas. Se diría que el siglo XX tiene una siniestra continuidad en los azares más tóxicos del siglo XXI. Su esposa Yulia está dispuesta a contar pronto quien mató a su marido y continuará su acción disidente. A unas semanas de las elecciones presidenciales rusas sabemos que, trágicamente, Navalni ya no estará en las papeletas y que Putin ha eliminado toda alternativa democrática real.

A principios de este mes, tuvo resonancia la resolución del Parlamento Europeo sobre las interferencias rusas en el proceso electoral de la Europa comunitaria. Ahí estaban las sospechas sobre la conexión del Kremlin con el movimiento secesionista en Catalunya, ahora en manos del juzgado de instrucción nº 1 de Barcelona. En general, la resolución compilaba todos los otros indicios: financiación de partidos extremistas, espionaje en las instituciones europeas, las ramificaciones del canal 'Russia Today', operaciones de desinformación en la plataforma X, complicidad con regímenes sin plena libertad. No hace falta subrayar que en el telón de fondo está la guerra de Ucrania, en una fase en la que solo un 10% de la población europea cree que Zelenski pueda vencer a Putin.

En Francia, la publicación digital 'Telos' –de centro-izquierda- habla del caudal digital que invierte el Kremlin con el objetivo de desinformar sobre la guerra en Ucrania y alterar procesos electorales allá donde Putin ordene. Sus 'hackers' recurren profusamente a la inteligencia artificial. Tiene sentido requerir que las plataformas digitales tengan un director de contenidos que se haga responsable ante la justicia en los casos de manipulación informativa, desinformación y sesgo en provecho de potencias extranjeras. Hace dos años, Facebook detectó y anuló una red de cuentas pro-rusas altamente sofisticadas.

Otras publicaciones advierten que los 'hackers' de Putin pueden usar ChatGPT –de inteligencia artificial- para manipular la sucesión de elecciones que van a tener lugar en el mundo este año, con un censo genérico que convoca a las urnas a casi la mitad de la población mundial. Aun así, los ciber-ataques hacen que el mundo sea más inseguro. La posguerra fría quizás fue un placebo. También China practica la desinformación. TikTok es una de sus ciberautopistas. Yulia Navalni seguirá en la brecha y eso tiene su importancia, por mucho que el uso maligno de la inteligencia artificial intente turbar el voto de la ciudadanía libre, allá donde sea.