Opinión | DESPERFECTOS

2023 imprevisible y agitado

Despedimos el año sin ninguna certidumbre de futuro, con Gaza en ruinas y Hamás a sueldo de Teherán, Ucrania sin tregua y Trump volando sobre el nido del cuco

Una imagen de Inteligencia Artificial.

Una imagen de Inteligencia Artificial.

Anuncia algún trastorno estrenarse como época de la Inteligencia Artificial y al mismo tiempo entrar en un nuevo año con la tribu hutí amenazando la navegación comercial en el Mar Rojo. La soberanía global de los semiconductores imprescindibles para la Inteligencia Artificial coincide con los drones hutíes que sufraga Irán, mientras la prosa del ChatGPT responde a nuestras preguntas más tontas. A pocos días de la Nochevieja despedimos los imprevistos y agitaciones del año 2023 sin ninguna certidumbre de futuro, con Gaza en ruinas y Hamás a sueldo de Teherán, Ucrania sin tregua y Trump volando sobre el nido del cuco. Observadores con veteranía van susurrando que el único político hoy por hoy fiable es Xi Jinping. El siglo que iba a ser la era europea de cada vez parece más asiático. Un repaso del panorama internacional lleva a la sospecha de que no pocas naciones ahora indecisas acabarán alineándose con Pekín. Día a día, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas va aproximándose a su tope de insignificancia.

El año 2023 ha sido especialmente agitado para la política española, saturada de gestos crispados y de ideología caduca, urgida de un amplio regeneracionismo que se oponga a la antipolítica. El tumor Puigdemont se ha convertido en un misil extraviado que el Gobierno de Pedro Sánchez no controla. Es como jugar una partida de ajedrez sin todas las piezas, con el añadido confuso de una política exterior sesgada por Sumar y conducente a una pérdida de peso en el tablero europeo. La debilidad de Sánchez le ha llevado a alejarse de cada vez más de aquel 'sistema centro' que garantizó la estabilidad en los años de la transición.

Con el final de la guerra fría otro 'sistema centro' ha ido perdiendo pie en Europa y en Estados Unidos. Si fuese cierto que comienza un pulso entre las democracias liberales y un eje iliberal, ¿qué peso tendrá la Inteligencia Artificial, en un mundo en el que solo esté regulada a medias? Después de décadas de control armamentístico, ¿qué ocurre con las armas de destrucción que acaben exclusivamente regidas por la Inteligencia Artificial? Un mundo en el que –por ejemplo- cae el peronismo y se apaga la socialdemocracia, las reacciones de ansiedad populista pueden ser turbadoras, sin presencias cohesivas, con líderes que ofrecen un nuevo maná y cotas mayores de inestabilidad geoeconómica. Es el perfil emergente de otro globalismo, volátil, sin prioridades conjuntas y conflictos de baja intensidad. ¿Hará de contrapeso el crecimiento económico que pueda suscitar la Inteligencia Artificial o es que nos va a llegar un futuro con fracturas incontrolables?

Como siempre, lo más previsible es la secuencia acción-reacción en cada caso. No sabemos qué consistencia tiene lo que algunos consideran el entendimiento entre China, Rusia y Teherán. Tal vez ninguna, tal vez la que surja de la necesidad. En la trama acción-reacción es manifiesto que las milicias hutís del Yemen atacan a los buques mercantes en el Mar Rojo en complicidad con Hamás. Por ahora, posiblemente no se trata de una ofensiva frontal del régimen de los ayatolás de Irán sino de una advertencia indirecta a Israel y a Estados Unidos. Sea como sea, afecta a más del 10% del comercio global y ya incide en los mercados. 2024 comienza así, con los drones hutís atacando a buques mercantes y la campaña presidencial en Estados Unidos sumida en la indefinición y el desconcierto. Adiós año 2023.