Opinión | DESPERFECTOS

Catalanismo: 'Reset' sin superofertas

De vez en cuando alguien escribe un artículo sobre la necesidad de un nuevo catalanismo, como si aquí no hubiese pasado nada. Eso es impracticable

El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la salida de la Solemne Sesión de Apertura de las Cortes Generales de la XV Legislatura, en el Congreso de los Diputados, a 29 de noviembre de 2023, en Madrid (España).

El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la salida de la Solemne Sesión de Apertura de las Cortes Generales de la XV Legislatura, en el Congreso de los Diputados, a 29 de noviembre de 2023, en Madrid (España). / Raúl Terrel - Europa Press

El paisaje de Catalunya va poniéndose a ritmo de 'reset', con la amnistía a modo de jardín colgante y un decaimiento de los motivos simbólicos del 'procés', como los lazos amarillos y las fotos de presos políticos que no lo eran. Incluso reaparece la 'senyera'. Mientras tanto, el 'establishment' independentista sigue con su guerra interna y un deterioro institucional de gravedad. El independentismo ha perdido tanta energía que ya no podría reactivar sus políticas de super-oferta: la secesión como edén, irse de España y permanecer en la Unión Europea. La audiencia de TV3 ahora corresponde más a efecto posanestesia que a incitación a la ruptura republicana. Tiene un tono casual preguntarse cuando y como regresará Carles Puigdemont, amnistiado.

Aliados de Pedro Sánchez, ERC y Junts le ceden al Gobierno PSOE-Sumar el monopolio de la política de superofertas. Pedro Sánchez va presentándose como el pacificador de Catalunya después de haber argumentado a favor de aplicar del 155. Ahora la brisa gentil sopla en Suiza aunque RENFE no pueda competir con los trenes suizos. La propia Generalitat no sabe qué hacer con los datos tan negativos del informe PISA.

De vez en cuando alguien escribe un artículo sobre la necesidad de un nuevo catalanismo, como si aquí no hubiese pasado nada. Ese es un 'reset' impracticable aunque en el pasado, desde finales del siglo XIX, la vida pública de Catalunya estuvo impregnada del 'mix' catalanista, muy heterogéneo y vinculado instrumentalmente a cuestiones identitarias, procedente a la vez del carlismo y del federalismo republicano, de la estrategia arancelaria o del romanticismo que lleva a recuperar o reinventar lenguas, mitologías y naciones. En sus mejores momentos, el catalanismo se adaptaba a los nuevos ciclos y, de ser una quimera folclórica, pasó a convertirse en un movimiento vertebrado, como la Lliga. El pactismo y la capacidad parlamentaria de la Lliga de Cambó es la fase eminente de aquel catalanismo hispánico. Después de Franco la prolongada hegemonía del pujolismo fue un 'mix' de ambigüedades, posibilismo y paulatina desconexión simbólica con el Estado.

El mismo PSC que hoy recupera terreno electoral con Salvador Illa dio a luz el peculiar concepto de transversalidad: es decir, el catalanismo debía ser transversal para permear toda la política y, también, para competir con el pujolismo. El PSC, después de haber tanteado dar continuidad al estilo tarradellista, entró en la transversalidad, hasta llegar a los pactos del Tinell y al segundo Estatut, Algunas figuras del PSC se alinearon con el independentismo.

Al otro lado del río, Ciutadans tuvo sus días de esplendor, pasó por una etapa de super-ofertas en Madrid y fue minimizándose. En cuanto al PP, parece estar a la espera de una consolidación estratégica en Catalunya, aunque resulta difícil saber con qué materiales y con qué dialéctica. ¿Harán falta liderazgos de nueva generación? Estas situaciones suelen darse cuando los partidos siguen a la espera de que el empresariado les diga lo que hacer, en lugar de representar el interés general con voluntad de gobierno.

Segmentos significativos de la sociedad catalana -identificados o no con la catalanidad- no quieren arriesgarse a romper el vínculo de siglos con España y quedarse en el extrarradio de la Unión Europea. Consideran que con la patrimonialización nacionalista, la lengua catalana y su legado cultural pierden prestigio social, creatividad y difusión. Han coincidido la crisis de autoridad y la de creatividad. Pasar de las superofertas que son mera ficción a la oferta-demanda real es la opción de 'reset' menos peligrosa.