Opinión | ESCENARIO POSELECTORAL

Investidura o legislatura

Una cosa es que la derecha haya fracasado en su operación de derribo del sanchismo y otra muy diferente que sea posible gobernar con los resultados del 23J

Pedro Sánchez junto a Carles Puigdemont, antes de su reunión en el Palau de la Generalitat de Barcelona en 2016.

Pedro Sánchez junto a Carles Puigdemont, antes de su reunión en el Palau de la Generalitat de Barcelona en 2016. / REUTERS/Albert Gea

No hay que llevarse a engaño, los resultados del 23J no dan para gobernar. Una cosa es que Pedro Sánchez logre sacar de nuevo su investidura, y otra es que con ese conjunto de apoyos pueda afrontar una legislatura que no acabe interrumpida en cualquier momento. ¿Se puede gobernar dependiendo en todo y para todo de los 7 diputados de Junts? ¿Es razonable legislar con el rechazo permanente del Senado en manos del PP? Si en la pasada legislatura ERC ya actuó de forma caprichosa, solo hay que recordar su obstinado rechazo a la reforma laboral, que a punto estuvo de costarle la dimisión a Yolanda Díaz, depender ahora también del partido de Carles Puigdemont redobla la temeridad. ¿Se puede pensar en aprobar Presupuestos y legislar sin vivir en un estado de estrés permanente? Una cosa es que la derecha haya fracasado en su operación de derribo del sanchismo, y otra muy diferente que sea posible gobernar con los resultados del 23J. 

Ahora bien, la política atiende solo al corto plazo y, por tanto, no me cabe ninguna duda de que Sánchez hará todo lo posible para ser investido. Cuando desde Junts reclaman la amnistía saben que el Gobierno ya ha hecho casi todo para aligerar el castigo penal por el 'procés'. Con los indultos a los condenados, más la reforma posterior del Código Penal, suprimiéndose el delito de sedición, se concedió en realidad una amnistía parcial encubierta. Los caminos del perdón son inescrutables, pero no parece que Sánchez tenga ya mucho más margen si Puigdemont no viene antes a España y se entrega a la justicia.

En cualquier caso, el líder socialista haría bien en pensárselo dos veces antes de buscar a toda costa una investidura que sea pan para hoy y hambre para mañana. Mejor ir a elecciones en cuatro meses que dentro de un año, cuando inevitablemente el separatismo irredento bloquee la gobernabilidad de España. Porque no se puede contentar a quien no quiere ser contentado, a quien no persigue otro objetivo que ganarle la partida a ERC. Más importante que la investidura es la legislatura, y mejor tener claro que así no se va a poder gobernar