Opinión | MEDIOAMBIENTE

Sin excusas para la transición energética

Son tantas las amenazas sobre el planeta que, si añadimos las derivadas de la guerra en Ucrania, urge avanzar hacia una mayor sostenibilidad

Manifestación contra el cambio climático.

Manifestación contra el cambio climático. / Unplash

La suma de amenazas que se ciernen sobre nuestro planeta son de tal magnitud que incluso el concepto de calentamiento global se queda corto ante la realidad de la extensión de una emergencia ambiental en la que emisiones de gases, un modelo agropecuario intensivo, la contaminación urbana, el horizonte del agotamiento de materias primas, ecosistemas esquilmados o el surgimiento de pandemias se retroalimentan entre sí. Podemos añadir a la lista una situación geopolítica marcada por la guerra en Ucrania y la necesidad acuciante de reducir la dependencia del gas ruso, a la vista de que el Kremlin no duda en cortar el suministro a Europa en represalia por las sanciones impuestas a raíz de la invasión de Ucrania. Ya no hay margen para dudar de la necesidad de una transición, no solo energética, de nuestras formas de vida hacia otras más sostenibles.

Las promesas tienen que ser algo más que papel mojado o la inacción nos llevará al desastre. En el análisis publicado recientemente por la revista Nature los científicos advierten de que las migraciones de miles de especies de animales impulsadas por el calentamiento global podrían provocar al menos 1.500 intercambios de virus entre animales y humanos en tan solo 50 años. Esto podría ser el caldo de cultivo perfecto para que surjan nuevas pandemias. Además, en los últimos años se han sucedido fenómenos meteorológicos extremos. Las lluvias se volverán más torrenciales, las plagas forestales más agresivas y el calentamiento de las aguas tendrá efectos dañinos en la pesca.

El Ministerio de Transición Ecológica en sus planes de ordenación del espacio marítimo sostiene que hacia mediados de siglo el nivel del mar podría subir entre 14 y 17 centímetros, mientras que a finales de la centuria será de entre 37 y 47 centímetros.

Aunque aún hay reductos negacionistas, hace tiempo que no se necesitan jornadas internacionales para hacer consciente a la población, instituciones, empresas y gobiernos de la realidad a la que nos enfrentamos. Cada cumbre climática, cada trabajo científico y la observación de lo que sucede en nuestro entorno inmediato nos indica qué le pasa al planeta. La radiografía del clima en Europa durante 2021 elaborada por el programa Copernicus nos habla de récords en puntos del globo que nunca habían alcanzado los 48 grados centígrados, olas de incendios forestales, aumento de la temperatura del mar, tormentas e inundaciones en pleno verano, repunte de la emisión de gases tras el freno por la crisis del COVID...

Los informes más recientes calculan que solo hay un 10% de posibilidades de evitar que el calentamiento global sobrepase los 1,5 grados centígrados, lo que entrañaría serias consecuencias sobre nuestro modo de vida. Así pues, solo con el cumplimiento a rajatabla de los compromisos actuales podremos esquivar las perspectivas más catastróficas.