Opinión | TECNOLOGÍA

Defender a los usuarios de la red

Las futuras leyes europeas sobre nuevas tecnologías son imprescindibles para delimitar las líneas rojas y promover un uso responsable de internet

Los estados de WhatsApp, la función de la app con mayor perfil de red social.

Los estados de WhatsApp, la función de la app con mayor perfil de red social.

Las futuras leyes europeas sobre nuevas tecnologías representan un importante avance en la lucha contra los monopolios y la defensa de los derechos de los usuarios. Hay que prestar atención a tres nuevas leyes sobre el universo digital que se están abriendo paso en la Unión Europea. La ley de mercados digitales (DMA, por sus siglas en inglés), la ley de servicios digitales (DSA) –ambas, en trámite– y la ley de gobernanza de datos –ya aprobada– tres grandes patas sobre las que se apoyará el nuevo marco comunitario.

Cada una en su ámbito pretende dar un giro a la actual legislación Aunque la Unión Europea siempre ha adoptado una encomiable actitud de firmeza frente a los ‘big tech’ –con el viento en contra de los lobis– que ha servido de inspiración a otros países, como Estados Unidos, y a pesar de los avances y de las cuantiosas multas que de vez en cuando ocupan los titulares, persiste la sensación de que las grandes compañías siguen decidiendo las reglas del juego.

En lo que respecta a la ley de mercados digitales, lo más novedoso es su manera de encarar el problema de los monopolios. Si con la normativa actual se actúa una vez detectada una irregularidad imponiendo las correspondientes sanciones, cuando la DMA entre en vigor se actuará de forma preventiva para evitar que el daño llegue a producirse. Así, la norma aplica una serie de obligaciones -‘gatekeepers’- a las grandes plataformas que actúan de guardianes de acceso entre empresas y usuarios de internet. Estos guardianes se contarían con los dedos de una mano: Apple, Google, Meta (Facebook) y pocas más. El objetivo es permitir al resto de compañías actuar en igualdad de condiciones. De las más de 10.000 plataformas que operan en línea en la UE, más del 90% son pymes.

La puesta en práctica de la DMA genera, sin embargo, algunas dudas. Una es la obligación de las apps de mensajes a interconectarse: que un usuario envíe un texto desde Messenger y el destinatario lo reciba en Telegram, por ejemplo. Está por ver cómo afectará a la encriptación de los mensajes y si supondrá una pérdida de seguridad. Por otro lado, un mercado donde solo unos pocos deciden qué y cómo se puede consumir un producto o servicio debilita la economía y amenaza los derechos y libertades, especialmente cuando hablamos de contenidos.

Aquí la UE se armará para controlar los contenidos nocivos que circulan por internet, la información que se extrae de los usuarios y el uso que se hace de esta. Un tema muy sensible con connotaciones éticas, que con el uso creciente de la inteligencia artificial y los algoritmos está cobrando mayor protagonismo. Los datos pueden aportar una información muy valiosa, por lo que más que vetar su uso, se trata de promover una utilización responsable. Una regulación que delimite las líneas rojas es, hoy por hoy, imprescindible.