ALIMENTACIÓN

Cuidado con los ahumados artificiales en Navidad: esta es la advertencia de los expertos

Han sido analizados los 8 aromas de humo comercializados en la actualidad. La Organización de Consumidores y Usuarios ha solicitado que se prohíban

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La OCU manifiesta dudas sobre 8 aromas de humo utilizados en la producción de alimentos

La OCU manifiesta dudas sobre 8 aromas de humo utilizados en la producción de alimentos / Pexels

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) evaluó a mediados de este pasado noviembre los aromas de humo empleados en la industria de la alimentación. El ahumado es una técnica de preparación de alimentos que permite una mejor conservación de productos como lácteos, pescado o carne y que también permite modificar su sabor. Este acabado se puede lograr mediante el ahumado tradicional o con la aplicación de aromas de humo artificial. La entidad regional publicó un informe científico -a petición de la Comisión Europea- sobre los ocho aromas de humo disponibles en el espacio mercantil de la Unión Europea y concluyó que no se pudo descartar que estos produzcan genotoxicidad, es decir, que estas sustancias dañen el ADN.

"La genotoxicidad es la capacidad de un producto químico de dañar el material genético de las células. Los cambios o mutaciones en la información genética contenida en una célula pueden aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades como el cáncer y las enfermedades heredadas. Para este tipo de toxicidad no es posible definir un nivel seguro", ha referido la EFSA con respecto a los aromas de humo.

Tras este reporte, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), reputada entidad privada y sin ánimo de lucro española, ha solicitado este lunes a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN) que prohíba estos componentes presentes en muchos alimentos que circulan en la actualidad en España. Estas sustancias no aditivas son las que concederían el "sabor a ahumado" de gran cantidad de alimentos ultraprocesados como patatas fritas, bebidas, sopas, salsas o helados, entre otros.

La OCU también ha enviado la pelota al tejado de las instituciones europeas y ha referido que son la Comisión Europea y los estados miembros de la UE quienes deben plantearse qué medidas se deben implementar para evitar el riesgo producido por estas sustancias. Estas, ya habían sido analizadas por las autoridades competentes previamente, en 2009 y en 2012, cuando los fabricantes solicitaron sendas autorizaciones de venta. Más de una década después, ante la petición de la renovación de dicho permiso, la EFSA ha reevaluado los aromas de humo, manifestando sus dudas acerca de que resulten inocuas para el organismo humano.

Por ello, la OCU ha aseverado con contundencia: "los aromas de humo deben prohibirse mientras no pueda demostrarse que no suponen un riesgo. Su presencia en alimentos procesados es prescindible y, sobre todo, debe primar el principio de precaución para proteger la salud de los consumidores".