Esta es la forma para tirarte la cerveza con la espuma perfecta

Si hay algo que nos gusta y nos define a los españoles es una quedada con amigos y/o familia para tomar algo, disfrutar de una buena comida y bebida, acompañada de risas. Reír, carga la energía positiva y si es acompañado de una cerveza fresquita y bien tirada, mucho mejor. Sea el lugar que sea o a la hora que sea.

Si estamos en una terraza y nos sirven la cerveza pues no hay problema, pero, ¿qué pasa si estamos en casa?. ¿Quién nos sirve esa cerveza tan esperada? Para saborearla con el mismo gusto que si está recién servida por un profesional, el maestro sumiller Iván Rodríguez apunta que si se guarda la cerveza en casa, es importante, la conservación.

"Una bebida como la cerveza, elaborada a partir de ingredientes naturales (malta de cebada, agua y lúpulo), requiere una adecuada conservación para que el producto no sufra variaciones y se disfrute en el perfecto estado que garantizan las marcas", sostiene.

Además, el Beer Sommelier y formador en cultura cervecera en Momentos Cerveceros, recuerda que la temperatura es un factor que puede llegar a acortar la vida de la cerveza. Por tanto, si se quiere preservar en buen estado nuestra bebida favorita se deberá conservarla en un lugar alejado de la luz y si puede ser a no más de 15 grados.

Hay cervezas y cervezas, algunas de ellas requieren que sí o sí se sirvan, se rompan para que el sabor se intensifique y evitar la exposición de C02 en nuestro estómago. Para disfrutar de ese sabor al completo debemos servir la cerveza. "El cristal permite percibir mejor el color y el brillo de la cerveza. Las copas permiten el agarre por la caña, un gesto que evita que la cerveza gane temperatura y se caliente. Además, este tipo de recipiente, por su abertura, favorece el desarrollo del carbónico, la conservación de los aromas y la oxigenación del líquido", explica Rodríguez en el diario 20 minutos.

La espuma protege la cerveza de la oxidación. ¿Oxidación de qué? Bien, la cerveza contiene lúpulo que aporta sabor y aroma a la cerveza, y éste se oxida muy rápidamente al entrar en contacto con el aire, por lo que tiende a oxidarse. Al entrar en contacto con el aire la cerveza comienza a perder aroma y sabor, pero la espuma protege la cerveza de esa oxidación, por eso las cervezas con una espuma prominente y duradera saben igual desde el primer sorbo hasta el último, mientras que las cervezas en las que la espuma desaparece rápidamente, los últimos tragos suelen ser los peores y los que nos dejan peor sabor.

E incluso, si se toma sin espuma, el dióxido de carbono puede estar presente en la bebida y pasará directamente al estómago. Por ello se recomienda romper las burbujas de CO2 cuando la servimos, generando la espuma.

De esta forma pasará menor cantidad de CO2 a nuestro estómago. Servir una cerveza sin romper el CO2 puede provocar malestar e hinchazón del estómago. Esto es lo que ocurre si se bebe la cerveza directamente de la botella o de la lata, cosa que no se debe hacer ni con las cervezas más económicas.

Pasos para servir una cerveza correctamente

Lo primero que tenemos que hacer es situar la copa o vaso bajo el caño con una inclinación de 45º y a una distancia de entre 10 y 20 centímetros para que la cerveza se bata suavemente con el fondo y permita la formación de la espuma, explica Rodríguez.

"Cuando se haya llenado el vaso hasta sus ¾ partes enderezar hasta que queden unos dos centímetros hasta el borde y entonces dejamos de servir. Si se desea obtener una cerveza con espuma de aspecto compacto cuando se sirve de la botella y de aspecto cremoso si se sirve desde el grifo, este procedimiento se debe hacer en varios tirajes, dejando reposar el líquido entre ellos".

Según la guía de cómo servir esta bebida alcohólica, no destilada, publicada en la conocida web de la cerveza casera 'Hacer cerveza artesanal' se recomienda seguir los siguientes pasos para aprender cómo se debe servir correctamente una cerveza:

1. Colocar el vaso a 45º. Lo primero que vamos a hacer es seleccionar el vaso adecuado para servir la cerveza. Cada estilo de cerveza se tiene que servir en un vaso determinado y a una temperatura de la cerveza determinada también. Una vez tenemos el vaso y la cerveza abierta, vamos a inclinar el vaso a 45º y vamos a ir sirviendo la cerveza poco a poco sin generar demasiada espuma.
2. Servir 2/3 del vaso a 45º. Servimos más o menos dos tercios del volumen del vaso, manteniendo el vaso a inclinado. El vaso se coloca de esta forma, ya que no queremos que se genere demasiada espuma al principio, lo que provocaría al final, un exceso de espuma en el vaso.
3. Servir el resto de la botella con el vaso a 90º. Por último vamos a girar poco a poco el vaso hasta colocarlo completamente en vertical. Llenamos el vaso hasta arriba generando la espuma. Al caer la cerveza sobre el vaso en vertical se rompen las burbujas de CO2, generando la espuma. Lo ideal es dejar el vaso con 2 o 3 dedos de espuma, par poder beberla cómodamente.