PILLADA 'IN FRAGANTI'

Cazan a una clienta robando la propina en un bar: así se llevó el dinero sin que nadie la viera

Soy Camarero vuelve a sacar a la luz un episodio censurable de nuestra hostelería

El descuido de una camarera al escribir en el ticket el mote que le había puesto al cliente

Pillan a una clienta robando la propina en un bar gracias a la cámara de seguridad

PI Studio

H.G.

La cuenta de Twitter Soy Camarero se esfuerza a diario por destapar y denunciar las malas prácticas en el sector de la hostelería, desde las abusivas condiciones laborales de muchos empresarios a los comentarios más indignantes de los clientes, pasando por los episodios de camareros y trabajadores poco profesionales.

Uno de los últimos casos difundidos por esta cuenta justiciera resulta de lo más sorprendente (y un poco triste, para qué negarlo): una clienta que es pillada robando las propinas de la barra a través de las cámaras de seguridad.

En el vídeo puede verse cómo la mujer, aprovechando que el camarero está ocupado al otro lado de la barra y mientras habla (o finge hacerlo) por el móvil, se acerca al bote de propinas, lo coge y se lo mete en el bolso sin pensárselo un segundo. Un acto de lo más censurable que deja claro, una vez más, que el cliente no siempre tiene la razón (ni debería tenerla).

Robo en pleno debate sobre las propinas

Este episodio, por más que anecdótico, se ha producido en un momento en el que las propinas se encuentran en el centro del debate público. Desde hace unos meses a esta parte, en España hay restaurantes que han empezado a pedir entre un 5 y un 10 % del coste de la comida como propina en sus cuentas.

La práctica, inusual hasta ahora en la restauración española, se ha detectado, al menos, en locales de Madrid y de Barcelona en los últimos meses y, mientras el gremio hostelero recuerda que no es obligatorio dejarla, los consumidores creen que esta propina "sustituye, de alguna manera, a los salarios decentes".

El debate está servido en Twitter, donde miles de usuarios se han posicionado en contra de esta práctica. Algunos de ellos alegan que se sienten incómodos con esta sugerencia, mientras que otros opinan que no todo el mundo tiene el dinero suficiente como para dejar propina. Una gran mayoría insiste en que este es solo un elemento para perpetuar la precariedad laboral de los camareros.