Almeida reclama a Puente trenes nuevos para Cercanías en Madrid

Más inversiones en Cercanías y más concreción. Eso es lo que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha reclamado hoy al Ministerio de Transportes que dirige Óscar Puente después de la nueva jornada de retrasos vivida ayer en la capital. El regidor madrileño invitó a Puente a pasar de las palabras a los hechos y diga "cuál es la inversión, en qué plazos va a manejar esa inversión y cuándo va a haber trenes que no tengan 20 años de antigüedad como los que están circulando por Cercanías en la Comunidad de Madrid".

Almeida ha insistido en que las imágenes de pasajeros bajando del tren y caminando por las vías son algo "tercermundista" además de "un peligro para la integridad física" y ha recordado que hace unos meses ya hubo dos descarrilamientos "en el túnel de la risa". Se refería al tramo subterráneo entre las estaciones de Atocha y Chamartín a través de Recoletos. Según difundió Adif, los incidentes de ayer tuvieron su origen en una avería en la señalización en ese túnel.

"Lo que le diría al ministro Puente", ha añadido el alcalde de Madrid, "es que nos fijemos en lo que es verdaderamente importante, que son las personas, que son los usuarios de Cercanías, y dentro de nuestra capacidad y de nuestras competencias, poder solucionar este problema lo antes posible". A su juicio, falta por garantizar la seguridad de los pasajeros y el hecho de que puedan utilizarlo "todos los días".

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el titular de Transportes ha defendido, por su parte, que la puntualidad en la red de Cercanías de Madrid es del 95,72% y ha afirmado que se está invirtiendo tanto en infraestructuras, con un plan de 7.000 millones de euros de los que 5.000 están en ejecución, como en trenes para renovar desde finales de año o principios de 2025 toda la flota de Madrid y Barcelona, informa Efe.

Según ha explicado Puente, la incidencia de ayer tuvo lugar por una avería en los cambios de salida de vía de Atocha que obligó a detener dos convoyes y que, al cabo de 20 minutos, los viajeros comenzaron a accionar la apertura mecánica de las puertas de los trenes para bajar a la vía. Eso, ha subrayado, produjo un "efecto de bola de nieve", ya que la presencia de personas caminando por las vías "obliga a detener todas las circulaciones".