PROTECCIÓN PATRIMONIAL

El PSOE denuncia "errores" en el plan de protección de la fábrica Clesa que impulsa la Comunidad de Madrid

La Comunidad de Madrid ha iniciado el expediente de protección BIC del inmueble, referente de la arquitectura industrial española

El grupo municipal socialista señala el posible choque entre la declaración BIC y otro proyecto aprobado en la parcela contigua

La Dirección de Patrimonio niega esta incompatibilidad y asegura que "se analizarán todas las cuestiones planteadas"

Paneles con el proyecto de rehabilitación de la antigua fábrica de Clesa

Paneles con el proyecto de rehabilitación de la antigua fábrica de Clesa / AYUNTAMIENTO DE MADRID

Héctor González

Héctor González

En uno de los párrafos de la página 119 del Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM) del pasado 13 de marzo figuran los datos de una determinada parcela, incluido la referencia catastral de la misma. Al introducir este código en el buscador de la sede electrónica del catastro, la web aclara que se trata de la Estación de Comunicaciones por Satélite de Buitrago de Lozoya, un edificio declarado Bien de Interés Cultural por el Gobierno regional el pasado verano. Hasta aquí, todo podría parecer normal. Si no fuera porque el párrafo en cuestión forma parte de la incoación del expediente de declaración BIC de la antigua fábrica de Clesa de Madrid.

Este es un error menor, fácilmente subsanable en una futura nueva redacción del texto. Las referencias catastrales y el resto de datos incorrectos que figuran en el documento proceden del expediente de la estación de Buitrago, elaborado previamente por el propio Gobierno regional. Lo más plausible es que se trate de un "corta-pega", según ha apuntado el portavoz de Urbanismo del PSOE-M, Antonio Giraldo, a través de su cuenta de X (antes, Twitter), y reiterado en conversación telefónica con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

Sin embargo, hay otra cuestión que requiere una atención mucho mayor. Como sucede con todos los Bienes de Interés Cultural, el expediente de Clesa, basado en un informe elaborado por el arquitecto Raael García, incluye también un entorno de protección alrededor del inmueble, pensado para preservar el valor visual y paisajístico del enclave, que impide edificar y hacer obras dentro de ese espacio acotado. El problema en este caso es que el entorno de protección designado por el informe se come la mitad de una de las parcelas adyacentes, en la que ya está aprobada la construcción de una torre de 25 pisos de altura propiedad de Metrovacesa.

Esto abre un conflicto de intereses, expone Giraldo, ya que, de aprobarse la declaración BIC tal y como está planteada, la torre no podría construirse. Una cuestión que el PSOE madrileño va a incluir en las alegaciones al expediente en las que ya está trabajando, junto con la de subsanar los errores en los párrafos copiados y la de pedir al Gobierno regional que inste al Ayuntamiento de Madrid a incrementar el grado de protección otorgado al edificio. La Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) y la Fundación Alejandro de la Sota, con las que los socialistas están en contacto por este asunto, presentarán sus propias alegaciones siguiendo una línea muy similar.

Desde la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid matizan que el expediente se encuentra todavía "en fase de instrucción". De aquí en adelante "se analizarán todas las cuestiones planteadas en alegaciones o lo que advirtamos nosotros de oficio y, si hay que plantear alguna corrección, se hará", exponen las fuentes consultadas. Por lo que respecta al posible conflicto con el proyecto de Metrovacesa, Patrimonio afirma que "la torre no está dentro del BIC", sino "está dentro del entorno de protección" y, por tanto, "es compatible". Por su parte, desde el Área de Urbanismo del Consistorio valoran favorablemente la incoación como BIC y aseguran que están estudiando qué modificaciones requiere el proyecto para adaptarse a la declaración BIC.

Un proyecto atípico para un inmueble singular

Ubicada en la calle Cardenal Herrera Oria, 67, en el distrito Fuencarral-El Pardo, la antigua fábrica de Centrales Lecheras Españolas (Clesa) está considerada como una obra maestra de la arquitectura industrial española contemporánea y referente del desarrollo industrial del barrio obrero de Fuencarral. Tras su cierre definitivo en 2011, el edificio quedó en desuso y sufrió un notable deterioro.  En 2022, cuando Begoña Villacís era la vicealcaldesa del Gobierno municipal, la por entonces segunda edil del Ayuntamiento presentó el proyecto de regeneración Val-Verdeque buscaba convertir la fábrica Clesa en un “centro pionero” aunando investigación, innovación y cultura en el inmueble. Diseñado por el reconocido arquitecto Carlos Rubio Carvajal, debía ser la empresa holandesa Kandans Science, a quien el Ayuntamiento había cedido la parcela por 75 años tras ganar el concurso internacional de urbanismo Reinventing Cities, la encargada de llevar a cabo la rehabilitación de la fábrica.

Este proyecto debía comenzar este 2023 y estar terminado el año que este año. Sin embargo, la decisión de la Comunidad de Madrid de otorgar la protección BIC al inmueble, aprobada definitivamente el pasado 24 de septiembre, trastocó todos los planes. "El caso de Clesa es especial, porque cuando se va a declarar BIC, ya existe un proyecto presentado previamente, con cargas urbanísticas muy fuertes para diversas empresas", explica Giraldo. Teóricamente, el nuevo contexto obligaba a rehacer el proyecto original para adaptarse a las limitaciones que impone la declaración, aunque también se corría el riesgo de que el Ejecutivo autonómico optase por hacer una declaración BIC "un poco ad hoc, adaptada a los intereses de la empresa", matiza el representante municipal.

Según Giraldo, parece que este miedo no se ha materializado, "o no del todo". Entre otras cosas, porque la propia Kandans ha entendido que la protección especial supone "sumar un valor añadido" a la fábrica y a su entorno. Para el portavoz de Urbanismo del PSOE-M, el informe realizado por Rafael García cumple con lo debido y plantea un entorno de protección "adecuado" y que "tiene sentido". No obstante, lo que le parece "muy extraño" es que la Comunidad de Madrid lo haya "incluido tal cual", sabiendo que ya hay "un planeamiento aprobado por el Ayuntamiento cuya ordenación cae dentro de dicho entorno". Considera que lo más probable es que la concejalía de Cultura regional "no se haya dado cuenta", lo cual "deja el marrón" en manos del Consistorio. Aunque tampoco descarta que lo hayan hecho a propósito para evitar que se les acuse de "haber hecho el BIC según los intereses de Metrovacesa".

El Ayuntamiento espera poder empezar las obras "antes de verano"

Pese a todas estas dudas, desde el Área de Urbanismo del Gobierno municipal valora favorablemente la incoación como BIC de la fábrica de Clesa puesta en marcha por la Comunidad de Madrid y se muestran "seguros" de que los valores a proteger "son compatibles con el proyecto" que pesa sobre el espacio. De acuerdo con las fuentes consultadas, ahora están analizando qué "adaptación" requiere el proyecto para que "sea viable" y se adapte a las condiciones impuestas por el expediente de incoación. Una vez resuelto este extremo, "lo someteremos a evaluación de la Comisión Local para poder otorgar la licencia", detallan desde el departamento que dirige Borja Carabante.

El propio Carabante ya avanzó a principios de mes, cuando se anunció el inicio de los trámites de incoación como BIC del inmueble, que la idea del Consistorio era llevar el proyecto de urbanización ubicado en el entorno de la antigua fábrica de Clesa a la comisión local de Patrimonio “en un plazo máximo de dos meses” para obtener el visto bueno y poder empezar las obras "antes del verano".

El delegado reiteró entonces que el proyecto, que “cumple perfectamente” con la normativa vinculada a “la protección necesaria para ese edificio”, se convertirá en “un icono de lo que debe ser la nueva transformación urbana”. Allí se ubicará una zona verde de cerca de 10.000 metros cuadrados, con “un equipamiento singular dedicado a la investigación, a la transferencia del conocimiento en el ámbito biosanitario”, y también una “dotación cultural”, además de dotaciones para los vecinos, añadió Carabante.