PRESUPUESTOS DE LA COMUNIDAD DE MADRID

Ayuso presupuesta 532 millones menos para el SERMAS de lo que tiene previsto gastar en 2022

Esta cantidad casi triplica el presupuesto del SUMMA 112

Las cuentas presentadas dicen que en 2023 se dedicarán 9.555 millones al Servicio Madrileño de Salud. Pero a 30 de septiembre de 2022, la Comunidad ha tenido que ampliar ya el presupuesto de este año hasta los 10.087 millones

Lasquetty dijo que no se podía comparar la inversión y gasto previstos ahora con 2021 (último año con el ejercicio cerrado) por ser año Covid, pero la incidencia en 2022 estaba ya normalizada

Manifestación estudiantil por la salud mental en Madrid

Manifestación estudiantil por la salud mental en Madrid / EP / Juan Barbosa

Cuando se elaboran los presupuestos en la Administración pública, la lógica diría que hay que poner sobre el papel lo que uno de verdad cree que va a necesitar. A veces, en cambio, las cifras son mucho más altas de lo que finalmente se ejecuta, aunque esto último suele pasar desapercibido aun siendo mucho más importante. Otras, lo que se pinta sobre el papel está por debajo de lo que se necesita. Y eso es lo que parece que ocurre con los Presupuestos para 2023 de la Comunidad de Madrid en el área concreta de la Sanidad.

El consejero de Hacienda y Economía, Javier Fernández Lasquetty, ha elaborado las cuentas apuntando que la Sanidad pública madrileña va a recibir 9.793 millones de euros, un 11,42% más que en el ejercicio anterior, que se traduce en mil millones más. Dicho así, suena perfecto. En un momento en el que los profesionales sanitarios reclaman mejores retribuciones, más medios humanos y materiales para hacer frente a todo lo que se ha ido retrasando por el Covid y a otras carencias estructurales, y las infraestructuras hospitalarias están en plena remodelación, esa cuantía apunta a que podría, en definitiva, ayudar a mejorar el servicio que finalmente recibe el ciudadano. Sin embargo, los 9.555 millones de euros presupuestados para el SERMAS (Servicio Madrileño de Salud) están por debajo de lo que la Consejería del ramo tiene previsto gastar este año 2022.

Esos mil millones de más que ha anunciado el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso para este año superan, efectivamente, el presupuesto inicial del SERMAS (8.542 millones de euros). Pero desde que se aprobó en diciembre de 2022 hasta el 30 de septiembre, ese presupuesto inicial ha sufrido varias modificaciones que lo sitúan en 10.087 millones de euros, habiéndose comprometido a tres meses de que cierre el año, 8.594 millones de euros. Es decir, que a la espera de cómo cierre el año, el Gobierno de Ayuso cree que para lo que viene por delante necesita 500 millones de euros menos de lo previsto para 2022.

"Con la que está cayendo"

Lasquetty justificó esta semana durante la presentación del proyecto que estos presupuestos no son comparables con el gasto consolidado de 2021 por haber sido este un "año covid", sugiriendo que el gasto durante la crisis sanitaria fue necesariamente superior. "En 2020 se hizo lo que se pudo, pero 2021 no fue lo mismo ni en porcentaje de ocupación", apunta Javier Padilla, portavoz de Sanidad de Más Madrid en la Asamblea de Madrid. Sin entrar a valorar lo que llevamos de 2022 y el incremento de lo presupuestado para este año, Juan Lobato, portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, sí apuntaba estos días que la cifra actual también difiere de los 10.507 millones liquidados en 2021, que se recogen en el proyecto que se ha registrado en la cámara regional. "Con la que está cayendo en la sanidad pública de Madrid", se lamentaba.

Listas de espera

Entre los asuntos que destacan uno y otro partido de lo que han podido analizar hasta ahora, se encuentra la partida destinada a las listas de espera. Según los datos incluidos en el libro de presupuestos de Sanidad, el “Plan Integral Listas de Espera” tendrá una dotación de 34 millones de euros, aunque en la información oficial facilitada el día que se aprobó el proyecto se hablaba de 215 millones hasta 2024. El objetivo de este plan es, según las explicaciones del documento y las facilitadas por el propio Gobierno estos días, reducir los tiempos máximos de atención, siempre según prioridad clínica, a "una media inferior a 45 días para cirugías, primeras consultas y pruebas diagnósticas, máximo de 45 días para la cirugía cardiaca, coronaria o valvular, y un máximo de 60 días en intervenciones sin riesgo vital y de 90 días para los 25 procedimientos más comunes en la lista de espera". Para los procesos oncológicos se mantiene el máximo de 30 días, como hasta ahora.

"De qué sirve que nos digan que suben el presupuesto para reducir las listas de espera si luego no lo utilizan", se queja Padilla. Su crítica se basa, como la de Lobato, en lo que dice la casilla de ejecución de esta partida de los dos últimos años: "cero". El portavoz de Más Madrid vuelve a disculpar lo referente a 2020 porque fue cuando estalló la crisis sanitaria, "pero 2021 debió haber sido un año en el que esta partida tenía que haberse usado", censura.

Más horas de los médicos

Y cuando preguntan, explica, lo que escuchan no les convence. Apunta que el 'Plan Integral de Listas de Espera' se desmembró en su día en dos, con una parte dedicada a los conciertos con los centros concertados o privados y otra, a los propios hospitales de la red pública. De hecho, el propio documento de los presupuestos indica entre sus actuaciones que el fin es "internalizar la asistencia sanitaria en el apartado de la actividad quirúrgica y pruebas diagnósticas en los centros hospitalarios públicos de gestión directa". Y en esta última parte, según Padilla, "no hay seguimiento posible porque en los presupuestos de los hospitales no hay una partida concreta que diga 'listas de espera'". Más adelante, el libro concreta que estos 34 millones se destinan a la productividad del personal médico, de lo que se deduce que es para poder retribuir un incremento de su actividad.

El Ejecutivo justifica las largas listas de espera que oposición y sindicatos le echan en cara en la carga de trabajo acumulada por los años 2020 y 2021 en los que “la actividad quirúrgica programada descendió”. El libro de Sanidad razona así: “En el año 2020, primer año de la pandemia COVID 19 , así como en el año 2021 con las diferentes olas , hubo de aplicarse un plan para cada hospital de repliegue de las intervenciones quirúrgicas y consultas no urgentes ni invalidantes ni oncológicas para poder minorar el impacto de la amenaza asistencial de dicha pandemia , y pudo suponer que algunos pacientes con criterio de prioridad 3 pudieran ver aumentados sus días de espera conforme a los objetivos iniciales".

Pero superada esta fase, apunta el documento, “durante el año 2022 y para 2023 se van a aumentar las intervenciones quirúrgicas programadas” hasta que no queden "pacientes pendientes de intervención en lista de espera estructural superiores a 180 días".

Plan para la salud mental

Junto a esta partida de las listas de espera, el presupuesto del Samur se divide de la siguiente manera: 103 millones de euros para “Dirección y Servicios Generales del Servicio Madrileño de Salud”, 6.531 millones para “Atención Hospitalaria”; 2.446 millones para “Atención Primaria de Salud”; 252 millones para “Formación de Personal Sanitario”; y 186 millones para "SUMMA 112".

Dentro del apartado de Atención Primaria, hay una partida de 9 millones destinada a la creación de 179 nuevas plazas en las Unidades de Salud Mental. La presidenta del Gobierno autonómico ha incidido mucho en las últimas semanas en que hay que afrontar los problemas de adicciones de distinta índole que afectan a los más jóvenes y las diferentes soledades que asolan a jóvenes y mayores, una bandera que ha cogido coincidiendo con alguien tan ajeno a ella como Iñigo Errejón, líder de Más País, aunque con soluciones dispares.

Esta dotación se enmarca dentro del Plan Estratégico de Salud Mental y Adicciones y tiene como líneas de trabajo fundamentales "la mejora de la accesibilidad y calidad de la atención a las personas con trastorno mental grave y de la atención a los niños y adolescentes". El Plan contempla, según el documento, "actuaciones específicas en el ámbito de los trastornos adictivos, de prevención del suicidio y de la atención a las nuevas necesidades en salud mental derivas de la crisis por COVID-19". Y se han presupuestado también 16,6 millones de euros para dotar de psicólogos a los centros de salud de Atención Primaria.

¿Suficiente? ¿Poco? ¿Mucho? Padilla, médico de profesión como su jefa de filas, Mónica García, cree que lo que han visto de momento en los presupuestos resulta insuficiente para un plan a cuatro años "porque arrastran un déficit desde hace mucho tiempo". La última vez que se produjo un aumento de profesionales especializados en esta materia, explica, "fue tras el 11-M y entonces sus plazas se consolidaron. Ahora, los profesionales tienen la esperanza de que vuelva a suceder algo similar. Ocurrió con el Covid, que se aumentó el número inicial de plazas, pero solo se han mantenido en algunos hospitales, apenas en Atención Primaria".