LA VIDA CONTIGO

María Eugenia Yagüe: "Nunca pensé que Rafael Medina fuera un pervertido, para mí era un enfermo"

"Como es muy simpática y tiene mucho don de gentes, Naty Abascal se convirtió en todo un personaje en la Cuba comunista y trató mucho a Fidel Castro"

El último libro de María Eugenia Yagüe se titula 'Los Medinaceli. Nobleza y escándalos'.

El último libro de María Eugenia Yagüe se titula 'Los Medinaceli. Nobleza y escándalos'. / CEDIDA

El último libro de María Eugenia Yagüe, titulado Los Medinaceli. Nobleza y escándalos, está dedicado a Ana Medina Fernández de Córdoba, a quien una muerte prematura privó de ser duquesa de Medinaceli. Fue precisamente ella, cuenta ahora la periodista, quien le hizo descubrir la fascinante historia de esa familia “noble, con sus claros y sombras, grandeza y miserias”. En las páginas de su ensayo, Yagüe desgrana todos los entresijos del ducado de Medinaceli, uno de los más antiguos de España —fue creado en 1479 por los Reyes Católicos—, y retrata a sus descendientes, quienes a lo largo de más de quinientos años lo han mantenido y engrandecido con palacios tan emblemáticos como la Casa de Pilatos en Sevilla.

Tampoco obvia que el siglo XX estuvo lleno de vicisitudes para este linaje. Para muestra, un botón: Victoria Eugenia, titular del ducado de Medinaceli, antes del reparto entre sus hijos, fue testigo de la muerte de tres de sus cuatro vástagos. También llegó a ver en prisión a uno de ellos, Rafael, condenado por delitos de los que él se consideraba inocente y derrotado por juicios paralelos de la prensa y la opinión pública. Por no hablar de su nieto Luis Medina Abascal, fruto de la relación entre el duque de Feria y la exmodelo Naty Abascal, que estos días está siendo procesado por una supuesta venta fraudulenta de mascarillas al ayuntamiento de Madrid.

P. Su libro bien se podría haber titulado Los ricos también lloran.

R. Lloramos todos, los pobres y los ricos. Como ocurrió con los Borgia, en este linaje hay celos, envidia, pasión, sexo, ambición, y hasta muerte si hace falta. Por su propio instinto de poder personal, los Borgia hicieron, además de una labor cultural extraordinaria, todo tipo de tropelías. Los Medinaceli, que son una dinastía impresionante en cuanto a riqueza y orígenes, también han tenido sus bajas pasiones.

P. ¿A qué se refiere cuando dice que la vida de Luis Jesús Fernández de Córdoba y Salabert, XVII duque de Medinaceli, fue una de las más agitadas de la historia de la casa ducal?

R. Su segundo matrimonio, con Concha Rey, fue políticamente incorrecto. Así como todos los demás se casaron siempre con gente de su rango, él se casó esta vez con una señora que había tenido que sobrevivir haciendo de todo y aguantando trabajos terribles, hasta vendiendo sus favores. Ten en cuenta que estaban en época de posguerra, y que en ese momento era muy duro sobrevivir. Al mismo tiempo, Concha era una madre soltera que tuvo muchísimo valor para sacar adelante a sus hijos y para enfrentarse a la sociedad cordobesa, donde la gente se cambiaba de acera al verla pasar. Como tampoco tenía muchos escrúpulos, Concha hizo todo lo posible para evitar que los hijos de don Luis heredaran la fortuna de su padre.

P. Su hija Victoria Eugenia, Mimi para familiares y amigos, llegó a acumular 43 títulos nobiliarios, uno menos que la duquesa de Alba, de la que fue coetánea. ¿Había muchas afinidades en la forma de vivir de ambas?

R. Las aristócratas de ese tiempo tenían afinidades, claro. De cara a la galería eran mujeres políticamente correctas y no protagonizaban escándalos, como sí ocurre ahora. Las dos heredaron grandes fortunas y tenían en Sevilla su principal núcleo familiar. Aunque Mimi era mucho más culta que Cayetana, ambas tenían mundo, habían vivido fuera, eran monárquicas además de 'ahijadas' del rey Alfonso XIII, contribuyeron a ayudar económicamente a don Juan de Borbón en su exilio, y tuvieron una vida sentimental agitada. La verdad es que no se llevaban mal entre ellas.

P. Según las normas tradicionales de la nobleza, el primer varón de Mimi Medinaceli, Luis Medina, debía heredar el ducado. ¿Por qué no fue así?

R. Porque las leyes cambiaron. En la época en que Agatha Ruiz de la Prada quería heredar los títulos nobiliarios de su familia, el gobierno socialista de Zapatero instauró la Ley de Igualdad para la Sucesión de Títulos Nobiliarios. Desde entonces, se estableció que debía heredar el hijo primogénito, fuera varón o no. Por eso Luis, pese a ser el primer varón, no heredó, sino que lo hizo Ana Medina. Eso le causó un gran disgusto a Luis, pero lo cierto es que lo acató. Ella murió pronto, debido a un cáncer, y entonces heredó el ducado su hijo Marco Hohenlohe-Langenburg. Resulta que Marco también murió joven, así que hoy la duquesa de Medinaceli es una chica de veintitantos años y ascendencia germánica llamada Victoria.

P. Otro de los hijos de Mimi, Rafael Medina, recibió la etiqueta de oveja negra de la saga. ¿Qué cree que le empujó a las drogas y los bares de prostitutas?

R. Rafael era un hombre muy traumatizado debido a la falta de afecto que Mimi tuvo hacia él. Entonces no se estilaba que las aristócratas se mostraran cariñosas con sus hijos. Los veían un rato por la noche, pero nunca los llevaban al cine, al circo o de compras, y esos niños siempre estaban con niñeras e institutrices durante las vacaciones. Mimi siguió esa costumbre pero, en cambio, sí se volcó con su cuarto hijo, Ignacio, duque de Segorbe. Eso le dolió mucho a todos los demás, especialmente a Rafael. Aunque él era un hombre depresivo, fue un gran empresario y mejoró la empresa que heredó de su padre, Cuerotex.

P. ¿Consideraban los Medinaceli que la mujer con la que se casó, Naty Abascal, no estaba a la altura de una familia de tanto abolengo?

R. Naty pertenecía a una buena familia sevillana, y su familia también tenía títulos. Sin embargo, era una chica que ya desde muy jovencita se había ido a Nueva York y, sin querer, se convirtió en una modelo importante, salió en topless e hizo una película con Woody Allen. No encajaba mucho con la alta sociedad sevillana, que era muy conservadora y pacata. Les parecía una mujer demasiado internacional y cosmopolita para un aristócrata sevillano.

P. Hasta la Cuba comunista se rindió a Naty.

R. Sí. Su marido exportaba los productos de Cuerotex a Cuba, donde las mujeres de los dirigentes comunistas leían ¡Hola!. Se dieron cuenta de que Naty era conocida y salía en la revista, así que Fidel Castro le preguntó a Rafael por qué no viajaba allí su esposa. El duque entendió que los negocios irían mejor si llevaba a Cuba a una mujer estupenda a la que además estaban reclamando, así que Naty cogió el primer avión para plantarse allí. Aquello fue un éxito rotundo. Naty les cayó bien a todos. Creo que el día del aniversario de la Revolución ella estaba allí en el palco presidencial. Como es muy simpática y tiene mucho don de gentes, se convirtió en todo un personaje en la Cuba comunista y trató mucho a Fidel Castro.

P. ¿Qué separó realmente a los duques de Feria? ¿Fue el trabajo o aquella aventura de Naty con el entonces presidente del Real Madrid, Ramón Mendoza?

R. Rafael era depresivo y Naty era una mujer de mundo, más sociable que él. Puede que ella se aburriera con su marido. En un viaje que hicieron con Ramón Mendoza y la esposa de este, Jeannine Girod, junto a más gente, Mendoza sedujo a Naty en su yate, algo de lo que se dio cuenta todo el mundo. Tras bajar del barco, ella siguió saliendo con Mendoza y a partir de ahí Rafael se hundió y deprimió aún más. Empezó a salir por la noche y ya luego vinieron la separación y el divorcio. Comenzó a frecuentar los bajos fondos de Sevilla, pero lo hacía en busca de compañía y afecto. Nunca pensé que fuera un pervertido, para mí era un enfermo.

P. Se intercambió correspondencia con Rafael durante los años que estuvo entre rejas. ¿Sabe cómo gestionó su situación a nivel emocional?

R. A veces decía que en la cárcel había encontrado a la mejor gente del mundo, pero naturalmente estaba hundido por la falta de libertad. Tenía unos bajones tremendos en los que sentía mucha tristeza e impotencia. Cuando ya logró salir gracias a determinados permisos, bebió y tuvo algún pequeño accidente de tráfico. Era un hombre que habría necesitado más estabilidad, además de un buen psiquiatra. Pero sí creo que en la cárcel encontró afecto y compañerismo. Se adaptó bien y no se mostraba estirado con sus compañeros, era afable y buena persona.

P. ¿Cuál fue la confesión más reseñable que le hizo?

R. Una vez me habló de una chica joven, llamada Mariló, con la que mantenía una relación epistolar. Ella lo visitaba en prisión y hasta pensaron en casarse. Pero eso no acabó de cuajar. Él estaba estropeado. Era una persona con una avería grave y lo suyo no tenía solución.

P. Al final murió en la más profunda soledad. ¿Cómo vivieron todo aquello sus dos hijos, Rafael y Luis Medina Abascal?

R. Naty se llevó a sus hijos fuera de España para protegerlos del escándalo. El caso de las niñas [Rafael fue procesado por el rapto de una niña y dos delitos de corrupción de menores] fue muy llamativo y la prensa se ensañó con él. Sus hijos estuvieron apartados de él, y no solo físicamente, pero cuando volvieron a España se acercaron a su padre. Rafael cuenta que lamentó no haberse acercado a él antes. Luis estuvo muy cerca de su padre y le salvó la vida alguna de las veces en que intentó quitársela. Su hermana Ana sí se ocupaba de él. Mimi fue a verle a la cárcel una vez. Al final murió en aquel palacio de Sevilla, totalmente solo. Creo que falleció un sábado pero hasta el lunes no encontró su cuerpo el mayordomo.

P. Precisamente Luis apareció en 2020 en las páginas de sucesos como sospechoso de una estafa al ayuntamiento de Madrid. ¿De qué forma está viviendo esta situación su familia?

R. Se dijo que Naty estaba muy enfadada con su hijo pero, al mismo tiempo, le defiende mucho públicamente, dentro de lo poco que ella habla ahora. Naty trabaja como consejera de diseñadores y todo esto del hijo le espanta, porque la familia estaba viviendo una época de gran tranquilidad cuando todo sucedió. La familia ha sido muy discreta y sus miembros piensan que lo que les está pasando es muy injusto, que en el fondo Luis es víctima de un socio sin escrúpulos. Yo sí creo que si Luis no hubiera sido aristócrata, igual no le habría caído tanto. Lo que le piden es una barbaridad, y pienso que se ha pasado más su socio. De todas formas, su hermano Rafael me parece más espabilado que él. Ninguno de los negocios que Luis ha emprendido le ha salido bien.

P. En el libro explica que la familia Medinaceli lleva años enfrentada en distintas batallas, algunas de las cuales han acabado en los tribunales y prometen ser largas. ¿Marcó un punto de inflexión la muerte de Mimi en 2013?

R. Sí, su muerte les cambió la vida a todos. La herencia de Mimi tiene que ser repartida, pero el duque de Segorbe dice que no hay nada que repartir y que todo está metido en la fundación que creó junto a su madre. Segorbe no les quiere dar a sus sobrinos la parte de la herencia que les corresponde, pero en España no puedes quitarle la legítima a un heredero. No es como en Estados Unidos, donde sí que puedes desheredar a tus hijos y dejárselo todo al gato, por ejemplo. De momento, los tribunales les han dado la razón a los herederos, aunque Segorbe ha recurrido la sentencia judicial. Se trata de una batalla interesante y muy complicada.