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Guía para hablar con tus hijos sobre sexo según su edad

Cuatro de cada 10 padres y madres reconocen que la idea de hablar de masturbación o sexo con sus hijos e hijas les hace sentir incómodos

Abordar la sexualidad con los menores no es fácil para muchos padres y madres.

Abordar la sexualidad con los menores no es fácil para muchos padres y madres. / UNSPLASH

María G. San Narciso

María G. San Narciso

El sexo y la sexualidad son temas delicados, por lo que los profesionales consideran importante que las madres y padres involucren a sus hijos e hijas desde el principio en conversaciones sobre el tema. Es una forma, aseguran, de conseguir crear espacios seguros para que pregunten dudas y compartan sus miedos, al tiempo que logran numerosos beneficios.

La sexóloga Patricia Vázkez reconoce que la palabra sexual tiene un doble filo que no queremos mezclar con nada que sea infantil. "Pero, al final, es básico y necesario. Somos seres sexuados. La educación sexual en niños no tiene nada que ver con la parte erótica de la mente adulta", recuerda.

Esta educación, prosigue, "se da desde los cero años aunque sea de forma indirecta, aunque como sociedad o como padres no queramos". "En los talleres siempre pongo un ejemplo muy claro: la típica mamá que le está dando crema hidratante después del baño al bebé. Lo hace con amor, con cariño y con caricias por todo el cuerpo hasta que llega a la zona genital. Ahí ya parece que lo echan como si fuese sal a una ensalada y poco más. Cuando les preguntas a qué se debe el parón en esa zona muchas veces la respuesta es que temen que les vaya a gustar cuando lo lógico es que sea así. Tiene terminaciones nerviosas como todo el cuerpo, con lo cual notan la misma sensación que en los brazos o la espalda. Aquí ya les estamos transmitiendo que en esa zona pasa algo", relata.

Quitarse estos pudores no siempre es fácil. La sexóloga Ana Sierra imparte algunos talleres para familias donde les recalca la importancia de que sus hijos sean dueños de su propio placer. Y eso pasa por una educación sexual temprana y por no demonizar la zona genital. "Al final la sexualidad es un área inherente al ser humano, no podemos dejarla aislada del resto de áreas de su vida. Si les educamos en otras áreas, ¿por qué no en sexualidad?", se pregunta.

Los datos

Mantener con los pequeños conversaciones abiertas y sinceras proporciona una educación y comprensión vitales, les ayuda a normalizar actitudes saludables hacia el desarrollo sexual, a tener una imagen positiva de su propio cuerpo y a tener un espacio seguro en el que preguntar. Además, fomenta la comunicación y la relación de confianza entre padres e hijos. Por ello, la marca del placer We-Vibe ha lanzado una guía sobre cómo hablar con los niños y niñas sobre sexualidad y masturbación dependiendo de las etapas de desarrollo de los menores.

El trabajo tiene en cuenta los resultados de una encuesta internacional, que se realizó en colaboración con Lucid y en la que participaron 14.816 hombres y mujeres de 11 países (Alemania, Australia, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Hong Kong, Japón, Reino Unido, Singapur y Suiza), en la que destacan, por ejemplo, que más del 39% de los padres confesaron que la idea de hablar de masturbación o sexo con sus hijos e hijas les hacía sentir incómodos.

Por el contrario, un 33% de los padres se atreve a abordar estos delicados temas: el 25% se atreve con el sexo, mientras que sólo un 3% habla de la masturbación. Además, el estudio reveló que el debate más frecuente en los hogares es sobre las infecciones de transmisión sexual (ITS) y los métodos anticonceptivos (61%), seguidos por el consentimiento (52%), que subraya la importancia de comprender los límites y el respeto. Las cuestiones de intimidad con la pareja (43%) se exploraron con curiosidad.

Sorprendió más a los autores que la pornografía y los contenidos sexuales (33%) se abrieran paso en los diálogos parentales, lo que refleja, en opinión de la marca, "un panorama cambiante". "El placer (28%) incluso encontró su lugar en las conversaciones, lo que demuestra un enfoque más abierto y holístico de la educación sexual", aseguran.

Estrategias para sacar los temas

En cuanto al momento de estas conversaciones, parece que los padres y madres tienen una gama de estrategias bastante amplia. Por ejemplo, hasta el 40% prefiere esperar a que sus hijos y hijas tengan entre 12 y 14 años antes de abordar el tema, mientras que otro 22% cree que vale más sacarlo con un público más maduro, es decir, cuando sus hijos tengan entre 15 y 17 años.

Además, uno de cada cinco (20%) se propuso iniciar la conversación una vez cumplidos los nueve y 11 años, fomentando una concienciación precoz. Y otro 10% se mostró abiertamente dispuesto a introducir temas sexuales a sus hijos e hijas de ocho años o menos. Solo el ocho por ciento quiere esperar a que sus adolescentes sean adultos para hablar de sexo con ellos.

Guía

Sin embargo, Sierra recuerda que comenzar a hablar de sexualidad en la pubertad, como hacen la mayoría de madres y padres, es llegar tarde.

Basándose en los datos anteriores, We-Vibe ha presentado una guía para padres, madres y familias con consejos de expertos en el campo del bienestar sexual para abordar las conversaciones familiares sobre sexualidad de forma adecuada a la edad y a las distintas etapas del desarrollo del adolescente:

De tres a siete años

Para hablar con niños y niñas de tres a siete años, la guía recomienda introducir la comprensión del cuerpo humano de acuerdo con el nivel de desarrollo, madurez y comodidad de cada niño.

• Preséntale la sexualidad de forma suave y positiva.

• Utiliza un lenguaje apropiado para su edad y mantén conversaciones sencillas.

• Aprovecha las ocasiones cotidianas para hablar del cuerpo y sus funciones. • Enseña los nombres correctos de las partes del cuerpo. • Habla de intimidad y consentimiento.

• Valora la opinión de tu hijo y responde a sus preguntas con sinceridad.

De ocho a 12 años

La guía aconseja a los padres de niños/as de 8 a 12 años a preparar a sus hijos/as para lo que puedan esperar cuando pasen por la pubertad, establecer un espacio seguro para hablar de sexualidad y mantener conversaciones sobre las representaciones sexuales en la pornografía (ya que los niños y niñas pueden estar expuestos a la pornografía a una edad temprana).

• Habla sobre la pubertad y los cambios corporales que le esperan.

• Habla de la importancia de la higiene personal y de cómo cuidar su cuerpo.

• Háblale sobre el consentimiento y las relaciones sanas.

• Explícale que el sexo es normal (y que probablemente formará parte de sus vidas en el futuro).

• Aborda la representación poco realista de la sexualidad que puede presentarse en la pornografía.

De 12 a 15 años

Para los adolescentes de 12 a 15 años, la guía anima a las familias a introducir el tema de la masturbación de forma no crítica y a proporcionar pautas básicas para establecer y mantener relaciones emocionales y físicas sanas.

• Introduce el tema de la masturbación de forma no prejuiciosa, explicando en qué consiste y que es una parte normal del desarrollo sexual.

• Haz hincapié en la importancia de la intimidad y los límites personales.

• Habla de las prácticas sexuales seguras y de los métodos anticonceptivos.

• Háblale de las posibles consecuencias emocionales y físicas de la actividad sexual. • Anímale a hacer preguntas y a buscar información en fuentes fiables. • Reitera la importancia del consentimiento y cómo se diferencia del deseo. • Habla más sobre la pubertad y su impacto en el cuerpo.

De más de 16 años

Para las familias con adolescentes a partir de 16 años, la guía ofrece consejos y temas de conversación para fomentar la autonomía corporal y hablar de la diversidad de orientaciones sexuales.

• Promueve la autonomía y el respeto corporales.

• Habla de la diversidad de orientaciones sexuales e identidades de género.

• Proporciona una educación sexual integral.

• Mantén conversaciones sobre los aspectos emocionales y físicos de la intimidad sexual.

• Discute las posibles consecuencias de la actividad sexual.

• Anímales a que se informen sobre salud y bienestar sexual. • Incorpora debates sobre valores y creencias personales.

• Recuérdales que el placer sexual es una parte normal y saludable de la vida adulta.

• Habla de los abusos que pueden surgir; dirige el discurso no sólo a cómo protegerse uno mismo, sino también a enseñarles a no agredir a los demás.

Los beneficios de la educación sexual

Patricia Vázkez recuerda que la educación sexual tiene múltiples beneficios, desde informar sobre todos los aspectos físicos del cuerpo hasta los beneficios emocionales, culturales o la contracepción, pasando por la prevención de infecciones de transmisión sexual.

"Se trata un poco de darles esas habilidades para que puedan construir relaciones igualitarias, prevenir abusos sexuales y violencia. A nivel de educación, se intenta contribuir a que se pueda crear un clima social tolerable, abierto y respetuosos con la sexualidad y la libertad de cada individuo", añade.

Porque la sexualidad va más allá del sexo. Como señala Sierra, está presente desde que nacemos hasta que morimos, por lo que debemos dar importancia al hecho de saber "acariciar nuestro propio cuerpo, a abrazar o a realizar actos de amor". Y eso también se enseña con la educación sexual.