Proceso histórico

Trump logra que se retrasen los juicios penales en su contra en Florida y Georgia

Decisiones de la jueza del caso de los documentos clasificados y de un tribunal de apelaciones que estudiará si debe seguir la fiscal de Georgia alejan la posibilidad de juicios antes de las elecciones

Donald Trump.

Donald Trump. / EFE

Idoya Noain

Salvo en Nueva York, donde está siendo ya juzgado en un proceso histórico, el primero penal contra alguien que ha ocupado la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump se está saliendo con la suya en su estrategia de retrasar los procesos judiciales en su contra para evitar que se resuelvan antes de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. Y en las últimas horas, con el eco aún vivo del testimonio de Stormy Daniels en Manhattan, ha recibido buenas noticias desde Florida y Georgia.

Primero el martes por la noche Aileen Cannon, la jueza nombrada por el republicano que preside el caso federal penal abierto en su contra por el manejo irregular de documentos clasificados que se llevó a Mar-a-Lago al salir de la Casa Blanca, y por obstruir aquella investigación, decidió posponer indefinidamente el inicio del juicio, que anteriormente ella había fijado para finales de este mes.

Cannon aseguró que no puede fijar una fecha hasta que se resuelvan numerosos y complicados temas de reglas y calendarios vinculados al uso de materiales clasificados en procesos penales públicos. Y en ningún caso el juicio podrá comenzar por lo menos hasta después del 22 julio, la fecha límite de uno de esos requisitos procesales.

Descalificar a la fiscal de Georgia

A esa victoria para la estrategia de Trump se le ha sumado este miércoles la que le ha dado un tribunal de apelaciones de Georgia, donde el expresidente y otros 14 encausados enfrentan cargos por sus intentos de revertir los resultados legítimos de 2020 en el estado. Los tres magistrados de esa corte han permitido a Trump y otros ocho imputados presentar un recurso pidiendo que sea retirada del caso Fani Willis, la fiscal cuya integridad los acusados han cuestionado por haber mantenido una relación romántica con un subordinado que contrató.

Aunque en marzo el juez Scott McAfee, que preside el proceso, determinó que el caso podía seguir adelante si el subordinado abandonaba el ministerio público (algo que hizo), ahora la corte de apelaciones estudiará esa decisión. Y aunque sobre el papel McAfee podría seguir adelante con el juicio, que aún no tenía fecha fijada de inicio (aunque Willis quería que se iniciara en agosto) el consenso es que todo se paralizará mientras se decide la apelación. Si Willis fuera retirada del caso habría que volver a la casilla de salida. Incluso si pudiera seguir al frente, sería improbable que el proceso contra Trump arrancara o concluya antes de las elecciones.

Esperando al Supremo

Esas dos decisiones se suman a la parálisis en que se encuentra el cuarto caso penal que enfrenta Trump, el abierto en Washington por los intentos de pucherazo que acabaron con el asalto al Capitolio. El futuro y el calendario de ese proceso, como el de Florida abierto por el fiscal especial Jack Smith, dependen de lo que determine el Tribunal Supremo respecto a sus alegaciones de inmunidad. Y en la vista de argumentos orales el mes pasado la mayoría de los magistrados dieron indicaciones que apuntan a que con su decisión el retraso de ese caso será inevitable.

La meta de Trump, más cerca

La combinación de las tres decisiones judiciales acerca a Trump a su meta: posponer los procesos hasta después de los comicios presidenciales en los que vuelve a medirse con Joe Biden. Si llega a ganar las elecciones y vuelve a la Casa Blanca, en un paso que sería extraordinario pero se da por sentado que daría, podría instar al Departamento de Justicia a retirar los cargos en los casos de Florida y Washington (en los estatales no tiene esa autoridad).

La situación también dispara la posibilidad de que solo el caso en Nueva York, en el que Trump enfrenta 34 de sus 88 cargos penales por falsificación de documentos para ocultar el pago para silenciar a Daniels antes de las elecciones de 2016, concluya antes de la cita con las urnas .

Durante tiempo este fue considerado el caso más débil legalmente contra él. Pero incluso si el jurado alcanza un veredicto y hay una sentencia, numerosos observadores legales creen que habrá una apelación inmediata. Esa idea ganó más fuerza aún tras la sesión del martes, cuando Daniels se granjeó varias reprimendas del juez por entrar en demasiados detalles sobre su encuentro sexual con Trump. Es un testimonio que la defensa considera prejuicioso y que podría sentar la base de un recurso, de forma similar al que logró que Harvey Weinstein viera recientemente anulada su condena por violación.