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Cas Mudde, politólogo experto en ultraderecha: "El PP no puede posicionarse contra los postulados de Vox, son esenciales para sus propios votantes"

"La guerra de Ucrania es un caldo de cultivo de la violencia de ultraderecha en ambos frentes", advierte el profesor en la Universidad de Georgia

Cas Mudde, politólogo experto en populismos y movimientos de extrema derecha.

Cas Mudde, politólogo experto en populismos y movimientos de extrema derecha. / Andreu Adrover / CCCB

Advierte alto y claro: el PP está introduciendo el radicalismo de Vox en sus propuestas. “Hemos normalizado a la ultraderecha en nuestros gobiernos y esto es muy peligroso”. Cas Mudde (Países Bajos, 1967) es uno de los politólogos de mayor prestigio en el mundo, profesor en la Universidad de Georgia y especialista en populismos y movimientos de extrema derecha. Participó en la X edición del Día Orwell que organiza el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB).

-Pregunta: ¿Será cíclica y temporal esta cuarta ola de ultra derechismo, como las anteriores?

El desarrollo no ha sido cíclico, sino creciente, pero la gran diferencia de esta cuarta es la normalización de la ultra derecha dentro de la escena política. Y esto no quiere decir que los partidos de extrema derecha vayan a ganar necesariamente mucha más relevancia de la que hoy tienen, pero sí, y éste es el gran peligro, que los partidos democráticos tradicionales ya están implementando su ideario político original (racismo, nativismo, islamofobia, supremacía, etcétera). Creo muy improbable que la política de extrema derecha vuelva a caer en el ostracismo que sufrió tras la II Guerra Mundial, a no ser que algo ocurra que cambie el rumbo: algo que no veo en el horizonte.

-P: La cantidad de gobiernos ultras y su alta representación parlamentaria en el mundo nunca había sido tan alta desde la guerra. Sufrimos además un conflicto bélico en Ucrania que de nuevo enfrenta a los dos grandes bloques geopolíticos. ¿Deberíamos de empezar a preocuparnos?

¡Por supuesto que debemos preocuparnos! ¡Cómo no vamos a preocuparnos cuando un actor político dentro del sistema trabaja activamente contra los principios democráticos! Y debería preocuparnos incluso más que algunos partidos mayoritarios, por oportunismo o ideología, estén adoptando las propuestas antidemocráticas de la extrema derecha.

El PP se ha radicalizado debido principalmente a sus escándalos de corrupción, ya no pueden hablar demasiado ni de economía ni de limpieza"

-P: ¿Cree que eso es exactamente lo que puede ocurrir en España en las próximas elecciones?

Definitivamente. El PP se ha radicalizado debido principalmente a sus escándalos de corrupción, ya no pueden hablar demasiado ni de economía ni de limpieza, así que ofrecen un discurso radical sobre inmigración e integración social. Esto ha provocado que la extrema derecha se haya convertido en el asunto principal de la campaña de Sánchez, que quiere ser visto como la única opción para mantener a los ultras alejados del poder. El PP tiene que posicionarse y no lo puede hacer contra los postulados de Vox, porque son esenciales para sus propios votantes; prometerán gobernar en solitario, pero para conseguir que les voten sus propuestas tienen que radicalizarse. La consecuencia, en cualquier caso, es que el ideario de la extrema derecha ganará terreno.

-P: Profesor, en el nuevo prólogo que ha escrito para la edición de La ultraderecha hoy (Paidós), analiza el resurgir de la extrema derecha española después de tantos años de ostracismo. ¿Qué ha alimentado este veloz crecimiento?

Las ideas ultraderechistas de los seguidores de Franco y la Falange siempre estuvieron ahí, latentes, pero su evidente tinte anti democrático y el propio sistema electoral las dejaron al margen y fueron electoralmente capitalizadas por el PP. Sucede que el descrédito de los populares coincidió o incluso provocó la aparición de un partido radical “aceptable”, cuya procedencia no era marginal sino popular, así que los votantes de derechas lo apoyaron.

-P: ¿Y por qué Vox ha ganado representación mucho más rápido que el resto de partidos de extrema derecha en Europa?

Porque llegó a la escena política más tarde que sus equivalentes europeos. Se estrenaron cuando aquellos ya tenían alrededor de un 12% del electorado, y ahora andan en torno al 18/20%. Pero las últimas elecciones locales en España no han significado un crecimiento de Vox, digamos que se han consolidado: la velocidad inicial ha tocado techo. Y nada de esto quiere decir que la ultra derecha haya crecido en España, sino que ahora tiene representación.

-P: ¿La responsabilidad de este resurgir de movimientos radicales es tanto de la derecha como de la izquierda?

En términos electorales, los votantes liberales llevan décadas insatisfechos, entonces su voto es inestable: normalmente depende de la situación de la inmigración, la integración y otros elementos como el escepticismo. En términos políticos, el partido socialdemócrata danés es más nativistas que el PP, y el sueco se ha movido más a la derecha incluso que el PP; es decir, que depende mucho de cada país. Pero en general, el voto ultra derechista es un fenómeno de protesta contra las democracias liberales, en las que no se sentían representados.

-P: Es decir, ¿tendríamos que entenderlo como una señal de alarma sobre las deficiencias del sistema democrático hoy?

No creo que sea una cuestión de las bases o el funcionamiento del sistema democrático. No, la democracia no es un sistema tan viejo y para nada está caduco. Creo más bien que todo arranca del factor inmigración, de su masificación durante las décadas de los 80 y 90.

-P: Profesor, ¿no es muy peligroso que nos hayamos acostumbrados a la presencia de radicales y nacionalistas en nuestros parlamentos?

Lo peligroso efectivamente es que lo consideremos un fenómeno normal y dejemos de temerle: están introduciendo sus propuestas radicales en los gobiernos. Pero también es importante que dejemos de pensar en la ultra derecha como una perversión o patología que no pertenece a nuestra sociedad, porque ahí está y tiene unas bases que la apoyan, y sus propuestas tienen que ver con asuntos importantes que hay que afrontar en el marco de una sociedad democrática, algo que no siempre las democracias hacen. Hay una legítima frustración en torno a la migración e integración, pero la respuesta no es adoptar las soluciones de la ultra derecha ni tampoco pensar que son asuntos que solo les competen a ellos. No, ya es hora de que los partidos democráticos ofrezcan respuesta a los problemas de la integración, el multiculturalismo, migración, que hace tiempo dejaron de ser minoritarios y los gobiernos no pueden ignorarlos.

La migración no es una cuestión sencilla, en absoluto, y tampoco creo que la propuesta mayoritaria de la izquierda de abrir las fronteras y legalizarla sin más sean opciones realistas"

-P: ¿Qué o quién es el mayor responsable de la migración masiva hacia los países desarrollados, especialmente en Europa?

No creo que sea muy útil discutir sobre quién es el responsable último, la cuestión es que vivimos en un mundo global y económicamente integrado, donde el sur se siente atraído por el norte y no precisamente porque les guste el clima o la comida, sino por pura supervivencia. Si invirtiéramos en mejorar su estándar de vida esto no sucedería, pero insistimos en invertir masivamente en preservar nuestras fronteras, sin importarnos que miles de personas mueran en el mar o en el intento de franquearlas. Pero es algo que ningún país puede hacer individualmente, porque hay que evitar la corrupción masiva y las dictaduras, que en gran parte están dirigidas por potencias del norte para aprovecharse de sus recursos naturales. La migración no es una cuestión sencilla, en absoluto, y tampoco creo que la propuesta mayoritaria de la izquierda de abrir las fronteras y legalizarla sin más sean opciones realistas. Además, si invirtiéramos significativamente en su desarrollo, la derecha podría permitirse no aceptar más inmigrantes o al menos solo para proyectos específicos.

-P: Profesor, ¿alguna vez ha sido amenazado por sus opiniones políticas? ¿Se siente a salvo?

No físicamente, pero sí a través del correo y, por supuesto, de las redes sociales. Pero mira, yo soy un hombre blanco, nada que ver con la amenaza que sufren mis colegas femeninas o colegas de color. Además, yo vivo lejos de mi área de origen, lo que es más seguro que si eres una persona destacada de tu comunidad: en Estados Unidos no me prestan mucha atención.

-P: ¿Es esa la razón por la que cambió las universidades europeas, donde enseñó durante 14 años, por la de Georgia?

No, no, la razón fue mi mujer.

-P: ¿No cree que su conocimiento sería más útil entre la juventud europea?

No, la amenaza de la extrema derecha es mucho mayor en EE.UU. que en Europa. Además, para eso escribo mis libros, para llegar a todo el mundo.

-P: Profesor, ¿le molesta si le pregunto por la relación con su hermano mayor (Tim Mudde, popular “brigadista” de la ultra derecha neerlandesa)?

No, no hablo de este asunto.

-P: Ya, debe de ser doloroso para usted.

No, no, yo no he dicho que sea doloroso, sino que no hablo de ese asunto.

-P: ¿Es real la amenaza del terrorismo de extrema derecha y hasta qué punto?

Claro, la violencia política de la extrema derecha es muy preocupante y ha matado y amenazado a la población muy por encima de cualquier otro terrorismo, incluso la yihad.

-P: ¿Se está refiriendo al pasado?

A las últimas dos décadas. Y me preocupa que en los últimos dos años se ha organizado bastante en países como Alemania, Italia y Francia. Pero la mayor preocupación hoy de los servicios de inteligencia es que la guerra de Ucrania es un caldo de cultivo de la violencia de ultra derecha en ambos frentes, que se están armando y especializando en el manejo de armas sofisticadas de alcance masivo, lo que podría generar peligrosos grupos de terrorismo. Si bien es difícil organizar un grupo clandestino en el mundo de hoy, es realista pensar que la amenaza va a incrementar.