ELECCIONES EN BRASIL

La victoria de Lula despeja el camino para el acuerdo UE-Mercosur que propicia España

La UE quiere cláusulas de salvaguarda de la famazony lucha contra el cambio climático, que Bolsonaro vetó

España ha sido uno de los países más proclives al acuerdo comercial ante las reticencias de Francia y del Parlamento Europeo

Moncloa asegura que será una de sus prioridades durante la presidencia europea del próximo año

Lula da Silva celebra la victoria electoral junto a su mujer.

Lula da Silva celebra la victoria electoral junto a su mujer. / Reuters

Mario Saavedra

Mario Saavedra

Luiz Inácio Lula da Silva quiere un acuerdo comercial con la UE, y lo quiere rápido. En seis meses, dijo durante la campaña electoral. Se refería el nuevo presidente de Brasil al pacto entre la Unión Europea y los países del Mercosur (la propia Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) para la reducción drástica de los aranceles. En 2019 se firmó un remedo de acuerdo de libre comercio, pero nunca llegó a ser concretado y ratificado. Un grupo de países, liderado por Francia, y el propio Parlamento Europeo, eran reticentes a firmar la liberalización mientras Jair Bolsonaro propiciaba la deforestación de la selva del Amazonas para uso agrícola o se salía de los acuerdos de lucha contra el cambio climático.

“Bolsonaro consideraba la Amazonia como una zona soberana sobre cuyo control no se podía negociar, y representaba al lobby agrícola y terrateniente, que ocupa tierras y quema los bosques para hacerlos cultivables”, explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Susanne Gratius, profesora de Relaciones Internacionales de la UAM. “Lula no es que haya sido un gran medioambientalista, pero al menos había firmado muchos de los acuerdos contra el cambio climático”.

El presidente electo, que ya lo fue entre 2003 y 2011, es de izquierda populista y proteccionista en lo económico, y puede forzar a la renegociación para cerrar los detalles temas como la apertura al exterior del sector servicios o la compraventa de productos agrícolas. “Bolsonaro puso a un liberal como ministro de Economía, Paulo Guedes, que era una especie de ‘Chicago boy’ [escuela de economistas neoliberales]”, apunta Gratius.

Un enorme acuerdo de libre comercio


Al de UE-Mercosur se le ha considerado uno de los mayores tratados comerciales por firmar. Supondría para los países de la Unión un ahorro en el pago de aranceles de más de 4.000 millones de euros, según las estimaciones oficiales. Esto es cuatro veces más que lo derivado del equivalente firmado con Japón.

Brasil es la primera economía de América Latina. Junto al resto de países del Mercosur forma un mercado de cerca de 300 millones de personas con un PIB equivalente a unos 2 billones de euros. Es una potencia agrícola en un contexto de incertidumbre alimentaria global derivada de la guerra en Ucraniag. “En el contexto geopolítico actual, el acuerdo es mucho más que un acuerdo comercial”, ha apuntado el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell: conviene culminarlo para incrementar los lazos con países afines, ha dicho.

Los principales escollos para sacar adelante el preacuerdo de 2019 fueron, precisamente, las exportaciones agrícolas y ganaderas. Se encontraron con el muro habitual en países de la Unión Europea, que están protegidos por la Política Agraria Común. Del otro estaban los  recelos brasileños a abrir las aduanas a las importaciones de coches y otros productos de automoción. Brasil tiene su propia industria automovilística, que vende en otros países del Mercosur y resto de América Latina. Si los coches alemanes o del resto de la UE empezaban a venderse allí, iban a salir perdiendo. Ponían trabas por lo primero Francia, Países Bajos o Polonia; y Brasilia por los segundos. Aun así, el compromiso de cerrar un acuerdo se alcanzó. Pero llegó Bolsonaro y la pandemia, y todo se detuvo.

Impulso en la presidencia española


Sólo unas horas después de que Lula se haya proclamado vencedor de la segunda ronda de las presidenciales (por escasos puntos de diferencia), y antes incluso de que el propio Bolsonaro reconociera su derrota, la UE ya ha puesto el acuerdo en el radar. "Estamos listos para comprometernos con el nuevo Gobierno una vez haya tomado posesión para discutir la forma de avanzar con Mercosur", ha dicho  el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis, durante una reunión informal de los ministros del ramo en Praga. 

Jozef Síkela, el ministro de Industria y Comercio de República Checa, que ostenta la presidencia actual de la Unión, se ha reafirmado en ese objetivo: “El cambio que seguramente ocurrirá tras las elecciones en Brasil puede ayudar a avanzar en las negociaciones con el Mercosur", ha afirmado. 

El presidente de la delegación para las relaciones con Mercosur del Parlamento Europeo, el eurodiputado español Jordi Cañas, de Ciudadanos, ha destacado que la victoria de Lula “abre una ventana de oportunidad" al acuerdo, informa EFE.

Según han confirmado fuentes del Gobierno, por su parte, el objetivo de impulsar este acuerdo será uno de los principales dentro de la agenda de la presidencia española de la UE, que celebrará dos docenas de reuniones por toda España con líderes europeos y estará dirigida por el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. Coincide que en ese semestre será Argentina la que ostentará la presidencia del Mercosur. Buenos Aires ha apuntado a  2023 como el horizonte para la firma del tratado final.

La posición de Francia


La Comisión Europea (CE) y Mercosur mantuvieron conversaciones durante más de dos décadas antes de alcanzar, el 28 de junio de 2019, un principio de Acuerdo de Asociación: Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay se comprometían a eliminar el 91% de los actuales costes de aranceles en las fronteras a los productos de la UE, y ésta haría lo mismo con el 95% de sus líneas arancelarias.

España exportó a Brasil mercancías por valor de 2.132 millones de euros e importa por 3.990 millones de euros en 2020. Los principales son intercambios de combustibles, aceites y semillas.

Es de esperar que lo firmado en 2019 tenga cambios, especialmente en lo que respecta al tema climático y medioambiental. El tratado comercial ya obliga al cumplimiento del Acuerdo de París sobre cambio climático, pero ahora la Comisión Europea ultima incluir un instrumento adicional al pacto que dé mayores garantías en materia medioambiental.

La reelección de Emmanuel Macron como presidente de Francia es otro de los factores que apunta a un previsible desatascamiento del proceso. París congeló cualquier avance durante su presidencia de la UE en el primer semestre de este año porque coincidía con las presidenciales y el tema es altamente sensible entre los votantes de la Francia rural. 

En su felicitación a Lula, Macron le ha puesto “deberes”: las prioridades en la cooperación entre ambos países en esta nueva etapa deben ser el clima y el medio ambiente. El Ministerio de Exteriores galo ha declinado confirmar por el momento si la victoria de Lula llevará al desbloqueo de París del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Mercosur.

“No sé si llegaremos a ver un acuerdo final, primero con la UE y luego ratificado país a país”, opina Gratius. “Lo que tienen, de momento, es un acuerdo de principios con muchos detalles por decidir. Además, Lula va a tener a Senado y Congreso en contra, aunque quizá ese escollo lo pueda salvar porque ya ha demostrado que es un maestro de la negociación”, concluye.