PATRIMONIO UNESCO

Un incendio en la Isla de Pascua devora casi 80 de sus icónicos Moáis

El fuego calcina más de 100 hectáreas y alrededor de 80 esculturas del territorio chileno

Según las autoridades, en algunos casos, "el daño es irreparable" 

Incendio Isla de Pascua

Incendio Isla de Pascua / Municipalidad de la Isla de Pascua

EPE

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La Isla de Pascua concentra el patrimonio y legado de la cultura Rapa Nui en su Parque Nacional. Esta remota Isla, de carácter volcánico, se encuentra en la Polinesia y es Patrimonio Mundial de la UNESCO desde el año 1995 gracias a sus características esculturas creadas por los isleños entre el año 1200 y el 1500, los moáis. El pasado 7 de octubre, un grave incendio dañó de gravemente varios de ellos tras el avance imparable de las llamas.

Aunque ya está controlado, los carros de bomberos tuvieron grandes dificultades para acceder a la cantera, donde se fabricaron los moáis. Además, los fuertes vientos empeoraron la situación y los resultados han sido fatales: un 20% de las esculturas de piedra han sufrido daños irreversibles, muchas de ellas quedando totalmente carbonizadas. Se sabe que el cráter del volcán Rano Raraku, lugar que alberga 400 moáis, es uno de los lugares más afectados por las llamas.

Los daños son irreversibles

Esta catástrofe sucede solo tres meses después de que la isla volviera a abrirse al turismo, tras pasar más de dos años cerrada por la pandemia. La reapertura era algo fundamental para la recuperación económica de la zona, pues esta actividad constituye su principal fuente de ingresos.

La subsecretaria del Patrimonio Cultural del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Carolina Pérez Dattari destacaba la labor realizada por la propia comunidad pascuense. Gracias a ellos, se evitó que el lado exterior de la cantera quedase completamente calcinado. 

Aunque lo que más preocupa es el estado de las esculturas humanoides, pero muchos altares (ahu) y otros restos de gran importancia artística de esta cultura han sido engullidos por el fuego. El incendio tiene consecuencias devastadoras sobre la composición de piedra de los moáis, alterándola químicamente y debilitando la superficie, según explica la Brigada de Protección Ambiental. Pero, la afección no se limita solo al conjunto arqueológico, la biodiversidad de la isla engrosa la lista de pérdidas que suponen este devastador incendio.

Muchas personas han denunciado este suceso. Las críticas se enmarcan en la situación que vive la Isla tras ser declarada Patrimonio de la UNESCO, medida que, dicen, solo tenía como objetivo fomentar el turismo de la zona. Para ellos, las medidas de conservación que se aplican en la zona no parecen responder a la gestión delicada o especial que merece un sitio de tal valor arqueológico.