INVESTIGACIÓN

La operación de narcotráfico por la que el padre de Giorgia Meloni fue condenado en Mallorca formaba parte de una trama mafiosa

Los jueces del caso relatan que ofrecieron a Francesco Meloni "un tratamiento penal beneficioso" si confesaba por cuenta de quién transportaba 1.500 kilos de hachís | El acusado optó por cargar con toda la pena y guardar silencio después de declarar, mientras hacía el gesto de que le rajarían el cuello, que "la prisión no es la vida"

Fardos de hachís a bordo del 'Cool Star' atracado en Mahón.

Fardos de hachís a bordo del 'Cool Star' atracado en Mahón. / RTVE

M. Elena Vallés

La operación de narcotráfico por la que fue condenado en España a nueve años de prisión Franco Meloni, padre de

Giorgia Meloni

, estaba vinculada a una trama mafiosa de grandes dimensiones.

Durante el juicio, celebrado en septiembre de 1996 en la Audiencia Provincial de Palma, los magistrados ofrecieron a Meloni "un tratamiento penal beneficioso" si colaboraba y confesaba por cuenta de quién transportaba 1.500 kilos de hachís desde Marruecos hasta Italia. Así

lo narra a Diario de Mallorca, del grupo Prensa Ibérica, uno de los jueces de la causa, Eduardo Calderón. "Tras exponérselo, nos dijo con rostro sonriente: 'La prigione non è la vita' ('La cárcel no es la vida'), mientras deslizaba su mano por el cuello con la palma de la mano boca abajo", un gesto muy gráfico de lo que supone la omertá: si Meloni rompía su silencio su vida corría serio peligro. El acusado confesó su responsabilidad exclusiva, cargó con toda la pena y declinó recurrir al Tribunal Supremo.

Esta escena tan elocuente asombró a los magistrados y fue comentada ayer mismo por Calderón y el juez Juan Catany, presidente del tribunal que juzgó a Meloni, ambos jubilados. "Los dos nos quedamos con las ganas de saber si se lo agradecieron después de alguna manera", comenta Calderón.

En todo momento el tribunal consideró que el padre de Giorgia era un transportista, "que hizo ese trabajo para alguien importante y sospechábamos que era para algún grupo mafioso", indica.

Durante la vista, el magistrado recuerda que Meloni "se comportó de manera muy educada" y que guardó en todo momento "una actitud tranquila".

Este periódico contactó asimismo con el juez de instrucción del caso, Bartomeu Mesquida, también retirado y hermano de quien fuera director general de la Guardia Civil y de la Policía, Joan Mesquida. "Mi actuación fue accidental. El velero en el que iba la droga llevaba una radiobaliza que había sido autorizada por otro juzgado que estaba investigando los movimientos de la embarcación. Por este motivo, la policía ya tenía conocimiento de que se transportaban esos fardos", indica. Lo que demuestra que se trataba de una operación contra el narcotráfico en la que participaron varios jueces de diversas geografías.

"Intervino Vigilancia Aduanera y se hizo la visita de fondeo. Yo dicté el auto. Me llamaron para autorizar el registro del barco y fui hasta el puerto de Mahón y vi todo lo que transportaba", relata. Mesquida confirma que Meloni le reconoció los hechos enseguida. "Decreté prisión preventiva en la cárcel de Palma", señala.

El progenitor de la ultraderechista fue detenido junto a dos de sus hijos y su yerno en septiembre de 1995 en Menorca tras ser sorprendido con uno de los alijos más grandes aprehendidos en Balears. En el juicio, Meloni alegó que en aquella época se encontraba arruinado, había perdido sus negocios de hostelería e inmobiliarios en Canarias y tenía cuantiosas deudas y que para saldarlas había aceptado el encargo de un marroquí, que le ofreció la posibilidad de ganar unos cincuenta millones de las antiguas pesetas por el transporte de la droga desde Marruecos hasta Italia. Además de los fardos, fueron intervenidas 7.533.000 liras italianas, 45 libras y 74.000 pesetas.

El mismo día que se conoció la sentencia condenatoria de Meloni a nueve años de prisión por delito contra la salud pública y contrabando, un grupo de fiscales italianos se desplazó hasta Palma para tomar declaración a dos marineros de la misma nacionalidad encarcelados por su presunta implicación en el desembarco en Sant Elm de un alijo de hachís que procedía de Marruecos y con destino final a Italia de una cantidad similar a la que transportaba Meloni. Esta comisión rogatoria, que recaló en la isla en septiembre de 1996, investigaba conexiones entre organizaciones italianas y clanes mallorquines de narcotraficantes. Y, según los investigadores, además del de Sant Elm, se estaban sucediendo varios casos más que permitían inferir que Balears era una escala muy utilizada para transportes de droga desde Marruecos a Italia.