VIOLENCIA VICARIA

El Estado avanza en la atención psicológica a las víctimas de la violencia más devastadora: los crímenes vicarios

Los Presupuestos destinan por primera vez una partida para la asistencia a estas madres

La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell.

La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell. / EFE/David Fernández

Violeta Molina Gallardo

Violeta Molina Gallardo

Es la más devastadora de las violencias machistas: 47 menores han sido asesinados en España desde 2013 por sus padres o las parejas o exparejas de sus madres con el único objetivo de causar el mayor daño posible a estas mujeres. Ahora, el Estado ha dado un pequeño paso para contribuir a la recuperación de las víctimas de la violencia vicaria, a quienes ofrecerá atención psicológica especializada.

Los próximos Presupuestos Generales del Estado destinarán una partida al Consejo General de la Psicología de España para facilitar una atención psicológica inmediata y especializada a las madres de los menores asesinados en crímenes vicarios en el lugar de la geografía en el que se encuentren.

"La violencia sufrida es tan devastadora que requieren un recurso específico para su recuperación", explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, quien reflexiona que ni siquiera hay un nombre para definir a las madres que han perdido a sus hijos.

"Ni siquiera tenemos una palabra para nombrarla: no es huérfana, no es viuda, son madres que han perdido a sus hijos e hijas porque su agresor las ha dañado donde más duele".

Las comunidades autónomas tienen la competencia de la asistencia directa a las víctimas de violencias machistas, pero el Gobierno ha destinado una partida de 30.000 euros al Consejo General de la Psicología de España para cubrir esta necesidad urgente, hasta ahora sin respuesta.

El Consejo tiene una implantación nacional y la capacidad de seleccionar a profesionales con la especialización adecuada para abordar estos casos, en concreto experiencia en el tratamiento de víctimas y en trauma, según indica el vocal adjunto a la presidencia de esta institución, Fernando Chacón.

Ya el año pasado, el Ministerio de Igualdad recurrió al Consejo General de la Psicología para ofrecer asistencia a una madre cuya hija había sido asesinada por su padre y no entraba en los distintos supuestos de ayuda a víctimas.

Y es que hasta 2021 la ley contra la violencia de género no reconoció la violencia vicaria, desde entonces recoge que la violencia que se ejerce contra los familiares o allegados menores de edad de la mujer con el objetivo de causarle daño o perjuicio también es una forma de violencia machista. Sin embargo, al no depender económicamente de sus hijos, las madres víctimas no tenían derecho a las ayudas del Estado.

Algo que ha cambiado hace poco más de un mes, a través de la ley orgánica de garantía integral de la libertad sexual, en la que ya se reconocen como víctimas directas a las madres de estos menores asesinados en crímenes vicarios, de manera que pueden acceder a las ayudas estatales existentes para las víctimas de delitos violentos.

Resiliencia y sororidad

Los últimos cambios legales suponen un avance significativo en la atención de estas víctimas, aunque Rosell reconoce que aún quedan cosas por hacer para "adaptar el sistema y contar con todos los medios materiales y personales bien formados para mejorar y desarrollar todos los mecanismos de reparación, tanto económica, como emocional, social e incluso simbólica en estos casos".

La delegada sostiene que las autoridades más cercanas se suelen volcar con estas víctimas y cuenta además que las mujeres que han sufrido esta violencia vicaria mortal se ayudan entre ellas.

"Hay algo que no es institucional, ni del Estado ni de las comunidades autónomas ni de las entidades locales, y que me emociona profundamente: la red de apoyo que se prestan entre sí las madres que han pasado por lo mismo. Eso es tremendo. Yo misma he ofrecido el contacto, con su consentimiento por supuesto, de madres que ya están en fase de superación a otras. Y es increíble la resiliencia y la sororidad que puede desplegar una superviviente de una violencia tan extrema", señala la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género.

En el sistema de detección policial Viogén, a fecha 30 de septiembre, figuraban 8.104 menores en situación de vulnerabilidad por vivir en contextos de violencia de género y 948 en riesgo de ser agredidos por el maltratador de sus madres.

Desde 2013, 47 niños y niñas han sido asesinados en crímenes vicarios, uno de ellos este año. En 2017, fueron 8 las víctimas mortales de esta violencia vicaria, el peor año de la serie histórica.

En 43 casos, el agresor fue el padre y en los cuatro restantes, la pareja o expareja de las madres. 28 de los 47 maltratadores se suicidaron tras cometer los crímenes, por lo que no pudieron ser juzgados por sus actos.

El abordaje psicológico de una madre que ha sufrido violencia vicaria es "muy complejo", explica a este periódico la psicóloga Mª Luz Losada Somoza, coordinadora del programa gallego de atención psicológica a víctimas de violencia de género (tanto mujeres como menores y otras personas dependientes de ellas).

"Va a depender mucho de la historia vivida por esa mujer. Evidentemente, primero hay que escuchar toda su historia y luego, de alguna manera, ayudarlas a entender cuál ha sido el proceso que han vivido, que entiendan que en muchas ocasiones se normalizaron cosas que quizá eran síntoma de algo y era inviable poder verlas porque todo el mundo les decía que era normal o no era para tanto. Hay que ayudarlas a desculpabilizarse, se sienten culpables del daño que reciben sus hijos", sostiene Losada.

La violencia vicaria es "una herramienta más para hacer daño" a las mujeres, recuerda, pero también una instrumentalización de los hijos, a quienes se les genera un daño. La especialista incide en que es un maltrato violencia que "lamentablemente está mucho más presente de lo que nos pensamos".

Pide ayuda

El 016 atiende a las víctimas de todas las violencias contra las mujeres. Es un teléfono gratuito y confidencial que presta servicio en 53 idiomas y no deja rastro en la factura. También se ofrece información a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y asesoramiento y atención psicosocial mediante el número de Whatsapp 600 000 016. Además, los menores pueden dirigirse al teléfono de ANAR 900202010Todos los recursos contra la violencia de género.