AUTOBIOGRAFÍA

Dani Amatriaín, el histórico manager que encumbró a Lorenzo: "La adicción tomó las riendas de mi vida"

En su autobiografía, el expiloto repasa su carrera en el motociclismo, pasa de puntillas por las “zancadillas” que le pusieron algunas personas de su entorno y cómo lo perdió todo por su adicción a la cocaína

Dani Amatriain drante la presentación de su libro.

Dani Amatriain drante la presentación de su libro. / MARC ASENSIO

Fue campeón de Europa y de España de Superbike, manager de pilotos ilustres como Jorge Lorenzo, entre tantos hitos que figuran en su currículum. En el mundo del motociclismo lo tuvo casi todo, pero su adicción a la cocaína se lo arrebató. Incluso la salud. Durante la presentación de su libro Mi vida, de 300 a 0 km – Volver del abismo anunció que tiene el VIH. Con la finalidad de poder ayudar a otros que se encuentren en su misma situación, Dani Amatriaín (Barcelona, 1966) recoge en su libro autobiográfico su ascenso y caída, y repasa aquellas situaciones que le llevaron a lo más bajo y cómo consiguió dejarlas atrás.

“Mi relato seguramente pueda incomodar a personas cercanas”, afirma Amatriaín. "He llegado a un punto en mi vida en el que no necesito mirar atrás para pasar cuentas a las personas que me han hecho daño", mantiene el expiloto. Aun así, en el libro, cuyos beneficios irán destinados a la Fundación Lucha contra las Infecciones que preside el doctor Bonaventura Clotet, repasa su carrera como piloto y pasa de puntillas por las "zancadillas" que le pusieron algunas personas de su entorno que le hicieron colgar el mono pronto y empezar su carrera como manager que se prolongó más de 12 años y que tantos disgustos y alegrías le trajo.

El flirteo con la cocaína

Fue tras retirarse del motociclismo cuando empezó a tontear con la cocaína, tal y como relata el autor: "Solo a nivel social, al principio". "Pero terminó tomando las riendas de mi vida", zanja el que fuera el primer campeón español de una prueba internacional en la categoría de 500cc. La adicción le hizo "echar al traste" su matrimonio con su exmujer Sandra y le distanció de su hijo Daniel, cuya hija, un año después de nacer, solo conocía por fotografías. 

En su libro, Amatriaín relata capítulo por capítulo las fases de su adicción emparejándolas con las personas y momentos de su vida en los que iban sucediendo. Sus once años junto a Jorge Lorenzo y su posterior etapa en el mundo de la noche barcelonesa tras su dolorosa ruptura causaron el momento más frágil de su vida. Un relato duro, aunque visto desde la distancia del tiempo y sin profundizar en cada uno de esos momentos traumáticos, que le sirve para vehicular como la cocaína le fue arrebatando todo: "Mi familia, mis amigos y, aunque no sea lo más importante para mí, también la reputación, el dinero y la posición social”. 

"Mi declive hasta tocar fondo fue de película. Cuando Jorge me comunicó nuestra separación y su intención de no atender a la resolución del contrato, caí en las garras de la droga de forma absoluta", recoge en su libro. "Aprendí que cuando tienes un problema, muchísima gente desaparece y te quedas totalmente solo", afirma. 

El demonio: centros y recaídas

"Las drogas me llevaron a conocer una parte de la vida oscura, acercándome al trasiego nocturno con todo lo que ello conlleva: consumo de lugares de alterne, gente peligrosa, extorsión, amenazas de muerte…", recuerda. Su periplo por las adicciones terminó años después y tras muchos tumbos, detenciones y problemas cuando su familia, quienes a excepción de su madre le habían dado la espalda anteriormente, lo recogieron tras una detención en la Ciutat de la Justícia para ingresarle en un centro de desintoxicación. 

"Es difícil acabar con el demonio", como llama Amatriaín a la adicción. "Había veces que pensaba que hubiera estado mejor en la cárcel", asegura. En diez años, el expiloto llegó a internarse en tres centros. "Tuve recaídas", zanja. Actualmente, tras formarse como terapeuta y con su experiencia de coach, ha desarrollado su propia pauta de ocho pasos para ayudar a otros en su misma situación. 

"Para salir de las drogas hay que encontrar la fe. En lo que sea, pero fe", explica Amatriaín. La suya se fundamentó en ayudar a los demás. "He hecho un trabajo enorme para perdonarme a mí mismo, y me he sensibilizado mucho con la gente que sufre. Ayudar me retroalimenta", afirma el expiloto.

TEMAS