FÚTBOL

La lucha psicológica de Cheikh Sarr, el portero del Rayo Majadahonda que sufrió racismo: "Es muy duro que duden de tu palabra"

María José Morillas, psicóloga del equipo madrileño, ha sido clave en la gestión del episodio que padeció en Sestao: "Hay que revisar el protocolo contra la xenofobia, lleva 20 años sin actualizarse"

El portero del Rayo Majadahonda asegura que los comentarios racistas que ha sufrido han sido "horribles"

EPE

Denís Iglesias

Denís Iglesias

La vida de Cheikh Sarr (Dakar, 2000), portero del Rayo Majadahonda, cambió en un segundo el 30 de marzo. Ese instante en el que escucha un insulto racista que proviene del fondo de Las Llanas, el campo del Sestao. Justo detrás de la portería que defendía. Sarr salta a la grada en busca del agresor. El encuentro se suspende en medio del caos. Sus compañeros se niegan a jugar. El feudo vasco es clausurado dos partidos, los mismos que le caen al meta del colista de Primera RFEF en una decisión salomónica que no entiende.

El mundo se vino encima del portero del conjunto madrileño, quien tuvo que aguantar una exposición mediática a la que no estaba acostumbrado. Y lo que es peor, vio cómo se dudaba de su palabra. El socio del Sestao al que agarró por la bufanda presentó una denuncia en su contra, con un parte de lesiones. Desde el club vasco defienden que no se produjo ningún insulto racista y que lo que le gritaron fue: "Ahora que vas perdiendo seguro que corres".

"No puedes ser la víctima y después sancionado"

Sarr fue claro en su primera comparecencia tras el incidente: "Una persona no puede ser la víctima y después ser sancionado". Pero así ha sido. "Es importante reconocer la dualidad entre víctima y verdugo que se presenta en estos casos. Si yo me pongo en la piel de los jugadores que sufren racismo, es complicado no reaccionar bajo la rabia que nace por recibir insultos que aluden al color de tu piel o tu origen. La reacción no está bien ni hay que justificarla, pero hay que entender por qué se produce", analiza en conversación con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA María José Morillas, psicóloga del Rayo Majadahonda.

Esta profesional, integrada en la estructura del club de Primera RFEF, como hace con todas las categorías del equipo, ha trabajado estrechamente con Cheikh Sarr. Tanto desde la intervención inmediata, como en la gestión posterior de la presión mediática y el castigo de dos partidos tras ser expulsado. "La psicóloga no para de ayudarme, es muy buena gente. Desde que pasó me ayudó mucho, ha hecho mucho por mí", reconoció el cancerbero en sala de prensa.

"Personalmente, no había experimentado ninguna situación igual, aunque es verdad que está en el día a día, porque se han normalizado los insultos en el mundo. Se genera odio en Internet, donde se establece un debate paralelo sobre si se incita o no al racismo. Las agresiones verbales y físicas nunca están justificadas", argumenta la psicóloga.

Las redes sociales son el gran reto de la salud mental, "porque no es fácil gestionar mucha información en poco tiempo, a consecuencia de todo el movimiento que se genera con comentarios constantes, tanto de apoyo como de odio. Estos mensajes pueden dañar mucho a una persona. Nos hemos centrado en gestionarlo todo a través del bienestar de Cheikh".

Cheikh Kane Sarr, portero del Rayo Majadahonda, comparece tras sufrir un episodio de racismo en el campo de Sestao.

Cheikh Kane Sarr, portero del Rayo Majadahonda, comparece tras sufrir un episodio de racismo en el campo de Sestao. / JAVIER LIZÓN / EFE

"La actitud de un jugador no te da derecho a insultar"

Morillas insiste sobre culpabilización de las víctimas. Un proceso que sucede en todas las divisiones, como demuestran los episodios sufridos por Vinicius, quien se solidarizó con Sarr. "Un jugador puede comportarse de un modo incorrecto, pero eso no te da derecho a insultar. Abrir una discusión sobre esto acaba incitando al racismo", expresa la psicóloga deportiva.

"Indirectamente, estás diciendo al espectador que puede menospreciar al jugador porque está provocando. Para erradicar esto, el primer paso debería darse en los medios de información", apunta Morillas, quien junto a María Martín, responsable de comunicación del Rayo Majadahonda, han trabajado la sobreexposición mediática de Cheikh Sarr. Lo han hecho con una estrategia valiente y sincera.

El portero senegalés dio todas las entrevistas que se solicitaron y consiguió poner sobre la mesa, una vez más, el odio que campa libre en los estadios de fútbol. "Es muy duro cuando lees o escuchas una cantidad de comentarios que siembran las dudas sobre tu palabra y persona. Obviamente, tienes responsabilidad en ciertos aspectos y has hecho algo mal, pero repito, nadie tiene derecho a insultarte. Ambas situaciones tienen que ser castigadas", reitera la psicóloga deportiva.

María José Morillas, psicóloga deportiva del Rayo Majadahonda.

María José Morillas, psicóloga deportiva del Rayo Majadahonda. / RAYO MAJADAHONDA

'Un equipo, una familia: con Cheikh, contra el racismo'

En el caso de Sarr existe una dificultad intrínseca a la categoría donde juega el Rayo Majadahonda. En Primera RFEF no hay imágenes tan precisas como las del fútbol profesional, que prácticamente permiten identificar a cada persona que está en el campo. Esto refuerza la necesidad de disponer de un sistema de respuesta efectivo cuando se producen episodios de racismo. "Hay que revisar el protocolo contra la xenofobia, lleva 20 años sin actualizarse. Se deja insultar hasta tres veces al jugador para que exista una sanción real", comenta la psicóloga deportiva.

Por eso es tan importante la respuesta inmediata de los jugadores. Cuando sucedió el episodio de Sestao, los compañeros de Cheikh Sarr saltaron al campo para defenderle. Después renunciaron a que se reanudase el encuentro. Desde el Rayo Majadahonda se arropó al portero con la campaña 'Un equipo, una familia. Con Cheikh, contra el racismo'. "Si volviera a pasar algo parecido, el vestuario estaría de nuevo del lado de su compañero. Estos jugadores son de lo que más orgullosa estoy. Por como dieron la cara y demostraron que eran una familia. Se comportaron de forma impoluta", describe Morillas.

Pancarta con la que salieron los jugadores del Rayo Majadahonda en apoyo a su compañero Cheikh Sarr.

Pancarta con la que salieron los jugadores del Rayo Majadahonda en apoyo a su compañero Cheikh Sarr. / RAYO MAJADAHONDA

La apuesta del club madrileño por la psicología deportiva, con una profesional integrada en su estructura -algo que equipos de Primera División no tienen- hizo posible una respuesta más efectiva. "Estar en el día a día con ellos aseguró una intervención más natural. Esto me facilita las cosas a nivel de información. Ya no solo para reaccionar, también para prevenir situaciones, aunque a veces son incontrolables, por el cúmulo de emociones que llevan asociadas. La historia de aprendizaje de cada persona es distinta", reflexiona la profesional de la salud mental.

Procesar y reparar la autoestima de Cheikh Sarr

Si Cheikh Sarr tuviera que recurrir a un psicólogo externo, su proceso de recuperación sería más largo. En el caso del portero de Rayo Majadahonda se trabajó primeramente la parte humana, dando apoyo y haciendo una escucha activa en un espacio seguro. Después llegó el turno de procesar y comprender la experiencia para identificar situaciones de estrés o ansiedad que pudieran surgir, como la gestión de la atención mediática. Por último, se reparó la autoestima del jugador para enfrentar futuros episodios psicológicos y prevenir situaciones.

"Cheikh Sarr es un jugador como el resto. Con objetivos, joven, que quiere crecer. Esos diez segundos del partido contra el Sestao no representan cómo es él. Estos días se difundió otro vídeo que enseñaba a Cheikh en un partido del Deportivo. Compartía un plátano con el que rompía el ayuno del ramadán. No es fácil gestionar lo que le ha pasado. Toca aprender", concluye Morillas, un ejemplo de la importancia de la salud mental en el deporte y en la vida.

Su trabajo es la reivindicación del vínculo entre el psicólogo y el paciente, relación de calidad que ha dotado de herramientas al portero del Rayo Majadahonda para enfrentar el confuso y doloroso camino del combate contra el racismo. Es una forma de odio que genera incomprensión contra la que no hay cura. Porque, como recordó Sarr, no era la primera vez que le pasaba ser objeto de insultos que provocan un sentir "horrible, feo y triste".