RUGBY | MUNDIAL FRANCIA 2023

Mundial de Rugby: Si Nueva Zelanda le mete 96 a Italia, ¿ampliamos el circo con cuatro payasos más?

La durísima derrota ante los azzurri, sumadas a otras como el (76-0) que se comió Chile con Inglaterra, el (82-8) de Irlanda a Rumanía o el (76-0) de Sudáfrica a los Robles, cuestionan la ampliación mundialista

Nueva Zelanda carga en un maul contra Italia en el Mundial de rugby

Nueva Zelanda carga en un maul contra Italia en el Mundial de rugby / GUILLAUME HORCAJUELO

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

Nueva Zelanda arrasó a una prometedora Italia por un (96-17) que hace mucho daño al rugby, al menos al que se está tratando de armar, y abre muchos interrogantes. Para empezar los All Blacks confirman que están repuestos de su derrota ante Francia y llegarán con la velocidad de crucero al cruce de cuartos con Irlanda, si los verdes son capaces de pasar la reválida contra Escocia.

Italia, ¿Tier 1 o wild card?

El hambre de los kiwis evidenció que incluso entre los países de la aristocracia de World Rugby también hay diferencias. Y no precisamente pequeñas. Los de negro rondaron la centena con su voracidad confirmando que competitivamente el Mundial es cosa de ocho equipos, diez a lo máximo, e Italia no es uno de ellos por más que se haya comprado la etiqueta de Tier 1 con su entrada en el Seis Naciones. De hecho, ratifica que los transalpinos más que un país de Tier 1 kdisponen de una wild card en la planta noble.

Italia se instaló en la élite rugbística a base de talonario y sin ninguna estructura deportiva. Aún hoy, 23 años después de ingresar en el centenario torneo del Viejo Continente, el rugby en Italia es casi clandestino y es complicado encontrar un campo con las haches en cualquier ciudad aleatoria del país.

Su apuesta por la competitividad express, a golpe de chequera y nacionalizando jugadores a los que colocar la zamarra azzurri, no salió bien más allá de aquella Italia de delantera ilustra con Castrogiovanni, Lo Cicero, Giraldhini, Favaro, Zanni o los Bergamasco. Parecían haber retomado esa senda con jugadores que están dando nivel en clubes extranjeros como Allan, Capuozzo o Garbisi. Pero los 96 puntos encajados ante Nueva Zelanda la devuelven al limbo competitivo en el que se han desenvuelto siempre, un paso por encima del Tier 2 y dos por debajo del Tier 1. Pero recordemos también, sin irnos muy lejos, que España ni siquiera fue capaz de doblegar a Italia A en Madrid hace unos meses.

Imagen del partido entre Inglaterra y Chile del Mundial de Rugby

Imagen del partido entre Inglaterra y Chile del Mundial de Rugby / YOAN VALAT

El dilema

Más allá del papel de Italia, la otra pregunta que surge es ¿si Nueva Zelanda le endosó 96 a Italia, que es Tier 1, que destrozó le puede hacer a un Tier 3 de los que entrarían en el Mundial si se amplia a 24?

Convengamos que el crecimiento del rugby pasa por aumentar en los calendarios de los países del Tier 2 los partidos ante equipos del primer escalón para que haya más exigencia y se hagan más competitivos. Y valoremos que eso se pueda hacer ya sea con una competición transversal como la Nations League que propuso Agustín Pichot, quien salvo sorpresa se presentará a las elecciones de World Rugby para cuestionar el establishment de las Home Unions, o con partidos en las ventanas de otoño y verano y giras de los diferentes países.

Más allá de que todo eso cuestione el Statu Quo que lleva rigiendo el rugby desde 1823, lo cual es una amenaza para quienes mandan, parece difícil de justificar con partidos que arrojan resultados grotescos como este (96-17). En un deporte como el rugby que busca expandirse en nuevos territorios y con nuevas audiencias, este tipo de episodios dañan notablemente su reputación.

Es entendible el discurso de Pablo Lemoine, seleccionador chileno, antes uruguayo, tras caer (76-0) ante Inglaterra, pese a mantener a raya a los de Bortwick hasta el minuto 22 con el marcador virgen. “Me da un poco de repulsión seguir hablando de lo mismo porque al final esto es como un show, donde de por un lado estamos los payasos y desde el otro están los dueños del circo. A mí me tiene saturado el tema”, advertía señalando a World Rugby y este sistema clasista en el que se protege a los Tier 1 para mantener el status otros 200 años más.

Una reivindicación que se ha convertido en clamor entre los países ‘emergentes’: Uruguay, Georgia, Fiyi, Japón, Chile… España, no nos engañemos, no está en ese grupo y no es más que un Tier 3 con aspiraciones y más atractivo mercantil que deportivo para las instituciones. España, y duele decirlo, ha sido más otra Italia que un Uruguay o una Georgia. Construyó su relato mundialista desde el cortoplacismo de las nacionalizaciones express y ahora cambia el rumbo y se adentra en el modelo sudamericano de Uruguay y Chile. Quedaba claro de forma implícita en el tuit en el que Pichot denunciaba el enésimo golpe de timón de World Rugby, y donde además de los citados aparecían Canadá y Estados Unidos, pero no España. A nosotros nos ponen como ejemplo para muchas federaciones, concretamente de ejemplo “de lo que NO debe hacer una federación”.

La cuestión es que después del (96-17) encajado por Italia, el (76-0) que se comió Chile con mucha dignidad, el (82-8) de Irlanda a Rumanía, el (71-3) de las All Blacks a Namibia o el (76-0) de Sudáfrica a los Robles, se hace complicado defender lo atractivo que puede resultar aumentar de 20 a 24 las plazas mundialistas sin que eso suponga un menoscabo a la maltrecha credibilidad de nuestro deporte con resultados que serían aún más escandalosos. Jugando a adivinar quienes podrían entrar, se da por hecho que países como España, Estados Unidos, Canadá, Rusia, Alemania, Kenia o Hong Kong completarían ese escenario de 24. Aumentando además la duración de un Mundial que el profano ya cuestiona por ser “demasiado largo”.

En esas estamos cuando se van concretando las posiciones en los cruces. Advirtiendo las diferencias abismales entre los ocho, diez a lo sumo, primeros países del ránking y los nueve siguientes. Y al tiempo proponiendo invitar “cuatro payasos más al circo”, que diría Lemoine. ¿Cómo lo solucionamos?