LIBROS

Julie Doucet, legendaria autora de tebeos 'undergound': “'El Río' no es mi vuelta al cómic, tan solo he hecho este libro”

La canadiense, autora referente para varias generaciones, vuelve con una obra intimista de novedoso planteamiento sobre una historia de amor que mantuvo con un fan hace años. Estos días está de visita por España

La dibujante y artista de cómic underground canadiense Julie Doucet en el Museo Reina Sofía de Madrid.

La dibujante y artista de cómic underground canadiense Julie Doucet en el Museo Reina Sofía de Madrid. / ALBA VIGARAY

A finales de los años ochenta, una veinteañera Julie Doucet empezó a publicar sus historietas en su fanzine autoeditado, Dirty Plotte, donde comenzó a marcar un estilo propio en lo visual y en lo temático, abordando la sexualidad, la feminidad y lo personal de una manera inusualmente cruda y lúcida. Durante los siguientes tres lustros, Doucet se afianzó como una autora única cuya obra empezó a proyectar una sombra que se prolonga hasta nuestros días.

En 2006 anunció que dejaba los cómics y, desde entonces, ha publicado poesía y se ha interesado por disciplinas artísticas como la serigrafía o el xilograbado. En marzo de 2022 fue galardonada con el Grand Prix del festival de cómic de Angoulême, el reconocimiento más importante del que quizás sea el evento más prestigioso del mundo. En su 50 edición, el festival la convirtió en la primera mujer no francesa en recibir el galardón en toda su historia. Tan solo un mes después se publicaba Timezone J, un nuevo cómic que, titulado El río, llega a las librerías españolas estos días de la mano de la editorial Fulgencio Pimentel. La novedad editorial coincide, además, con la visita de la autora a España, que ofrecía ayer una charla en el Museo Reina Sofía y visitará también el Centro José Guerrero de Granada el 2 de mayo.

Un cómic atípico

El río es un cómic atípico en muchos sentidos. Dibujado como una concatenación de murales con bocadillos de diálogo que se leen desde abajo hacia arriba, nos llevan a finales de los noventa, época en la que la autora estableció una relación epistolar con un joven francés. “Quería contar esta historia, pero no sabía cómo hacerlo”, cuenta Doucet. “No quería hacer un cómic al uso e intenté que fuese una novela, pero era terrible. También probé en formato de guion cinematográfico, pero tampoco funcionó, o como collage, que es algo que he probado durante los últimos años. Al final compré uno de esos cuadernos japoneses, que es como una larga hoja de papel doblada como un acordeón, y empecé a dibujar multitudes, como solía hacer cuando era pequeña”.

La dibujante añade que fue posteriormente cuando empezó a colocar bocadillos de diálogo para contar una historia, lo que supuso un proceso con un componente de reflexión importante, ya que el desarrollo de cada página era completamente improvisado. “Al final”, subraya, “es una multitud interminable de gente y animales y, de vez en cuando, aparezco yo para contar la historia”. Doucet admite que la obra ha supuesto un ejercicio artístico especial ya que quería que el medio (el cómic) se adaptase a la historia, y no al revés. “He reformulado el cómic a mi manera para poder contarla”, resume.

Perseguida por una historia

“Es una historia muy personal, que me llevaba persiguiendo desde hace mucho tiempo, y supongo que necesitaba contarla. Al final, es una historia de amor, pero una muy especial”, subraya la artista. Y es difícil no darle la razón. A lo largo de la obra, el avance de la relación entre la propia Doucet y un fan fatal francés pasa de ser algo intensamente epistolar a un romance tan fugaz como extraño. La publicación de El río, por cierto, no ha permitido, por el momento, que ambos protagonistas se reencuentren. “Cuando se publicó el cómic en Francia, tenía algún tipo de expectativa de que él apareciese, pero a día de hoy eso no ha ocurrido”, cuenta la artista, que admite haber buscado en internet a su ex amante, al que perdió el rastro a principios de los 2000. Sin cerrar la puerta a un eventual reencuentro, se muestra escéptica a que este ocurra: “Depende de él: yo no voy a forzar la situación, teniendo en cuenta cómo acabó todo”.

La vuelta al cómic de Julie Doucet se ha producido en un momento en el que el ecosistema creativo y editorial del medio es muy diferente a como lo dejó. “Cuando yo empecé, el cómic no se consideraba como arte de manera tan rotunda y casi no había industria. Yo venía del cómic alternativo, donde casi no se podía ganar dinero. Ahora hay un montón de editoriales, es completamente diferente. Y hay un montón de mujeres dibujando, muchas más”, señala. “En muchos aspectos, es mucho mejor”, asegura, “supongo que la parte de indusria es mejorable, pero está bien que puedas dibujar sobre casi cualquier cosa hoy en día. Es un entorno mucho más abierto, y eso lo valoro mucho”. Ese entorno más abierto incluye, en cierto modo, oportunidades como la de ser invitada a un museo como el Reina Sofía para hablar de cómics, algo que, asegura, es toda una sorpresa para ella. Como también lo fue el Grand Prix de Angoulême con el que fue galardonada. “En primer lugar, no se solía nominar a muchas mujeres, y me nominaron junto a otras autoras francesas (Catherine Meurisse y Pénélope Bagieu), así que no esperaba ganar. Es un honor, es como ganar un óscar”, confiesa.

Sin embargo, ni los premios ni el ser consciente de su estatus como autora referente para varias generaciones de lectores y autores parece despistarla de su espíritu libre. “Cuando acabo una obra, me gusta pasar a otra cosa rápidamente”, afirma Julie Doucet sobre cómo ve El río ahora que está en librerías. Tanto es así que, deja muy claro, “realmente esta no es mi vuelta al cómic, tan solo he hecho este libro”.

'El río', de Julie Doucet

'El río', de Julie Doucet / Fulgencio Pimentel