MÚSICA

Crítica de discos: Peter Gabriel, Gonzalez Smith y Marco Mezquida

El cantante británico canta a las angustias mundanas en su primer álbum con material nuevo desde 2002, que recoge las canciones que ha ido publicando a lo largo de este año

Los nuevos elepés de Gonzalez Smith y Marco Mezquida, también reseñados

El músico Peter Gabriel, en una imagen promocional.

El músico Peter Gabriel, en una imagen promocional. / NADAV KANDER

Despertando conciencias en ‘I/O’

La última vez que publicamos en este diario la reseña de un álbum de Peter Gabriel (con canciones nuevas) fue en el año 2002, y eso es porque el artista ha tardado, en efecto, más de dos décadas en entregarnos el sucesor del álbum UpYa está entre nosotros, por fin, I/O, y nos muestra a un Gabriel muy reconocible, con toda su arquitectura sonora art-rock, sus dinámicas envolventes con crujidos industriales y lirismo orquestado, y un fondo filosófico en torno al diálogo del ser humano consigo mismo y con el planeta.

Hacia ahí apunta el título, que alude a la dualidad input/output, entradas y salidas de los dispositivos electrónicos, invitándonos a pensar que vivimos en una interacción permanente y que formamos parte de un tejido más grande que nosotros. La canción de apertura, Panopticom, nos pone en situación alertándonos de que debemos estar al acecho de los cambios en el medio natural, dado el poder de la humanidad de autodestruirse. Artefacto, este, corpulento de estribillo marcado y sonoridad apabullante, un poco noventera. En el núcleo de instrumentistas del disco están los colosos habituales, David Rhodes, Tony Levin y Manu Katché (y un repescado Brian Eno).

Estas doce canciones han ido publicándose una a una desde el pasado enero y ahora, reunidas, completan su significado. Cuando Gabriel comenzó a trabajar en ellas, no existían ni las redes sociales ni los teléfonos inteligentes, pero el álbum nos habla de nuestro tiempo, deslizando interrogantes. Cierta inquietud por el tiempo y los recuerdos, que ahora tenemos depositados en una aplicación del móvil (como nos hace notar en The Court, entre ritmos de cariz tribal). Y por la naturaleza de la memoria, ahora que, tal vez, vivimos tan solo para ir “ganando tiempo”, como sugiere la majestuosa Playing For Time

En I/O, Peter Gabriel lleva al extremo la tensión entre la cavilación trascendente y una idea de canción que no deja de ser pop, el pensamiento del señor de 73 años acompasado con melodías envueltas en atmósferas muy elaboradas, abiertas a la tonada manejable y a la incursión rítmica. Ahí está el funk de Road To Joy (y el de Olive Tree, aunque aquí, alarma, se acerca al Phil Collins de los 80). 

En las profundidades del álbum, versos inspirados en el uso perverso de las religiones, la caducidad de nuestra condición humana y la muerte, cruzados con pistas en las que entra la luz: Love Can Heal, con esa base de sintetizadores a lo San Jacinto, y Live And Let Live, la álgida pieza final, en la que lanza la audaz propuesta de practicar un perdón colectivo que nos libere de nuestras penas. Lo consiga o no, ahí queda esta obra despierta y madura, ajena a las tendencias musicales, isla estilística en sí misma, pero comprometida con el amplio catálogo de angustias mundanas. - Jordi Bianciotto

‘I/O’

Peter Gabriel

Rock experimental

Real World-Virgin

★★★★

Colección de luminosas canciones

Jay Gonzalez, guitarrista y teclista de Drive-By Truckers, se alía con el letrista Pete Smith y el arreglista Brent Cash para facturar una colección de luminosas canciones de estirpe clásica que viajan del power pop juvenil de She’s My Girl al tropicalismo filtrado por Bacharach de Brazilian Sugar, la balada de piano de escuela Ben Folds (The Lexington Line) y hasta el homenaje a Lindsay Buckingham del tema homónimo. Ideal para caldear las tardes de otoño. - Rafael Tapounet

‘Roll Up A Song’

Gonzalez Smith

Bobo Integral Records

Pop

★★★★

De la furia a la paz

El portentoso pianista menorquín toma la imagen de los tifones japoneses -explosión, luego calma- para dar narrativa al disco más jazzístico que ha grabado últimamente, con Masa Kamaguchi al contrabajo y Ramón Prats a la batería. Quizás para subrayar el concepto, Tornado arranca con una intensidad que es más bien crispación, pero va calando más hondo a medida que pasa de la furia a la paz. Y la sacudida de verdad está precisamente ahí, en lo que ocurre al final de la tormenta. - Roger Roca

'Tornado'

Marco Mezquida

(autoeditado)

jazz

★★★