MÚSICA

Los Zigarros: 'rock n’roll' serán, mas 'rock n’roll' enamorado

La banda valenciana de los hermanos Tormo estrena 'Acantilados', su trabajo más maduro y abierto musicalmente. "Componemos mejor desde la alegría que desde la tristeza", aseguran los rockeros, producidos en este nuevo álbum por el popular Leiva

Los Zigarros, en una imagen promocional.

Los Zigarros, en una imagen promocional. / ARCHIVO

Voro Contreras

Voro Contreras

Los Zigarros no fallan. Ellos hacen rock’n’roll, el rock tal como nos lo ofrecieron los padres fundadores y lo recondujeron discípulos tan aventajados como Rolling Stones o AC/DC, esas dos bandas a las que los valencianos hermanos Álvaro y Ovidi Tormo han teloneado en sendas visitas a España. Y como Los Zigarros no fallan, su último disco, Acantilados es otro disco de rock n’roll. Pero sin embargo éste… Éste es diferente. Algo le ha pasado a Los Zigarros para que en su nuevo trabajo después de cuatro años, una pandemia y una exitosa gira que les llevó a agotar entradas en el Wizink de Madrid no hace demasiado, nos encontremos de repente una melodía power pop, un baladón glamouroso (de glam de Bolan o Bowie) o incluso un tema que cabalga sobre ritmos disco. Presentarán su nuevo repertorio en Málaga el próximo 17 de noviembre, en la Sala París 15.

¿Qué les ha pasado a Los Zigarros? Pues así en crudo, que se han enamorado, con todo lo que ello supone, desde la primera canción (Aullando en el desierto) a la última (El monstruo). "Es un disco bastante personal y tiene un poco del cambio que ha hecho mi hermano en los últimos años -explica Álvaro Tormo-. Hemos tenido una historia de amor los dos, casi a la vez. Creo que es muy bonito porque es un sentimiento muy puro, de madurar gracias a una relación de amor brillante y de verdad… Cursi pero es así".

Los Zigarros se permiten sonar cursis porque casi todos sus héroes musicales (siempre hay excepciones) también lo han sido alguna vez. "Componemos mejor desde la alegría que desde la tristeza -asegura-. He compuesto cosas tristes estando alegre, porque cuando estoy triste solo me apetece estar encerrado en el cuarto y no ver a nadie. La alegría ayuda mucho y en este disco hay mucha alegría por haber encontrado algo que no teníamos antes: el amor sin lo malo que conlleva".

Sobrados de 'rock’n’roll'

Esta especie de madurez que les ha llevado a "cantar por primera vez sobre ciertas cosas sin miedo a lo que pueda pensar nadie" va en lo musical y en lo actitudinal. En uno de los cortes de Acantilados Los Zigarros llegan a reconocer que les ha "sobrado rock’n’roll" hasta el punto de convertirse "en un animal". "Sí, absolutamente -proclama Álvaro-. Me acuerdo que cuando hablábamos de esa canción teníamos varias posibilidades, pero es eso justamente lo que queríamos contar".

Contar que "como cualquier banda a la que cada vez le va mejor nos perdimos un poco ahí, porque es muy fácil perderse", señala. "A todo que sí", la frase que dio nombre a su segundo disco, se convirtió en una expresión recurrente que cualquiera le soltaba a Los Zigarros cuando aparecían por un bar. "Somos una banda que toca mucho y, aunque suene a cliché, te despiertas en sitios que no conoces. Tocas, sales de fiesta y descansas para volver a tocar y salir. Llega a un punto que pareces Casper el fantasma. Tocar en una banda es como cuando salías de excursión de pequeño, pero todos los días. Hay mucha sensación de libertad, todo es muy intenso, todo te apetece, pero esa vida choca de frente con la vida real".

¿Acantilados sería algo así como el reverso luminoso de A todo que sí? "No, aunque quizá es un disco menos gamberro y más de introspección -concede Álvaro-. El acantilado, en todo caso, es el miedo a ese amor que tiene mucha luz pero en el que estás tan a gusto que te preguntas donde está el abismo y qué pasará si caes en él".

Amparados por Leiva

Los Zigarros surgieron en 2012 cuando Ovidi y Álvaro Tormo dejaron Los Perros del Boogie. En 2013 publicaron su primer disco, Los Zigarros, en el que seguían abrazándose a los riffs y la chulería y a un virtuosismo difícil de disimular que afianzaron en A todo que sí (2016) y Apaga la radio (2019), todos ellos producidos por Carlos Raya. La etapa la cerraron con ¿Qué demonios hago yo aquí? (2020), un disco en directo en el que contaron con Fito Cabrales, Aurora García, Ariel Rot, Carlos Tarque y un Leiva que, tres años después de aquella colaboración, se ha convertido en el productor del último disco de Los Zigarros.

"Lo que más nos ha impresionado currando con él es que no le tiene miedo a nada, que no se pone ninguna barrera. Hace la música que le sale y que le gusta", defiende Álvaro. 

Así que también Leiva ha tenido mucho que ver en el salto adelante de los hermanos Tormo. Un ascendente que se nota, por ejemplo, en Mil cristales rotos, un tema disco, incluso bailable, que los Tormo tenían compuesto desde hace años y que nunca se habían atrevido a grabar. "Fue la primera que le enviamos a Leiva y fue él quien nos dijo que sí, que era un temazo, que íbamos a hacerla y que nos produciría el disco".

Pese al amparo de Leiva, los Tormo no tienen como objetivo seguir sus pasos en pos de la gran popularidad, de eso que algunos llaman el mainstream. "El mainstream está vacío de bandas de rock. Nosotros no estamos en el mainstream pero cada vez hay más gente que nos conoce".