MÚSICA

Arnaldo Antunes: "Con Internet se recrudecieron los guetos, las intolerancias y la violencia"

El músico, pintor y poeta de Brasil trae a Europa 'Lágrimas no mar', un disco intimista que firma junto al joven pianista Vítor Araújo

Arnaldo Antunes y Vitor Araújo presentan en Europa 'Lágrimas no mar'.

Arnaldo Antunes y Vitor Araújo presentan en Europa 'Lágrimas no mar'. / LUAN CARDOSO

Músico, poeta, pintor, escritor, performer. Con cuatro décadas de carrera a sus espaldas, el inclasificable Arnaldo Antunes, uno de los artistas más célebres de Brasil, ha salido del paréntesis pandémico con energía redoblada. Se sumó a la gira de su antiguo y legendario grupo rockero Titãs. Y ahora presenta en Europa Lágrimas no mar (2022), un disco intimista que firma junto al joven pianista Vítor Araújo. "En 2023, parece que recuperamos la alegría del encuentro colectivo", asegura el artista.

De la decepción con la tecnología a Africa, de la "bendición" de tener a Lula de nuevo en el poder a su connvivencia con la naturaleza, del mítico álbum Tribalistas grabado con Carlinhos Brown y Marisa Monte a su íntima relación con la infancia, el titán Arnaldo repasa en esta entrevista los asuntos del momento que más le tocan. Arnaldo Antunes y Vítor Araújo tocarán este viernes en las Noches del Botánico de Madrid y, el sábado, lo harán en la sala Luz de Gas de Barcelona.

P. Acaba de hacer una gira con Titãs, su histórico grupo rockero, y ahora presenta Lágrimas no mar por Europa. ¿Tanta actividad es una especie de venganza de la pandemia que le alejó de los escenarios? Usted afirmó hace poco que los brasileños no se merecían una pandemia y el bolsonarismo a la par...

R. Fue muy difícil enfrentar estos dos virus al mismo tiempo. 2023 está siendo una celebración más que una venganza. Es genial volver a los espectáculos presenciales. Parece que recuperamos la alegría del encuentro colectivo. Para los conciertos de mi disco O real resiste (2020), diseñamos un formato de voz y piano, sin batería. Invité a Vítor, empezamos a ensayar y... tuvimos que cancelar la gira por el covid-19. Así que decidimos ir al estudio para grabar juntos Lágrimas no mar.

P. “No me considero un artista plástico, ni visual, ni escritor. Tampoco solo músico. No sabría definirme”, dijo en 2006 cuando le pregunté quién era artísticamente. La respuesta hoy ¿es diferente?

R. Soy artista de la palabra, como si fuera un puerto desde el que me lanzo hacia otros lenguajes, música, artes visuales, vídeo, performances, instalaciones... No me veo haciendo música instrumental, sino canciones, palabra cantada; ni puramente poemas plásticos, sino artes visuales donde la palabra se contamina con elementos gráficos, fotográficos, videográficos... Me gusta la idea de la antiespecialización, de moverme libremente entre los diferentes territorios lingüísticos.

Arnaldo Antunes y Vítor Araújo actúan, este sábado, en la sala Luz de Gas de Barcelona.

Arnaldo Antunes y Vítor Araújo actúan, este sábado, en la sala Luz de Gas de Barcelona. / JOSÉ DE HOLANDA

P. ¿Qué significó para usted el disco Tribalistas (2002), grabado con Marisa Monte y Carlinhos Brown, qué tuvo un éxito mundial tan impactante? ¿Tribalistas II (2017) contradice aquello de las segundas partes nunca fueron buenas?

R. Me encantan los dos discos, ambos corresponden a encuentros felices y fértiles. Y, con la segunda parte, pudimos hacer la gira de conciertos, que con la primera no fue posible. Acabamos incluyendo varias colaboraciones que habíamos grabado por separado. Y lanzamos Tribalistas ao vivo. Creo que esta historia todavía puede tener nuevos capítulos en el futuro.

P. Arnaldo Antunes siempre fue un entusiasta de las tecnologías. En tiempos de fake news, bots, trolls, ¿ha cambiado su opinión?

R. Me cautivó el repertorio de recursos para la creación desde los primeros ordenadores personales, las posibilidades de edición de texto, audio y vídeo, así como el procesamiento de imágenes, filtros, distorsiones. El ordenador, como herramienta de creación, privilegia el procedimiento del collage (copiar/pegar) frente a la narrativa lineal. Tenía una expectativa positiva sobre Internet, pensaba que facilitaría una convivencia de las diferencias culturales, lingüísticas, étnicas. En ese sentido, me decepcioné con Internet por cómo se recrudecieron los guetos, las intolerancias y la violencia. Me parece importante discutir cómo legislar los límites de las redes sociales, los algoritmos, la invasión de la privacidad, los usos políticos de las herramientas digitales y todo lo que implica esta realidad en nuestra convivencia planetaria en un mundo informatizado.

Encuentro la mirada infantil muy inspiradora, siempre revelando alguna sorpresa en el mundo

P. Creó la banda infantil Pequeno Cidadão, ¿qué aprendió de sus hijos?

R. Los cuatro integrantes éramos padres, ya teníamos el ejercicio de componer para que los niños durmieran, comieran o jugasen. Grabamos un disco juntando estas canciones hechas para nuestros hijos y otras que compusimos especialmente para el proyecto. Nuestros hijos, todavía pequeñitos, participaban en las grabaciones y también en los conciertos, lo que era muy agradable. Encuentro la mirada infantil muy inspiradora, siempre revelando alguna sorpresa en el mundo, que muchas veces es obvia pero que nuestra mirada habituada no capta.

P. Para grabar A curva da cintura (2013), viajó a Malí con Edgard Scandurra. En los últimos años, una nueva generación de músicos brasileños está redescubriendo el legado afro en la música y cultura brasileña. De hecho, Brasil tiene una nueva ministra de cultura negra, Margareth Menezes. ¿Qué opinión tiene de esa onda afrobrasileira?

R. Edgard Scandurra y yo fuimos a Mali a grabar un disco con Toumani Diabaté, que toca la kora maravillosamente. Lo conocimos en Brasil, actuamos juntos en el Festival Back2Black. Surgió una sintonía mágica entre nosotros, así que Toumani nos invitó a grabar juntos en su estudio en Mali. Fue una experiencia increíble vivir con él y su hijo Sidiki, que tiende puentes entre la kora y los sonidos electrónicos. Es curioso como utilizan otras escalas tonales, otras claves rítmicas, muy diferentes, pero todo termina encanjando. La música, un espacio un tanto sagrado, propicia este diálogo. África es una rica cuna de culturas. Tiene toda un manantial del que aún sabemos muy poco. Es genial tener a Margareth en la cartera de Cultura. Estoy seguro de quedará muchos frutos.

Arnaldo Antunes lleva 39 años sobre las tablas, mientras que Vítor Araújo desde 2008. 

Arnaldo Antunes lleva 39 años sobre las tablas, mientras que Vítor Araújo desde 2008.  / JOSÉ DE HOLANDA

P. En nuestra entrevista, que tuvo lugar durante el primer mandato de Lula, declaró que se necesitaba un segundo mandato de Lula. Ahora tenemos a Lula 3. ¿Se necesitará un cuarto mandato para resolver los problemas de Brasil?

R. Después de lo que se ha convertido Brasil en los últimos años, es una bendición que tengamos a Lula de nuevo en la presidencia. Espero que le salga bien, que logre llevar a cabo los cambios necesarios para tener menos desigualdad social, una estabilidad económica, nuestro medio ambiente menos amenazado, las tierras indígenas conservadas, los derechos de las minorías respetados y un impulso en la cultura y la educación. Todavía hay muchos desafíos por delante, pero ya podemos respirar aliviados tras cuatro años de extrema derecha en el poder.

P. Su canción Inclassifiáveis (1996) alaba la mezcla brasileña: "Aquí somos mestiços, mulatos, cafuzos, pardos, mamelucos". ¿La mezcla y diversidad son los grandes aportes de Brasil al mundo?

R. La contribución original que Brasil tiene que dar al mundo pasa inebitablemente por el mestizaje que compone nuestra realidad cultural, étnica, culinaria, religiosa...

Aún hay muchos desafíos por delante, pero ya podemos respirar aliviados tras cuatro años de extrema derecha en el poder

P. Lula hizo recientemente en París un discurso para que los países ricos financien el coste de mantener en pie la Amazonía. ¿Cómo explicaría al mundo la importancia de la Amazonía?

R. Todavía queda un largo camino para que la gente se deshaga del nacionalismo y se vea a sí misma como un habitante del planeta con responsabilidad por nuestra supervivencia común y colectiva. Mi utopía es llegar ahí, pero queda mucho trabajo de sensibilización, cultivo de empatía y solidaridad. La causa de preservar el medio ambiente es fundamental y debe estar conectada con muchas otras causas humanitarias. El objetivo es poner fin al hambre, miseria, racismo, guerras, dictaduras e intolerancias.

P. ¿Qué le gusta a Arnaldo cuando no está creando, escribiendo, cantando, pintando?

R. Los amores, los afectos. Mi esposa, mis hijos, mis amigos. Y la convivencia con la naturaleza.