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Zülfü Livaneli: "Gorbachov estaría de acuerdo con la invasión porque los rusos sienten que Ucrania es parte de su cultura"

Zülfü Livaneli, edscritor, músico, cineasta y activista político turco, autor de ‘Serenata para Nadia’ (Galaxia Gutenberg, 2023).

Zülfü Livaneli, edscritor, músico, cineasta y activista político turco, autor de ‘Serenata para Nadia’ (Galaxia Gutenberg, 2023). / ZOWY VOETEN

Escritor de vocación, empezó a componer canciones protesta en las cárceles de Turquía (años 70) y se convirtió en la voz contra la junta militar. Fue diputado y, además de músico, es director de cine y el autor más vendido en su país, traducido a 40 idiomas. No le hemos conocido hasta la publicación de Serenata para Nadia (Galaxia Gutenberg). ¿Por qué? Por su filiación prorrusa, antiamericana y antiislamista.

-Tantos personajes en uno mismo, ¿quién es usted? ¿Podría definirse?

Soy un escritor que compone música, que ha sido interpretada, entre otros, por Daniel Barenboim, Joan Baez o María del Mar Bonet.

-Entre todas, ¿cuál fue su vocación primera?

Quise ser escritor desde niño (Ilgin, Turquía, 1946, familia de letrados, su padre fue juez del más alto tribunal del país), leía libros como un quijote. Antes del golpe militar de 1971 había publicado ensayos y artículos de prensa, pero no es hasta el 78 cuando sale mi primera novela, en Turquía y Alemania. Luego entré en política porque me lo pidieron: soy un intelectual comprometido de la tradición sartriana de los 60.

-Fue varias veces encarcelado y torturado; vetado por los medios y prohibido como escritor; exiliado en Suecia y Francia, amenazado por radicales islámicos, vivió bajo protección policial… ¿Por mor de la política nunca le habíamos leído en España?

Siempre estuve en el círculo de artistas afines a la URSS y, tras la Guerra Fría, mi obra fue arrinconada y silenciada por influencia de Estados Unidos, que tenía un plan estratégico para Turquía: convertirla en un país islámico apoyado por su política exterior y la de Europa, de modo que sirviera de contrapeso a la influencia rusa en Medio Oriente, de ahí el gobierno de Erdogan.

-“Es el arte y no la política lo que puede cambiar el corazón de la gente”. Pero ¿el corazón de la gente puede cambiar el mundo? Y ¿cómo le explica usted esto a un político?

No hablo del corazón desde un punto de vista romántico. Frente a los prejuicios que nos enfrentan, este contra oeste, hombre contra mujer, un dios contra otro, yo predico la empatía, que me parece más importante que la lógica: sin empatía no puedes considerarte humano. Y creo firmemente que la literatura puede cambiar el mundo, porque es el grado más profundo de conocimiento.

-Conoció personalmente a Mijail Gorbachov, quien dijo de usted: “Le admiro por su contribución a la paz y la cultura mundiales”. ¿Qué cree que opinaría él de la invasión de Ucrania?

Yo creo que estaría de acuerdo, es un sentimiento muy ruso: se sienten perseguidos y expoliados por las potencias extranjeras. La gente apoya la invasión, ven a Ucrania como parte de su cultura, y en su opinión están luchando contra la OTAN. Creo que ellos quieren la paz y es EE.UU. quien prolonga la guerra. Yo no apruebo la invasión, pero intento comprender ambas caras de la verdad: tras la disolución del Pacto de Varsovia, la OTAN no tiene sentido, y sin embargo su presencia es muy activa en Oriente Medio. Gorbachov cometió el error de hacer demasiadas concesiones a Occidente, porque la coyuntura del país era realmente mala..

La existencia del pueblo judío en Palestina fue incluso anterior al Imperio Otomano: ¿cuán lejos es lícito regresar en la historia para reclamar un territorio?"

-También conoció a Yasir Arafat, y una de sus canciones fue una suerte de himno en la primera Intifada. ¿Le costaría al líder palestino creer la involución que han sufrido los derechos de su pueblo?

Fui sobre todo amigo de Shimon Peres, que era un gran filósofo antes que político. Peres y Arafat tuvieron en sus manos la solución pacífica para la coexistencia de ambos pueblos, pero algunos no quisieron esa paz. Mira, la existencia del pueblo judío en Palestina fue incluso anterior al Imperio Otomano, y yo me pregunto: ¿cuán lejos es lícito regresar en la Historia para reclamar un territorio? Como dijo Amos Oz: “En esta tierra no cabemos todos”.

-Señor Livaneli, ¿el planeta en general está sufriendo una involución intelectual y política?

Es fruto de las continuas invasiones perpetradas. ¡¿Cómo es posible ocupar una tierra y su cultura para a continuación marchar y dejarla en un estado desastroso?! Estamos hablando de gran parte de Medio Oriente, de toda África, de países asiáticos como Vietnam…

-Su novela está inspirada en la catástrofe del Struma, un barco cargado de judíos que huían del exterminio nazi y al que Turquía dejó a su suerte frente a sus costas en 1942, provocando su hundimiento y la pérdida de unas 800 vidas. Casos como éste nos hacen replantearnos la pregunta: ¿cómo es posible que los israelíes estén cometiendo una atrocidad semejante a la que les condujo a Palestina?

Es el sentimiento de revancha que prende en quienes han sufrido un trauma tiránico. Hitler, protagonista del peor período de la Historia de la humanidad, alcanzó el poder votado por el pueblo. El tratado de Versalles humilló y quiso terminar con la identidad germana, y su efecto fue el germanismo radical y xenófobo. Hitler fue un criminal, sí, pero los firmantes de Versalles no estuvieron exentos de culpa.

-Misma involución que sufre su país: Europa estrecha sus lazos de unidad mientras profundiza en la brecha de sus fronteras. ¿Es esta Turquía de Erdogan una de las mayores víctimas de la actual política europea?

Erdogan siempre fue un radical, comparable a los Hermanos Musulmanes, y su intención era abrazar la Yihad. Muchos se han dejado engañar por su supuesta moderación o neutralidad, pero en verdad te digo que existe un solo Islam, y que cualquier movimiento político que abrace el islamismo es peligroso. La secularización de los 90 no fue paradisíaca, pero conseguimos que el país fuera reconstruyendo su libertad. Turquía pertenece a la OTAN desde 1952, e hizo las reformas encaminadas para su entrada en la UE, pero la geopolítica de EE.UU. quiso virar la orientación del país hacia Medio Oriente.

-El Gobierno ha encarcelado a más de un centenar de personas por señalar públicamente la corrupción oficial como detonante de la ingente tragedia que están viviendo, pero ¿alguien puede ser culpable de un terremoto?

Por supuesto se trata de un desastre natural, pero los edificios se vinieron abajo como cajas de cerillas debido, sí, a la corrupción de las constructoras que con la connivencia oficial dejaron de aplicar las técnicas de arquitectura antisísmica. Los geólogos habían advertido de la magnitud del seísmo que se avecinaba y también de las deficientes infraestructuras, y el Gobierno no reaccionó.

Los militares son el único estamento organizado en mi país"

-Ha afirmado que el presidente Erdogan tardó en movilizar a las tropas de rescate porque teme a su ejército. ¿Es Turquía una especie de polvorín en el polvorín de Oriente Medio?

Erdogan teme a su ejército y, receloso del apoyo popular que sus tropas pudieran recibir, tardó muchísimo en enviarlo, lo hizo in extremis, y lo cierto es que los militares son el único estamento organizado en mi país. Mira, los turcos somos como tripulantes de un barco que corren hacia el oeste mientras el barco se dirige al este.

-Perdón, casi olvido hablar de Maya, su protagonista: ¿cómo consiguió narrar con tanta precisión la soledad de una mujer en la ingente tarea de sacar adelante a una criatura por sí misma?

Sin empatía nunca podrías entender a la otra mitad de la población. Además, mi mente, en cuestión de sentimientos, y no me refiero a la sexualidad, está muy cerca del universo femenino. Fue algo que yo no elegí: esta voz de mujer llegó sola y no sé por qué. Cuando a Flaubert le preguntaron quién era Madame Bovary ya sabes lo que él respondió, ¿no? Pues eso: yo soy Maya.

-Señor Livaneli, ¿a su juicio, somos las mujeres las nuevas esclavas en esta sociedad híper productiva y consumista?

Sin duda. Lo predijo Engels al decir: el capitalismo explotará al hombre y el hombre explotará a su mujer; que es lo que está ocurriendo. Y no solo en los países islámicos, donde son ciudadanos de segunda clase. En la sociedad capitalista la mujer es un objeto de consumo, la obligación de estar guapa, delgada, etc, es una tortura que se le inflige; y la industria criminal del porno, que a tantos jóvenes enseña prácticas sexuales dañinas, se traduce en una violación constante de la mujer y sus derechos más elementales.