II PREMIO DE ARQUEOLOGÍA

La Garma, una joya del Paleolítico

Pablo Arias y Roberto Ontañón reciben el II Premio Nacional de Arqueología y Paleontología

El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, en la entrega de los Premios de Arqueología

El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, en la entrega de los Premios de Arqueología

Armando Huerta

El ovetense Pablo Arias, arqueólogo del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, y el santanderino Roberto Ontañón, director del Museo de Prehistoria de Cantabria, recogieron este miércoles de manos del ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, el II Premio Nacional de Arqueología y Paleontología que concede la Fundación Palarq.

El galardón, dotado con 80.000 euros, reconoce el trabajo pionero que el equipo de 40 especialistas, liderado por ambos científicos, ha desarrollado en el yacimiento de la cueva de La Garma, en Cantabria, y que ha permitido analizar los vestigios de un pueblo paleolítico, localizar sus espacios espirituales, reconstruir sus procesos técnicos y recrear sus relaciones sociales.

"Es un yacimiento único, un bien patrimonio de la Humanidad, que debe ser conservado para las generaciones venideras. Un sueño para cualquier arqueólogo", aseguró Roberto Ontañón.

Pintura del yacimiento de la cueva de La Garma.

Pintura del yacimiento de la cueva de La Garma. / .

"La Garma es un tesoro de la arqueología española. Es una especie de Pompeya del Paleolítico en la que se puede sentir la cercanía de las personas que allí vivieron hace 16.500 años", afirmó Pablo Arias. “Una de las cosas que más nos ha impresionado es el rastro de personas. Hemos descubierto unas nuevas galerías, donde hemos encontrado las huellas de niños jugando con barro en aquel tiempo”, añadió.

Gracias al descubrimiento del yacimiento de La Garma, el estudio de la Prehistoria está viviendo una segunda revolución que nos permite mejor al ser humano prehistórico a través de una de las secuencias culturales más amplias y completas de Europa. El enclave incluye además un valioso conjunto de arte rupestre, que ya ha sido incluido por la Unesco en la Lista del Patrimonio Mundial. La extraordinaria conservación de suelos y estructuras en la cueva ofrece posibilidades hasta ahora inéditas para el estudio de las viviendas y los espacios rituales de los cazadores del último período glacial.

Ambos pusieron de relieve que el proyecto ha sido un banco de pruebas en el uso de técnicas no invasivas, que permiten estudiar los vestigios sin alterar los emplazamientos. “Con este propósito hemos trasladado el laboratorio a la cueva, no los objetos al laboratorio”, apuntó Ontañón.

La ceremonia tuvo lugar en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y congregó a numerosos investigadores. El vicepresidente del Gobierno de Cantabria, Pablo Zuloaga, destacó que el premio "reconoce los esfuerzos de 26 años de investigación". 

Y el ministro de Cultura, Miquel Iceta, felicitó a los premiados en la intervención de clausura, enfatizó la importancia del galardón, agradeció su labor a la Fundación Palarq y recalcó el valor del conjunto de arte rupestre que alberga el yacimiento de La Garma. "Altamira fue el principio, pero España es un museo a cielo abierto, que exige un esfuerzo por parte de todos para hacerlo aflorar", señaló.

Con una cierta carga de ironía, el ministro de Cultura bromeó, al inicio de su intervención, al afirmar que le habían preguntado si venía al Museo Arqueológico a llevarse la Dama de Elche. “Tenéis la suerte de haber encontrado la cueva en Cantabria y de que no sea transportable”, les dijo a los presentes.

Más allá de la anécdota, Iceta puso de manifiesto la necesidad de reforzar la colaboración, el compromiso y las ayudas a los investigadores y enfatizó la importancia de educar en el amor a la historia. “Conocer el pasado nos ayuda a preparar el futuro”, concluyó.